Imaginar: idealizar, fantasear o reflexionar en la mente la imagen o un bosquejo de alguien o algo. Suponer o conjeturar algo a partir de algún indicio o hipótesis. Crear, concebir o inventar algo. Esta expresión se puede emplear como verbo pronominal.
La palabra «imaginar» parte del latín imaginari y significa «formar una figura mental». Sus componentes léxicos son: imago (retrato, copia, imitación), más el sufijo -ar (terminación) propias de la ciencia ficción nos recuerdan que todo lo que hoy es cienccia, ha comenzado en la imaginación.
Imaginar – con el elemento final -ar usado para formar verbos e indica acción de hacer un retrato mental.
Imaginable – con el sufijo -able, que indica posibilidad, o sea que se puede hacer un retrato mental.
Imaginación – con el sufijo -ción, que indica «acción y efecto» de hacer un retrato mental.
Imaginario – con el sufijo -ario, que indica pertenencia, o sea que pertenece a la imaginación.
Imaginativo – con el sufijo -tivo, que indica relación activa, o sea que imagina continuamente.
Imaginero – con la terminación -ero que indica muebles o profesión, o sea, mueble donde se guardan imágenes o persona que pinta imágenes.
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¿Dónde usamos la imaginación como Herramienta?
La imaginación es la primera herramienta para manifestar, la segunda es el agradecimiento. Quien no agradece no establece una conexión con el arriba, por ese canal -que siempre debemos abrir nosotros- es por donde descienden las intuiciones, la inspiración, las ideas geniales, las oportunidades y las sincronicidades que nos ayudan a que lo que imaginamos se manifieste. Logramos manifestar cuando mantenemos muestra mente en alta energía, cuando le demostramos a las jerarquías y a las divinidades el compromiso de auto perfeccionamiento que tenemos con nosotros mismos, de otra manera no recibimos el apoyo sincrónico del universo entero, ayudándonos a convertir probabilidades de ser en actualidad manifestada.
Compilado por Fabián Sorrentino.
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