Convicción e Involucramiento: Una Perspectiva desde la Ontología de la Conciencia

La convicción y el involucramiento se reconocen como la energía motriz que impulsa acciones y moviliza voluntades más allá de la certeza intelectual. En este artículo, exploramos cómo estos conceptos se fundamentan en la ontología de la conciencia y cómo se despliegan a lo largo de las fases del Modelo MƐT®. Nuestra propuesta articula marcos teóricos y aplicaciones prácticas, proporcionando un horizonte para coaches y terapeutas interesados en catalizar el compromiso auténtico.

Ontología de la Conciencia: Fundamentos

La ontología de la conciencia se articula como el estudio del ser consciente en su dimensión más fundamental, integrando disciplinas como la filosofía, las neurociencias y la teoría de sistemas complejos. Según Sorrentino, la ontología de la conciencia asume que la conciencia “existe en la medida que es ejercida por algún ser” y que su investigación debe partir de preguntas sobre qué tipo de realidad es la conciencia y qué sistemas la poseen.

Este enfoque reivindica la distinción clásica entre ontología (naturaleza del ser) y epistemología (fundamentos del conocimiento), y plantea que comprender la conciencia exige abordar la unidad cuerpo-mente como un sistema total. Así, la conciencia no se reduce a procesos neuronales aislados, sino que emerge de la interacción dinámica entre cerebro, cuerpo y entorno.

Modelo MƐT®: Estructura y niveles ontológicos

El Modelo MƐT® (Metodología de Educación Transformativa) nace de la fusión entre la ontología de la conciencia y la metáfora de la metamorfosis (ἄλλαγη + μορφή) como proceso de cambio de forma profunda. El MET es a la vez un acrónimo que conjuga:

  • M: Modelo o Metodología
  • @: Variable de aplicación (educación, emprendimiento, evaluación…)
  • T: Transformación y Transmutación

Este patrón se despliega en un currículum abierto que articula los desafíos particulares de cada participante con niveles de conciencia y modelos mentales graduales. El eje del MET es la comprensión de que el saber y el ser coevolucionan, permitiendo un aprendizaje expande su cosmovisión al integrar múltiples disciplinas.

Fases de conciencia en el Modelo MƐT®

El Modelo MET clasifica la conciencia en fases, cada una con características ontológicas y energéticas propias. A continuación, sintetizamos las siete etapas principales:

  1. Conciencia Introspectiva (Nivel 0): Enfoque en la salud, el autoconocimiento, la resiliencia y la adaptabilidad.
  2. Conciencia de Control (Nivel 1): Reflexión ontológica sobre compromisos y la responsabilidad operativa.
  3. Conciencia Abierta (Nivel 2): Integración de la inteligencia emocional, a partir de la escucha.
  4. Conciencia Despierta (Nivel 3): Evaluación de procesos de acción y retroalimentación integral.
  5. Conciencia Reflexiva (Nivel 4): Desarrollo de habilidades práctico-reflexivas en alineación con los valores.
  6. Conciencia Generativa (Nivel 5): Definición de propósito, comunicación asertiva y liderazgo trasformacional.
  7. Conciencia de Integración (Nivel 6): Ética, responsabilidad social y compromiso con el bienestar colectivo.
  8. Supraconciencia (Nivel 7): Creatividad, innovación y legado trascendente.

Cada fase no solo describe un estadio de habilidad o conocimiento, sino un modo de ser que redefine la relación entre el individuo y su entorno, convirtiendo la acción en expresión ontológica.

Convicción e involucramiento como motor ontológico

La convicción en este marco es mucho más que certeza: es pasión encarnada, el fuego que enciende voluntades sin imponer dogmas. La ontología de la conciencia sitúa la convicción en el núcleo del ser-ejecutante, señalando que creer profundamente en una visión es obrar ontológicamente, pues todo acto emerge de un modo de existir.

