El Constructivismo. Por Irene Martínez Zarandona

El constructivismo parte de la responsabilidad del sujeto sobre su propio proceso de aprendizaje: una experiencia personal basada en los conocimientos previos, a semejanza de una construcción edificada a partir de sus cimientos.

A los docentes constantemente nos mencionan la importancia de establecer procesos constructivistas en nuestras aulas, con lo cual solemos estar de acuerdo; sin embargo, no nos explican qué es el constructivismo y, sobre todo, cómo implementarlo.

….El primer obstáculo a enfrentar, es que la mayoría de nosotros aprendimos bajo lineamientos poco afines con esta propuesta educativa: nuestros maestros poco sabían del aprendizaje significativo y de la participación activa del educando, salvo alguna honrosa excepción que siempre ha habido.

….Para comprenderlo mejor debemos plantear una pregunta que ha preocupado a los filósofos de todos los tiempos, ¿Cómo se adquiere el conocimiento? 1 , a lo cual el constructivismo, como escuela del conocimiento, responde concibiendo el aprendizaje como un proceso único y personal que se da entre el sujeto y el objeto a conocer, y coloca al enseñante como facilitador de dicho proceso.

Tema concerniente a la epistemología, del griego episteme = conocimiento.

Cada uno es responsable de su proceso de aprendizaje

La propuesta constructivista parte de la relación establecida por el sujeto con el objeto del conocimiento y la manera como éste desarrolla su actividad cognoscitiva. Cada uno de nosotros —maestros, padres y, claro: nuestros alumno— somos responsables de aquello que queremos aprender o «intentamos aprender». Lo hacemos a través de lo que percibimos con nuestros sentidos y nuestra mente registra e incorpora a otros conocimientos previos. Con lo anterior, el nuevo conocimiento queda asimilado y acomodado a lo que previamente ya sabíamos y que determinó nuestra forma de mirar.

….Por eso el concepto de aprendizaje significativo es tan importante dentro del constructivismo, pues todos hemos experimentado que al mirar vemos primero aquello que nos interesa o llama más nuestra atención y dejamos de ver lo que no es importante para nosotros.

….Es conocida la historia de un leñador, un comerciante y un pintor que contemplan un bosque. El primero piensa cuántos árboles podría cortar; el segundo, cuánto podría pedir por esa madera; en cambio el tercero, el pintor, se embelesa con la majestuosidad de los árboles y reflexiona desde qué ángulo los pintaría. Cada uno mira desde su idiosincrasia personal y ubica lo mirado conforme a sus intereses.

….Nos fijamos en aquello que nos importa. Por muy interesantes que sean los datos que se intente enseñarnos, si no están acordes con la edad y las circunstancias de nuestra vida, no penetran ni se convierten en experiencia de aprendizaje.

….Para que nuestros alumnos no pasen de largo ante los conocimientos escolares, debemos considerar su etapa de desarrollo, sus circunstancias emocionales y el contexto sociocultural en que viven, incluidos los medios audiovisuales que impactan a niños y jóvenes en sus intereses.

El aprendizaje es una experiencia completa

El constructivismo postula la estimulación del aprendizaje con todo el cuerpo, porque no sólo aprendemos lo percibido por los ojos o los oídos, sino por todos los sentidos incluidos el tacto, el olfato y el gusto.

….En gran parte nuestra forma de percibir el mundo es un aprendizaje cultural; así nuestro manejo del espacio, el sentido del tiempo y todo aquello que tomamos del ambiente es percibido y seleccionado sobre la base de cómo hemos sido «educados» para comprender. Porque en términos generales la mirada se entrena a ciertas formas, colores y estímulos; así como el oído se prepara para determinado idioma, ritmos y acordes musicales; el olfato y el gusto a alimentos propios de la cultura en que se crece y la piel para percibir texturas, distancias y sensaciones.

….Los educadores —cuando estamos sensibilizados a la propuesta constructivista— damos un margen de libertad a los pequeños: ellos interactúan con los objetos y los conceptos según sus necesidades.

