La fitoterapia (del griego Phytos, ‘planta’, ‘vegetal’ y therapeia, ‘terapia’) es el uso de productos de origen vegetal para la prevención, la curación o el alivio de una amplia variedad de síntomas y enfermedades. Forma parte de las llamadas terapias naturales. Una buena parte de su extenso uso se hace en forma de autoconsumo.

La Fitoterapia es todo aquel vegetal que contiene uno o varios principios activos que pueden ser utilizados en el tratamiento curativo o paliativo de determinadas enfermedades. Las plantas medicinales proporcionan principios activos muy eficaces para preservar y curar los desequilibrios orgánicos.

La palabra fito significa planta y la palabra terapia significa terapia. Por tanto, la fitoterapia es el tratamiento de las enfermedades o desequilibrios orgánicos por medio de las plantas medicinales.

Las plantas tienen una función vital en la existencia y desarrollo del planeta tierra. El mundo vegetal ha realizado, a través del tiempo, la posibilidad de la vida en el globo terrestre. La primera materia viva que se formó habitaba en los mares cuando todo era agua.

Propiedades y beneficios de la Fitoterapia

La Fitoterapia es todo aquel vegetal que contiene uno o varios principios activos que pueden ser utilizados en el tratamiento curativo o paliativo de determinadas enfermedades. Las plantas medicinales proporcionan principios activos muy eficaces para preservar y curar los desequilibrios orgánicos.

La palabra fito significa planta y la palabra terapia significa terapia. Por tanto, la fitoterapia es el tratamiento de las enfermedades o desequilibrios orgánicos por medio de las plantas medicinales.

Las plantas tienen una función vital en la existencia y desarrollo del planeta tierra. El mundo vegetal ha realizado, a través del tiempo, la posibilidad de la vida en el globo terrestre. La primera materia viva que se formó habitaba en los mares cuando todo era agua.

A través de millones y millones de años, los organismos muertos del mar sedimentaron cordilleras de considerable altura. Entonces, las plantas de los mares, ríos y lagos, se organizaron diferenciándose y extendiéndose, promoviendo y creando con sus semillas nuevas especies y ciclos de vida.

Desde que existen las enfermedades, el ser humano utilizó y sigue utilizando las plantas con sus propiedades y sus efectos. Las plantas sentaron las bases de la, antaño, medicina empírica. Ahora, los avances científicos han comprobado estos principios activos de las plantas, usándolos, con lógica científica, para fines terapéuticos. De ahí nace, de manera más racional, la fitoterapia moderna de nuestros días.

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Cabe decir, la diferencia entre plantas medicinales y plantas alimenticias. En las plantas alimenticias se emplean los principios inmediatos como las proteínas, carbohidratos y lípidos para que el organismo obtenga energía. En cambio, en las plantas medicinales se emplean sus principios activos, aplicables a diversos desequilibrios y disfunciones orgánicas. Estos principios activos se hayan en diferentes partes de la planta como en la raíz, el tallo, las bayas, las hojas, las flores.

¿Qué son los principios activos de las plantas?
Principios activos de la Fitoterapia

Son sustancias que la planta ha sintetizado y almacenado en el transcurso de su desarrollo y crecimiento con la ayuda de su metabolismo. Pero no todos los productos de la planta tienen valor medicinal. Es decir, las plantas tienen principios activos y otras sustancias indiferentes. Normalmente, en cada planta medicinal, hay más de un componente con principio activo, y suele haber un principio activo que es el principal, el predominante, que determina la eficacia y la aplicación del remedio en fitoterapia.

Aunque, es importante tener en cuenta que los principios activos secundarios influyen mucho sobre la sinergia (acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales) de la acción. Cuando aislamos el principio activo principal de la sinergia del conjunto, entonces, su efecto es totalmente distinto, y le da una función diferente y más específica al principio activo aislado.

También, es importante mencionar que una sinergia de diferentes principios activos escogidos, creará una función especial según el objetivo a tratar.

Es conveniente saber que los principios activos de una planta no están distribuidos uniformemente, sino que sus concentraciones pueden estar en la corteza, fruto, raíces, tallo, hojas, flores, semillas.

