La locura es un trastorno mental, una alteración, un extravío del espíritu. Las diferentes manifestaciones de la locura, con grados más o menos graves, son la ALIENACIÓN, el DELIRIO, la DEMENCIA, la ALUCINACIÓN, la MANÍA, la NEUROSIS, la PARANOIA, la PSICOSIS y la ESQUIZOFRENIA.

Toda enfermedad mental está relacionada con el YO SOY de la persona. Su problema es de identidad: no sabe quién es. Suprime su capacidad de sentir y la compensa dedicándose obstinadamente a querer comprender las cosas y a las personas en lugar de abrirse para sentirlas.

La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente formaGoethe (1749-1832) Poeta y dramaturgo alemán

Entre los problemas mentales mencionados antes, en la gran mayoría de los casos, la persona mantiene un rencor profundo, incluso odio, hacia uno de sus padres, muchas veces el del sexo contrario. La existencia de un problema tan grave en la edad adulta, hace necesario remontarse a la primera infancia para encontrar la causa. A ese niño se le impidió ser él mismo, y en consecuencia, empezó a crear un mundo interior en el cual refugiarse.

Por eso, al llegar a adulto, esta persona experimenta tantas dificultades para ubicarse en el mundo normal. Además, es frecuente constatar que la persona afectada por un problema mental está sujeta a obsesiones de todo tipo. Pone la mira en otra persona o cosa para evadirse, lo que le permite evitar verse a sí misma. Llega el momento en que, no pudiendo huir más en sus obsesiones, huye en la locura, como otros huyen en el alcohol, los medicamentos o la droga.

De acuerdo con mi experiencia, la única forma actual de obtener resultados es el perdón verdadero. No obstante, como la persona afectada no quiere necesariamente salir de la locura porque para ella es un escape, quienes quieran ayudarla deben actuar con mucho amor y paciencia para que esta persona logre perdonar y se perdone. También existe el hecho de que la persona enferma de alguna forma de locura en general cree en Dios y en Satán como dos personajes que existen para juzgarla y condenarla.

Por lo tanto, siente muchos miedos. Por esta razón, este tipo de persona se obsesiona por una religión y vive en el temor al demonio, del mismo modo que vivió el temor hacia uno de sus padres. Para sanar debe aceptar otra concepción de las palabras «Dios» y «demonio»: llegar a creer que no son personajes externos, sino una energía de amor o de odio que está en su interior, una energía de creación o de destrucción, un estado del ser, nada más. (Las etapas del perdón)

La locura, también llamada alienación mental o psicosis, se produce cuando ya no puedo más y que rechazo el mundo en el cual vivo. Me siento agredido y perseguido de todas partes, sobre todo por mi propia familia. Para mí, la vida sólo es sufrimiento. Me encierro en mi propio universo en el cual me siento muy bien. Nada me puede alcanzar. Es mi modo de cortarme definitivamente de mi familia y del mundo exterior. Es la huida y la evasión. Puedo liberarme de esta locura recibiendo el amor y la comprensión; si pienso que me está alcanzando la locura, debo asumirme, aceptar que todo lo que me sucede tiene una razón de ser y que esto me permite volverme más responsable, más libre, más dueño de mi vida. Puedo así transigir más fácilmente con las nuevas situaciones que se ofrecen a mí.