El adjetivo idéntico viene del latín identĭcus-a-um (exactamente igual a lo considerado anteriormente, que es exactamente el mismo en naturaleza, forma o aspecto). Esta forma es muy tardía, pues se acuña en el latín de fines de la Edad Media y se generaliza en el latín renacentista. El adjetivo se derivó con un sufijo -ico a partir del sustantivo identĭtas, identitātis (igualdad exacta de una cosa con otra, cualidad del individuo de ser «el mismo que antes» en toda circunstancia o avatar de su vida, igualdad consigo mismo).
El sustantivo identĭtas, identitātis es una acuñación filosófica del latín del s. IV d. C., vocablo presente en autores como Mario Victorino y otros. El vocablo se forma con sufijo de cualidad -itat-, sobre una raíz (ident-) establecida por falso corte de derivados del pronombre idem como el adverbio identidem (sin cesar, continuamente, repetidamente lo mismo), en que la -t- intermedia procede de et (idem et idem=identidem).
Este se deriva del pronombre fórico-enfático latino idem, eadem, idem, que significa el/la/lo mismo (que antes se ha nombrado o considerado).
El pronombre idem es un compuesto del pronombre is, ea, id (él, este, aquel…) y una partícula enclítica-dem de carácter enfático o de identidad.
El pronombre is contiene un radical pronominal indoeuropeo *ei-/i- de carácter fórico-deíctico. La partícula enclítica -dem es una especie de sufijo enfático *-em/-im ampliado con una d previa que es un formante adverbial.
El Concepto en Filosofía
La identidad es la relación que toda entidad mantiene sólo consigo misma.
La identidad propiamente se refiere a la identidad numérica, como distinta de la similitud exacta o identidad cualitativa. En cambio, la identidad numérica se da cuando no hay propiamente dos entidades, sino una sola que quizás lleva dos nombres.1 De acuerdo con el principio de identidad de los indiscernibles, dos entidades no pueden compartir todas sus cualidades y ser sin embargo numéricamente distintas.
Diferentes tipos de entidades tienen diferentes criterios para determinar la identidad numérica. Por ejemplo, en matemáticas, dos entidades son idénticas si y sólo si en todos sus elementos se verifican lo mismo. En cambio, en los clubes, los miembros pueden cambiar y el club permanecer el mismo. Los criterios de identidad muchas veces son vagos y llevan a paradojas, como la paradoja sorites y la paradoja de Teseo.
La relación de identidad numérica es una relación de equivalencia, simétrica, reflexiva y transitiva. Sin embargo, a veces los filósofos han propuesto criterios de identidad que no respetan todas estas propiedades.