El involucramiento, por su parte, se define como la manifestación práctica de esa convicción: el engagement nace cuando la pasión se inspira en una visión clara y trasciende la mera adhesión intelectual. Esta energía movilizadora se expresa en:

  • Una presencia congruente entre discurso y acción.
  • El entusiasmo contagioso capaz de sintonizar campos emocionales y energéticos de otros​.​
  • La capacidad de sostener el impulso a lo largo del tiempo, incluso ante la incertidumbre.

Desde la ontología de la conciencia, convicción e involucramiento son manifestaciones de un salto ontológico, donde el individuo transita de ser espectador a ser creador de realidades.

La Convicción en las fases del Modelo MƐT®

A continuación, exploramos cómo la convicción e involucramiento se despliegan en cada fase del Modelo MƐT®:

  1. Conciencia Introspectiva: La convicción germina al reconocer carencias y transformar la adversidad en aprendizaje. El involucramiento requiere un compromiso mínimo diario (10 minutos de reflexión o acción) que sostenga la motivación inicial.
  2. Conciencia de Control: Implica la deconstrucción del lenguaje limitante y la formulación de onto-declaraciones (enunciados de ser), por ejemplo: “Soy un agente de cambio que crece con cada desafío”.
  3. Conciencia Abierta: Se alimenta de la inteligencia emocional. La convicción se refleja en la gestión equilibrada de emociones propias y ajenas, generando espacios de confianza donde el entusiasmo se comparte sin rivalidades.
  4. Conciencia Despierta: Aquí la convicción se corrobora con indicadores holísticos (KPIs cualitativos y cuantitativos). El involucramiento se plasma en la retroalimentación continua, que ajusta y refuerza la energía movilizadora.
  5. Conciencia Reflexiva: Surge la capacidad de alinear valores y acciones. La convicción es más profunda si se basa en una identidad ontológica que trasciende roles profesionales, mientras el involucramiento se sostiene por una vocación que da sentido a cada paso.
  6. Conciencia Generativa: En esta etapa, la convicción e involucramiento se proyectan hacia otros. El líder transformacional articula su pasión con el bien común, y su visón inspira y moviliza equipos.
  7. Conciencia de Integración: La ética y la responsabilidad social nutren la convicción; el involucramiento trasciende el ámbito personal para convertirse en compromiso ciudadano, integrando solidaridad y sostenibilidad.
  8. Supraconciencia: La convicción alcanza su máxima potencia al crear legado. La innovación y la trascendencia se nutren de una energía interior que articula propósito y sentido colectivo, dejando huella después de la acción.

Implicaciones prácticas y reflexiones finales

Abordar la convicción e involucramiento desde la ontología de la conciencia y el Modelo MET implica:

  • Diseñar rituales de cierre y rituales de apertura para cada etapa, integrando simbolismos que refuercen la convicción.
  • Utilizar body-scan y prácticas energéticas (yoga, Chi Kung) para realinear reservas energéticas.
  • Aplicar preguntas disruptivas que deconstruyan narrativas limitantes y propicien onto-declaraciones potentes.
  • Establecer acuerdos mínimos con uno mismo y con el equipo, alimentando la convicción día tras día.
  • Crear mapas visuales del ciclo convicción–acción–retroalimentación, vinculados a los niveles del Modelo MET.

La convicción no impone, inspira; el involucramiento no requiere perfección, exige presencia. Integrar estas fuerzas en un proceso ontológico de metamorfosis individual y colectiva permite trascender la mera ejecución de tareas, catapultando a los participantes hacia estados de ser cada vez más alineados con sus visiones y con el bien común.


Por el Staff de Sonria.com │ Referencias:

  1. Sorrentino, F. (2012). Ontología de la Conciencia. Fundación Sonría. https://sonria.com/ontologia-conciencia/
  2. Sorrentino, F. (2016). ¿Qué es y qué Aporta el Modelo MET? Fundación Sonría. https://sonria.com/modelo-met/