La compasión (del latín cumpassio, calco semántico o traducción del vocablo griego συμπάθεια (sympathia), palabra compuesta de συν πάσχω + = συμπάσχω, literalmente «sufrir juntos», «tratar con emociones …», simpatía) es un sentimiento humano que se manifiesta a partir y comprendiendo el sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión es la percepción y comprensión del sufrimiento del otro, y el deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo tal sufrimiento.

El budismo ha hecho de este sentimiento su actitud espiritual propia. Todo ser vivo merece esta piedad cuidadosa, esta solidaridad en la finitud o por la menesterosidad.

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El sentirla contribuye al deseo de no producir daño al otro. En su ausencia, al no ser sensibles al sufrimiento del otro, no existe traba a la generación de daño al otro, que no sea la del miedo a las consecuencias.

En el contexto cristiano se dice que Pablo de Tarso (el apóstol Pablo, en el cristianismo) afirmaba que la compasión es «reír con los que ríen y llorar con los que lloran», enlazando el valor de la compasión con la idea de compartir, este versículo enfatiza más bien la virtud de la empatía. El sentimiento de compasión se ha asociado a un sentimiento pasivo de lástima o pena ante la desgracia que nos produce el dolor de otro. Sin embargo, la solidaridad, como positiva actitud de generosidad y cuidado de los demás resulta psicológicamente incomprensible sin el motivo de la compasión. Y se erige a María como estandarte de la compasión.

El idioma español ha acunado una expresión especial algo caballeresca o quijotesca (relacionada con la honra, u honor social) para designar un tipo de compasión indignada por la falta de dignidad (u honor individual) de quien sufre (o más bien, permite) sobre sí mismo el ridículo, la miseria, la injusticia o la vileza sin que nadie lo solucione, pues la honra exige que nadie sea deshonrado por honor corporativo o esprit de corps. Los ingleses ya observaron esta particularidad cultural al acuñar la fórmula que lo describía en su idioma como spanish shame. Es el sentimiento opuesto a la schadenfreude. El término existe también en alemán (Fremdscham), en finlandés (myötähäpeä, «vergüenza compartida») y en holandés (plaatsvervangende schaamte, «vergüenza que intercambia su lugar»). Fremdschämen, por cierto, se incluyó en el diccionario alemán Duden solamente en el año 2009.1​ Tiffany Watt Smith, en The Book of Human Emotions, añade que en España, “el miedo a perder la dignidad o el orgullo -ambos términos en español en el original- se consideran muy pronunciados”. E incluso recuerda que la última pieza de comida en una ración compartida es “la de la vergüenza”. Al mismo tiempo, “también es una cultura en la que los lazos de simpatía son muy intensos

La benevolencia, por su parte, es una cualidad del ser humano con la que demuestra en sociedad que es bueno con los que convives. Según su etimología, Benevolencia se compone de los términos “Bene” significa “Bueno” y “Voló” quiere decir “Querer”. Es decir que una persona que es Benevolente quiere ser buena con los demás. Sus sentimientos, dictan que las acciones que tiene que tomar deben beneficiar a los demás, incluso si su bienestar se ve comprometido. Filosóficamente, la benevolencia es el valor que se le aporta a las acciones, este valor es positivo y es concebido para que todas las acciones a partir de esta, estén constituidas para hacer el bien.

En la sociedad, existe un código que conocemos como ética, la moral por su parte es aquel sentido que nace a partir de la educación recibida en casa y en la educación. Cuando ambas son impulsadas por una persona que demuestra tener buenas intenciones, representa a una figura que es un ejemplo a seguir. Un ejemplo de Benevolencia es la que manifiesta con acciones el Papa Francisco I, quien con gestos de humildad y una notoria transformación de la iglesia católica, ha enviado un mensaje de paz, unión y comunidad entre las personas del mundo.

Las nuevas tendencias sociales que hay en la actualidad han concluido en diversas oportunidades en conflictos gubernamentales y étnicos, incluso bélicos, lo que ha significado una disminución de las personas benevolentes, en vista de que se ven obligados a cuidar el bienestar de sus intereses y de sus personas más cercanas. Cuando una persona es benevolente, es excepcional, diferente y destaca.

Acerca de la Autocompasión

Practicar la autocompasión puede ser muy beneficioso para tu bienestar emocional. Aquí tienes algunas estrategias que puedes probar:

  • Habla contigo mismo como lo harías con un amigo: Cuando te enfrentes a un error o una situación difícil, intenta hablarte con la misma amabilidad y comprensión que le ofrecerías a un amigo cercano1.
  • Reconoce tu humanidad compartida: Recuerda que todos cometemos errores y enfrentamos dificultades. No estás solo en tus experiencias, y reconocer esto puede ayudarte a ser más compasivo contigo mismo2.
  • Practica la atención plena (mindfulness): Dedica tiempo a estar presente en el momento sin juzgar tus emociones. Esto te ayudará a aceptar tus sentimientos sin criticarte2.
  • Escribe una carta de autocompasión: Escribe una carta a ti mismo describiendo una situación difícil y cómo te sientes al respecto. Luego, responde a esa carta con palabras de consuelo y apoyo, como lo haría un amigo comprensivo1.
  • Realiza ejercicios de respiración y meditación: La meditación enfocada en la autocompasión puede ayudarte a desarrollar una actitud más amable hacia ti mismo. Puedes encontrar guías y meditaciones específicas en línea1.
  • Permítete sentir: No reprimas tus emociones. Permítete sentir tristeza, frustración o cualquier otra emoción sin juzgarte por elloAceptar tus emociones es un paso importante hacia la autocompasión2.

¿Cómo escribir una carta de autocompasión?

  • Encuentra un lugar tranquilo: Busca un lugar donde puedas estar solo y sin distracciones durante unos minutos.
  • Identifica la situación: Piensa en una situación reciente que te haya causado dolor o estrés. Puede ser algo que te haya hecho sentir frustrado, triste o ansioso.
  • Describe tus sentimientos: En la primera parte de la carta, describe la situación y cómo te hizo sentir. Sé honesto y detallado sobre tus emociones.
  • Reconoce tu humanidad compartida: Recuerda que no estás solo en tus experiencias. Escribe sobre cómo todos los seres humanos enfrentan dificultades y cometen errores.
  • Habla con amabilidad: En la segunda parte de la carta, responde a ti mismo con palabras de consuelo y apoyo. Imagina que estás hablando con un amigo querido que está pasando por lo mismo. Sé amable y comprensivo.
  • Ofrece apoyo y aliento: Termina la carta con palabras de aliento y apoyo. Recuérdate a ti mismo tus fortalezas y lo que puedes hacer para cuidarte en el futuro.

Aquí tienes un ejemplo para inspirarte:

Querido [Tu Nombre],

Sé que has estado pasando por un momento difícil últimamente. La situación con [describe la situación] te ha hecho sentir [describe tus sentimientos]. Es completamente normal sentirse así cuando enfrentamos desafíos.

Quiero recordarte que no estás solo. Todos enfrentamos momentos difíciles y cometemos errores. Es parte de ser humano.

Quiero que sepas que está bien sentir lo que sientes. No necesitas ser perfecto. Eres valioso tal como eres, con todas tus fortalezas y debilidades.

Recuerda que eres fuerte y capaz de superar esto. Tómate el tiempo que necesites para cuidarte y no dudes en buscar apoyo cuando lo necesites.

Con cariño,

[Tu Nombre]

Fuentes: Wikipedia. Etimologías de Chile y Diccionario de Emociones, Actitudes y Conductas de la Universidad Bolivariana.