Paradójicamente, las principales enseñanzas que recibimos los educadores provienen directamente de los niños; por ejemplo, cuando el pequeño Santiago me invitó a jugar al dominó, mientras sacábamos las fichas inicié una serie de elucubraciones acerca de cómo podría un niño de 3 años disfrutar de este complejo juego. Pensé iniciarlo a contar puntos, o que a través de la configuración de éstos identificara cada ficha para colocarla; pero no hicieron falta mis conocimientos de psicóloga. Él sencillamente empezó a colocar las fichas para formar los castillos que su creatividad le inspiraba, tal y como Jean Piaget acerca de cómo el niño toma los objetos del medio ambiente y los usa según su propia madurez y necesidades.

….En ese sentido, el constructivismo impulsa a retomar aquello que ya sabe un niño para ayudarlo a aprender más. Insta a utilizar lo que le interesa y le es mas cercano, para que el nuevo aprendizaje se acomode y enriquezca lo que ya comprende, formando un nuevo saber.

¿Qué significa significativo?

El manejo de los conocimientos que adquirimos, al ser percibidos por una o varias vías preceptúales, si son importantes para nosotros los registramos e incorporamos; es decir los guardamos en la memoria. Este proceso sólo se da cuando los conocimientos «son interesantes y adecuados», es decir tienen un significado para nosotros; en otras palabras cuando sus propiedades son afines a nuestra necesidad de aprender.

….En este asimilar lo que nos es propio y afín, es donde adquiere un papel primordial lo que llamamos el contexto; es decir lo que rodea el conocimiento y determina en gran parte las conexiones de lo que guardamos y acomodamos las cosas: las redes donde quedan ubicados los datos.

….El contexto que rodea a cada objeto de conocimiento y el lugar o red donde lo engarzamos o colocamos se basa en nuestras experiencias previas, por eso tiene sentido llamarlo constructivismo; porque así se forma el edificio del conocimiento: basándose en los cimientos, los planos previos, las paredes y espacios, que ya poseemos.

….Estas redes de conocimientos que a través de las diversas experiencias vividas hemos construido en nuestra mente, pueden haberse formado por temas o por corresponder a lo que vimos en nuestro programa de televisión favorito; por lo que el maestro nos contó de forma divertida o lo relacionó con lo que sucede en nuestra colonia; porque me sirven para inventar nuevas fantasías; porque se parecen a lo que cuenta mi hermano; incluso de forma azarosa, etcétera, etcétera, cada uno lo guarda de forma personal y única porque no hay dos aprendizajes iguales. Como dice el dicho:

«Cada cabeza es un mundo» y cada mente establece las conexiones entre los conceptos de forma arbitrariamente personal.

….En la medida que nuestro aprendizaje es acorde con nuestros intereses, motivaciones y emociones y enseñado de forma paulatina y sistemáticamente en la escuela, el orden de nuestras redes será más adecuado para utilizarlos con otros conocimientos nuevos, ampliando la red o combinándola con otras. En la unión de una red con otra es como se va integrando el conocimiento más general y completo.

En palabras simples

El aprendizaje es este largo recorrido de los objetos de conocimiento: desde la percepción sensorial y selectiva al procesamiento de asimilación según el interés personal y la acomodación de la nueva experiencia en concordancia con lo que ya se sabe. Es el proceso de incorporación con el que vamos formando (construyendo) nuestro conocimiento.

….Las características personales del sujeto influyen definitivamente: cada maestro sabe que sus alumnos tienen diferentes niveles de desarrollo intelectual, distinta moral, pensamiento crítico o aceptación de lo que escuchan. Cada uno tiene una forma de estudio única y capacidad de reflexión sobre sí mismo y su medio, sus propias motivaciones y responsabilidad sobre el estudio, disposición para aprender y cooperar por el bien colectivo.

….El arte de ser un facilitador estriba en encontrar las fórmulas que ayuden, al grupo en general y a todos y cada uno en particular, a construir su aprendizaje.

Bibliografía:

Díaz Barriga, Arceo Frida y Gerardo Hernández Rojas: Estrategias docentes para un aprendizaje significativo, México, Editorial Mc Graw Hill, 1998.

Coll, César: Un marco de referencia psicológico para la educación escolar: La concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza, en el libro Desarrollo psicológico y educación II, Madrid, Editorial Alianza, 1990.

Zubiría Remy, Hilda Doris: El constructivismo en los procesos de enseñanza aprendizaje en el siglo XXI, México, Editorial Plaza y valdés, 2004.