El argot popular considera “planta medicinal” a todo aquel vegetal que desde los ancestros, y por transmisión cultural del lugar, se atribuyen a cada planta propiedades curativas. Esto anterior sería el empirismo. En cambio, en medicina natural o química, se considera planta medicinal a todo aquel vegetal que por medio de los procedimientos técnicos científicos, se sabe que contiene principios activos de acción farmacológica.

Hay como dos criterios diferenciados:

el hipocrático que es el natural y
el galénico que es el alópata.
El que surgió primero fue el hipocrático. Y después surgió y se impuso el galénico.

Historia de la Fitoterapia
Hipócrates, padre de la medicinaDesde el punto de vista histórico de la fitoterapia, el ser humano utilizó las plantas, ya desde las diversas civilizaciones que existieron hace siglos. Los primitivos buscaban en el reino vegetal el remedio para cada una de sus dolencias. Por ejemplo, el cansancio físico se vencía con la hoja de coca, se conseguía energía con la raíz de ginseng, los trastornos traumáticos y las inflamaciones las amortiguaban con árnica, la virilidad con la raíz de mandrágora, etc.

La civilización Asiro-Babilónica usó plantas como la belladona o el cáñamo indiano. La civilización Hebrea usó las propiedades amargas del ajenjo para la amargura y usó el hisopo como antiséptico para restablecer la pureza. La civilización Egipcia usaban con éxito los frutos de Trigonella foenum graecum en polvo para eliminar las arrugas de la frente, las manchas rojas de la piel y la calvicie. La civilización Griega inicia las bases de la Botánica moderna, estudiando con más profundidad, y con criterios más intelectuales, la utilización y servicio de las plantas, como por ejemplo, utilizando el helecho macho como antihelmítico (contra los gusanos intestinales).

Es Hipócrates, el padre de la medicina, que crea la primera obra “Corpus Hippocraticum” recogiendo los diferentes remedios para cada una de los desequilibrios orgánicos de la época. El criterio y la filosofía hipocrática era, que a través de las plantas, ayudar a estimular y restablecer al sabio y propio organismo, para que éste recondujera su organización fisiológica de unidad y su equilibrio energético.

El concepto de unidad: lo físico, emocional, mental y energético
Tal vez, hoy en día, relegamos y regalamos nuestra salud interna al exterior, delegando nuestra propia responsabilidad, y olvidándonos que si nos cuidamos, a nosotros mismos, a nivel físico, emocional, mental y energético, nuestra inteligencia interior que tiene millones de años de evolución, y hace miles de reacciones bioquímicas por segundo, volverá a restablecerse como bien sabe hacerlo cuando lo cuidamos y no lo estropeamos, directa o indirectamente.

Por ejemplo, un problema emocional puede desajustar la fisiología interna desde el concepto de Unidad, es decir, que si somos consecuentes desde una lógica global, entenderemos que el ser humano, como ente, tenemos una fisiología (un cerebro reptiliano), un sistema emocional (un sistema límbico), y un sistema cortical (pensamientos y funciones cognitivas). Los 3 cerebros están en la unidad del pastel de nuestra cabeza, y funcionan al unísono, no somos trozos, por tanto, un problema en un sistema afecta a los demás, al igual que estimular la unidad global que somos puede generar curas sorprendentes, porque, sencillamente, tendremos en cuenta toda la tarta y no solo un trozo.

Hoy en día existen muy buenos terapeutas que trabajando desde esa unidad que somos: «cuerpo-mente-emociones-energía», hacen un buen trabajo para que la persona afectada pueda recobrar su equilibrio integral, trabajando con los pensamientos, las creencias, las emociones, el físico de la persona, para que el cambio y la transformación la lleve hacia un restablecimiento y desarrollo, empezando así, nuevas etapas de vida desde un darse cuenta y una conciencia más personal y responsable.

Podríamos decir que el terapeuta acompaña con sus artes personales y aprendidas, y que la persona afectada hará vivencialmente el cambio.

