Carlos Fernando Flores Labra es un político e ingeniero civil chileno, ex ministro de estado de la Unidad Popular y actual Senador de la República de Chile. Como miembro del Senado, ha integrado las comisiones de Economía, de Defensa; y de Ciencia, Tecnología e Innovación. Es vicepresidente de la Fundación País Digital, además de fundador de la Fundación Mercator y del Colegio Altamira (del que también es Presidente). Estudió en el Liceo Blanco Encalada, de Talca, y en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica, donde se tituló de Ingeniero Civil Industrial, en 1968. Posteriormente obtuvo un doctorado en Lenguaje de la Universidad de Berkeley, EE.UU y también ha recibido la distinción Doctor Honoris Causa de la Universidad de Tarapacá y de la Universidad de Santiago de Chile. En 1970 fue nombrado Director Técnico General de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), simultáneamente fue Director del Banco Interamericano y Presidente del Instituto Tecnológico de Chile.

El mundo empresarial, el mundo político, el mundo cultural, me parecen absolutamente ligados. Todos participan de alguna manera en lo que llamo la coinvención del mundo. Toda la gente que es emprendedora, es gente que se conecta total y apasionadamente con su actividad, es una manera de ser, versus la persona normal que ve el mundo como cosas que hay que hacer. Estos otros ven mundos que hay que inventar y eso le da sentido a la vida. El emprendedor no es una persona motivada por la rentabilidad sino por los cambios culturales que puede ayudar a producir, en definitiva es alguien dispuesto a correr riesgos».

«Falta un proyecto donde agreguemos valor al mundo, productos que produzcan satisfacción, estilo. La gente no compra cosas sino productos que tienen estilo y para eso hay que «apalancarse» en nuestras raíces cultivar la rareza, agregar desde nuestras propias características valor al mundo, no producir pálidas copias de algún original americano o europeo, ¿para qué querrían comprar una mala copia si tienen el original a mano?».

«Vemos al innovador como un hombre que se hace cargo de anomalías sociales, cosas que no funcionan, que son oportunidades que nadie más vio. A partir de eso surgen prácticas, tecnologías, formas de ser que están abandonadas, y se va construyendo una empresa, una oferta, un producto.
Pero no se trata sólo de vender productos sino una manera de ser. Sin ir más lejos, las zapatillas que estás usando no existían hace 15 años, había zapatillas para hacer deportes y ahora hay zapatillas como alternativa al zapato. Lo que realmente han promovido es un estilo de vida, casual, asociado al deporte, la preocupación por la salud, la informalidad en las relaciones».

«Hay que cultivar la rareza que uno es. Sobre todo al principio, porque toda sociedad humana tiene una manera de ser que yo llamo, siguiendo a Heidegger, inauténtica. Quiere que tú seas como los otros. Mata la innovación, el emprendimiento. Todo creador requiere pasar por un largo desierto de ser anómalo, de ser raro. Esa rareza no hay que confundirla con el snob, que se hace distinto con el fin de parecer raro, pero en el fondo es un imitador. Raro es el tipo que se atreve a romper ciertas convenciones, y hacerse preguntas que los demás no se hacen, y a vivir con las consecuencias de eso, sabiendo que al principio no va a triunfar. En el libro usamos la palabra «discloser», que es como el receptor de la rareza y el abridor de nuevos mundos, una especie de navegante». La rareza puede ser una manera de construir una neurosis: soy mejor que los otros y los otros no me reconocen. Si caes en ese juego estás jodido, la rareza consiste en construir, hacer ofertas, seducir al mundo. Si la gente no me escucha es que no la alcancé a seducir, o mi proyecto no era tan bueno, pero nunca debemos echarles la culpa a otros. Eso pasa en los artistas: el que se siente incomprendido y el que se siente seductor. Neruda era una rareza, pero no vivía amargado».

«El colegio no tiene una gran capacidad de innovación, de inventarse otras preguntas, de no tener respuestas. Eso se va transformando en predisposiciones y actitudes emocionales que impiden el cambio. Por eso el tipo raro si logra sobrevivir va adquiriendo fortaleza emocional, pero los colegios matan muchas veces eso. Particularmente en países como éstos. La vieja concepción de la escuela es que conocimiento es información, algo que se adquiere y se aplica.
Cuando estudié en Stanford me llamó la atención cómo estaban organizados los estudiantes doctorales: no tenían obligación de tomar ninguna clase, lo único que se les entregaba era un papel que decía «sobre estos temas se les va a interrogar en 18 meses». De esa manera fomentaban el estudio libre, la investigación, el diálogo, el trabajo en equipo, el desarrollar habilidades, ir creando caminos autónomos. Lo que querían era crear personas que fueran capaces de inventar. No querían gente que sólo fuera capaz de aplicar conocimiento».

Fernando Flores Labra, es Ingeniero Civil Industrial de la Universidad Católica de Chile, y Ph.D. en Filosofía del Lenguaje de la Universidad de California en Berkeley, donde su tesis del doctorado se fundamentó en hacer comulgar conceptos como comunicación y administración y decir que las organizaciones son grandes procesos comunicacionales. Hoy los estudios de Flores se conocen como ontología del lenguaje y se aplican en las empresas bajo el concepto de coaching. Es además asesor de numerosas empresas. Ha fundado y dirigido empresas en los Estados Unidos, México y Chile. A los 27 años fue Ministro de Finanzas del Gobierno de Salvador Allede, detenido y preso político de la dictadura de Pinochet, liberado dado a presiones internacionales y la gestión de Anmisty Internacional; yendo a la Universidad de Stanford como profesor.

Autor de numerosos libros, entre los que destacan; Building Trust in Business, Politics, Relationships, and Life. Oxford University Press, 2001, Disclosing New World. The MIT Press. 1997, Beyond Calculation: The Next Fifty Years of Computing, Springer-Verlag, New York, USA, 1997, Ser en el Mundo Editorial Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 1996, Creando Organizaciones para el Futuro, Dolmen Ediciones S.A., Santiago, Chile, 1994, Management and Communication in the Office of the Future, 1982 y en español con el título Inventando la Empresa del Siglo XXI , 1989, Understanding Computer and Cognition. Addison-Wesley Publishing Company, New York, USA, 1986.

Más info: http://www.fernandoflores.cl/