Jose Ferrater Mora ha tratado sobre el concepto de afección, afectar, afectan, afecciones (en el sentido del affectus) en el artículo sobre la emoción . Aquí se refiere exclusivamente a la afección en el sentido de la affectio. Los escolásticos distinguían entre dos clases de afección: la externa, procedente de causas exteriores, y la interna, derivada de principios interiores o íntimos. La afección era aquí, en todo caso, el resultado de la influencia de una «impresión» sobre la mente y, por lo tanto, una forma de la «excitación».

No de una manera muy diferente entendía Kant el afectar como el hecho de que el objeto—cualquiera que sea— influya sobre el espíritu. Así, dice Kant, «la sensibilidad es la capacidad de recibir las representaciones según la manera como los objetos nos afectan», y la sensación es «el efecto de un objeto sobre nuestra facultad representativa al ser afectados por él». La afección era, en cambio, para Spinoza, el modo de la substancia, de tal suerte que este modo equivale a sus afecciones.

Esta noción se precisa cuando el mismo autor la refiere a las afecciones de nuestro cuerpo: «Entiendo por sentimientos dice las afecciones del cuerpo por medio de las cuales aumenta o disminuye, se acrecienta o se reduce la potencia de obrar de dicho cuerpo y a la vez las ideas de estas afecciones». La afección no es de este modo algo puramente pasivo; como el propio Spinoza subraya, la afección es una acción cuando el cuerpo puede ser causa adecuada de alguna de las afecciones, y pasión en los demás casos.

Las complicaciones habituales que ofrece la historia de la filosofía al referirse a este término obedecen sobre todo a que mientras en unos casos es tomado como si designara una afección inferior, y aun una pura sensación, en otros se estima como si expresara la variedad de una emoción intencional. En ambos casos, sin embargo, existe un principio de unificación cuando, aun entendida la afección como algo intencional, se adscribe a la esfera de lo «mínimamente intencional», de tal suerte que la afección roza siempre la sensibilidad o cuando menos el llamado sentimiento inferior.

De ahí la definición frecuente de la afección como una alteración de la sensibilidad o del entendimiento inferior que puede ser producida por algo externo opuede responder a un estado preexistente del ánimo afectado. En el primer caso, la afección se denomina pasiva; en el segundo caso, activa.

Para la afección en el sentido de la teoría de las afecciones, véase: Bernecke, Geschichte des Affektbegriffs,1915. — W. Dilthey, DieAffektenlehre des 17. Jahrhundertes (Gesammelte Schriften, II, 1923).— H. Herring, Das Problem der Affektionbei Kant, 1953 (Kantstudien.Ergänzungshefte 67). —

Compilado por Abasuly Reyes – Martes, 6 de septiembre de 2011, 12:42