Evidentemente, hay desequilibrios leves que se pueden restablecer con descanso físico y mental, y además tomando antibióticos naturales como el zumo de cebolla, el zumo de limón o el ajo para fortalecer y estimular las propias defensas naturales. Aún, así, una persona se puede cuestionar y reflexionar sobre el porqué está bajo de defensas, qué pasa, o qué ha pasado, y qué está haciendo, o pasando, o sintiendo, en su vida para que tenga esas defensas bajas, etc. Desde una mirada auto responsable vemos que los síntomas son las alarmas, y que no conviene callar la alarma sin reflexión, porque sonará más fuerte con el tiempo, y las causas las encontraremos en las preguntas anteriores, con sus respuestas sinceras, en esa inadaptación con el ambiente desde nuestra manera subjetiva y relativa de pensar, de sentir, y de estar.

Cada persona sabe y conoce su intimidad mental y emocional, con lo cual, si esa mirada, esa relación o interacción, o evento, o circunstancia, o problema, o conflicto, o desgracia, etc., le provoca sufrimiento y desequilibrios, ya sean físicos o del ánimo, sí se pueden transformar completamente con trabajo personal, y ahí, entraría la fitoterapia natural para cuidar al cuerpo, mientras, a la vez, se realizan los cambios en el sentir, en el pensar, en el estar, y en el vivir desde una índole de desarrollo personal constructiva y de aprendizaje. Donde lo que no nos conviene lo dejamos, y donde lo que sí nos conviene lo cogemos.

En definitiva, en un espacio íntimo, personal y seguro, podemos abrir el corazón y la mente para ampliar la mirada, con aprendizaje evolutivo, mientras cambiamos hábitos físicos para cuidar al organismo corporal con fitoterapia, bebiendo más agua, descansando más, respirando mejor y comiendo buenos alimentos.

En la civilización y cultura romana sostenían que no habiendo médicos las personas se cuidaban más para no enfermar, y sí, se cuidaban más, y cada persona se hacía responsable de ella misma, por tanto, aunque en la actualidad hay muchos médicos y muchos terapeutas, es conveniente que cada persona apoye y cuide de su médico interior e inteligencia interior. Por ejemplo, el romano Catón recomendaba la opción de vivir más acorde con la madre naturaleza, éste conocía las propiedades de la col, y se le atribuyó el mérito de haber tenido a Roma 3 siglos alejada de los médicos.

Discoroides que vivía en Roma en la época de Nerón escribe su tratado llamado “De Universa medicina”, o sea, tratado de medicina universal, donde da una importancia científica a las plantas indígenas y exóticas. En el siglo II d.C., Galeno de Pérgamo, médico griego nacido en el año 130, será el padre de la medicina oficialista contemporánea, el cual trataba las enfermedades con los medicamentos contrarios a la misma, sin auxiliar y apoyar al organismo en sus funciones, sino, suplantándolo. A raíz de ahí, surge el nombre de alopatía, que significa tratamiento de las enfermedades con remedios de naturaleza contraria a la de dichas enfermedades. Galeno diferencia las plantas simples de las plantas de acción sinérgica (fuerzas hacia un determinado objetivo). Obtiene los principios activos de plantas a través de disolventes como el vinagre, el vino y el aceite.

Los estudiosos de la civilización y cultura Árabe (siglo VII al XII) viajaron de oriente a occidente, e investigaron nuevas plantas medicinales. En cambio, en la cultura y civilización medieval, los monjes, dedicados a la oración y a los enfermos, sembraron los jardines de sus monasterios de plantas medicinales.

Llegando a la civilización y cultura renacentista, la fitoterapia empieza a ser científica, con las primeras escuelas laicas (que no tienen órdenes clericales. O sea, que son independientes de cualquier organización o confesión religiosa), dando lugar a las primeras universidades.

La escuela Salernitana (IX y XIII) fue, en su género, la primera escuela médica medieval, y obtuvo muy buena fama y prestigio. Estaba dirigida por un profesorado interesado en verificar y actualizar los conocimientos científicos. Era una escuela que estaba abierta a alumnos de todas las nacionalidades. Después, la Universidad de Montpelier se hace heredera de la escuela Salernitana, donde el español Arnaldo de Villanueva se sale de los esquemas dogmáticos y basa sus conocimientos en estudios propios. Siendo el primero en intuir que los principios activos de las plantas pasaban al alcohol durante la maceración (mantener sumergida alguna sustancia sólida en un líquido a la temperatura ambiente, con el fin de ablandarla o de extraer de ella las partes solubles).

Paracelso (14931541) fue un alquimista, médico y astrólogo suizo que buscó la forma de aislar la “esencia” de las plantas medicinales. Y, casi a la vez, Leonardo da Vinci (14521519), (pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta) estudió la botánica y la fisiología vegetal, observando en las plantas el trayecto de la linfa, la disposición de las hojas en las distintas especies, e intentó aislar los principios activos de algunas de ellas.

A mediados del siglo XVII, el naturalista sueco Carlos de Linneo escribe su obra Systema Naturae, donde aporta su estudio sistemático y clasificación de plantas, distinguiendo los sexos de las flores.

La Yemoterapia o Gemoterapia
Después de este paseo por la historia de la fitoterapia, encontramos dentro de ésta a la yemoterapia o gemoterapia, que es la faceta de la fitoterapia donde se utilizan las partes frescas de los vegetales en estado embrionario.

Los principios activos de los vegetales en estado embrionario, como yemas o brotes jóvenes, raíces recién nacidas, corteza de las raíces, semillas y corteza de troncos jóvenes, son extraídos mediante disolventes apropiados.

La acción terapéutica de la yemoterapia es muy útil en algunos casos porque se ha podido constatar que muchos principios activos contenidos en abundancia en las yemas, se encuentran en poca cantidad en la planta adulta. Por ejemplo, la yema de Tila tomentosa, utilizada como sedante del sistema nervioso central y para combatir la ansiedad, su principio activo Tiopental, está presente en un 20% más que en la parte adulta.

Estas partes frescas en estado embrionario tienen una gran riqueza de bioestimuladores con una gran acción drenante, es decir, que establecen una acción centrífuga, que conducirá a las toxinas presentes en el organismo hacia los órganos depuradores como los riñones, la piel, el hígado y acciones excretoras, a la vez que estimulan al sistema inmunitario linfático.

Estructura y órganos de las plantas
Estructura de la planta – FitoterapiaPara tratar con plantas medicinales hay que tener unos conocimientos básicos sobre su estructura, sus órganos y funciones.

La raíz es por donde la planta se sujeta y se nutre absorbiendo el agua y las sustancias nutritivas.
El tallo es la parte sobresaliente de la superficie del suelo.
El rizoma se arrastra horizontalmente por debajo de la superficie.
El bulbo es una yema subterránea de hojas carnosas.
Las hojas sirven para para aprovisionar a la planta sustancias orgánicas, y por donde se produce la asimilación con la ayuda del pigmento clorofílico de la energía de la acción solar, del anhídrido carbónico del aire, y del agua procedente del suelo. Así fabrican, las plantas, diferentes azúcares y almidón.
Las flores son brotes que constan de pétalos, sépalos, estambres y carpelos. Las bayas son carnosas sin núcleo duro como los arándanos. Las semillas se originan en los óvulos de las flores y constan de una cubierta seminal, embrión y tejido nutritivo, el cual es consumido en el transcurso de la germinación (proceso de semilla a planta), propagando la mayoría de plantas.
Grupos de principios activos
Los grupos de principios activos de las plantas son varios:

Los alcaloides que suelen ser sustancias muy activas como, por ejemplo, la atropina (toxina de la belladona) y la morfina (toxina de la adormidera, o de la colchina del cólquito).
Los principios amargos estimulan la secreción del jugo gástrico y generan una acción tónica sobre el aparato digestivo. También combaten ciertos estados de debilidad como agotamientos nerviosos, anemias por mala digestión y mala absorción, ayuda en los estados convalecientes de recuperación de la salud.
Los aceites esenciales poseen propiedades como acciones bactericidas (sustancias que destruyen las bacterias), bacterioestática (que detienen o impiden la multiplicación de las bacterias), antisépticas (que previenen contra la infección). Combaten los agentes patógenos: bacterias y virus. Hay aceites esenciales que son balsámicos y expectorantes sobre las vías respiratorias. Otros tienen propiedades antiinflamatorias sobre ciertas dermatitis. Otras esencias son antiespasmódicas (que alivia los espasmos) y tonificantes (que aportan estímulo fisiológico) sobre el estómago, hígado, la bilis, los intestinos. Hay aceites esenciales de acción diurética (aumenta la excreción de la orina).
Los flavonoides, por ejemplo, actúan sobre la fragilidad de los vasos sanguíneos de menor calibre, evitando la rotura. Estos principios activos, las flavonas, también ayudan en los trastornos circulatorios y cardiacos. También son antiespasmódicos (que alivian los espasmos) del tracto digestivo.
Los mucílagos tienen propiedades que actúan sobre la protección y tratamiento de las afecciones de la mucosa, evitando la irritación e inflamación. Ayuda en la evacuación intestinal al retener en las heces mayor cantidad de agua y, por consiguiente, crece el volumen del bolo fecal, y es más transportable a través del peristaltismo intestinal.
Las saponinas se utilizan como mucolíticas. Es decir, en el moco del aparato respiratorio, la saponina actúa emulsionándose con el moco denso y lo aclara fluidificándolo, y con ello, ayudando a su expectoración (arrojar por la boca las flemas y otras secreciones que se depositan en la faringe, laringe, tráquea o bronquios), y así el nuevo moco limpio que fluye de los tejidos secretores, fluye y se desliza sin dificultad. Las saponinas poseen acción diurética y actúan contra las impurezas de la sangre, o manifiestas en la piel o en las articulaciones en forma de reumatismo (artritis y síndrome de dolor regional), y ayudan a la absorción de otros principios activos.
Los taninos son conocidos por su propiedad de insolubilizar la gelatina de la piel y mucosas, fortaleciéndola. Tiene la acción beneficiosa de ligar proteínas de la piel y de las mucosas, y transformarlas en sustancias insolubles. Por lo tanto, los taninos tienen varias funciones: la astringente (acción cicatrizante, apretar, estrechar, contraer los tejidos orgánicos) y actúa sobre sabañones y hemorroides, las funciones antiinflamatoria y antihemorrágica, la función antidiarréica, la función antiséptica (prevenir infecciones destruyendo a los microbios que los causan, o sea que quita la base de cultivo de las bacterias que han colonizado la piel y la mucosa de una herida).
Dentro de la fitoterapia, las plantas contienen oligoelementos, que son elementos minerales en cantidades inferiores al miligramo.Oligoterapia es la administración de pequeñísimas cantidades de sustancias minerales necesarias para el buen funcionamiento orgánico. Es aconsejable tomarlos unos minutos antes de las comidas.

Llegamos a la conclusión que la fitoterapia, bien empleada, es una sana forma de estimular al equilibrio orgánico ante una descompensación o problema, sea físico o psicoemocional, y sin tener efectos secundarios.

Seguidamente, desde la sinceridad personal, evidentemente, si somos honestos, este desequilibrio es un síntoma que nos hace de espejo ante algo que va mal en nuestra vida o que vivimos mal desde nuestro prisma. Sea de la intensidad que sea. El trastorno no es porque sí, y de alguna manera nos habla a través del cuerpo, o malestar, y es debido a una causa (no es una buena praxis acallar el síntoma como si se tratara de la causa sin ir más allá).

La disfunción de malestar, ya sea por no cuidarse debidamente con hábitos insanos o poco saludables, o bien por tener pensamientos pesimistas que retroalimentados durante el día, miedos irreales, inseguridades, rechazo, o estar en conflicto con uno mismo o con los demás ante situaciones y problemáticas cotidianas, o agarrados, sin soltarnos al pensamiento de emociones negativas que afloran por circunstancias, programas, creencias e improntas del pasado, inmediato o lejano y, en el peor de los casos, estos sentimientos están retenidos y bloqueados, incluso podemos no ser conscientes del porqué y del para qué está presente el disgusto, y la única vía de escape es a través del cuerpo.

Por lo tanto, podemos beneficiarnos del gran estímulo de la fitoterapia a nivel de soporte natural y eficaz y, a la vez, trabajar el trasfondo del conflicto o situación que hemos o que vivimos mal, para así trascender el problema de raíz, comprendiéndolo, y encontrando soluciones interiores y exteriores desde el propio potencial, la propia confianza, y responsabilidad personal, para vivir desde lo que nos conviene, ampliando la mirada desde otro estado, desde otro vivir diferente.
Fuentes: SaludTerapia. Wikipedia
Compilado por: Ana Gonzalez 27/10/2016 13:06pm