El aborto es la expulsión del feto antes de que finalice el sexto mes, es decir, antes de que el niño esté en condiciones de sobrevivir y desarrollarse. Después de este límite no se considera aborto, sino parto prematuro. El aborto se puede presentar en diferentes formas:

– El aborto espontaneo, que es una especie de parto, sucede por sí solo y culmina con la expulsión del feto, con frecuencia muerto, y de la placenta. Es lo que se conoce como PARTO FALSO.

– El aborto provocado voluntariamente. Cuando se realiza en una institución hospitalaria antes del segundo mes de embarazo, la frecuencia de las complicaciones es mínima en comparación con las consecuencias resultantes de los abortos clandestinos.

– El aborto terapéutico provocado se lleva a cabo en condiciones de atención médica en una mujer embarazada cuyo estado de salud impide, a riesgo de accidentes graves, llevar a término la gestación.

La mayor parte del tiempo, el aborto espontaneo o parto falso es ocasionado por una elección inconsciente entre la madre y el alma del bebé que alberga, ya sea que ésta haya cambiado de idea o que la madre no se sienta preparada para tener un hijo en ese momento.

Durante el tiempo que una madre lleva a un bebé dentro de sí, existe una comunicación entre los dos, de alma a alma. También es posible que esta misma alma regrese a esta madre cuando vuelva a estar embarazada. Es sólo un partido aplazado. Cuando la madre decide voluntariamente practicarse un aborto es porque experimenta muchos temores. Si sobrevienen complicaciones durante el aborto se sentirá muy culpable.

Es importante que esta madre le explique al alma de ese feto los temores que siente, y que se conceda el derecho de tener límites. De lo contrario, su sentimiento de culpa puede ocasionarles otras muchas complicaciones si no vuelve a quedarse embarazada y se dedica a pensar en ese pequeño ser al que se negó a llevar a término.

Después de un aborto terapéutico provocado, la madre siente lo mismo que después sola y prefiere que la decisión provenga del personal médico. Quizá se sentiría demasiado culpable si no fuera así.

Un aborto o un parto falso suele coincidir con un proyecto que abortó, es decir, que no tuvo éxito, que fracasó. Esta mujer no puede o no quiere llevar a término su creación.

He podido observar varias veces a mujeres jóvenes que, después de haberse provocado un aborto, presentaban constantemente problemas en los órganos genitales. Se sentían muy culpables por haber interrumpido la vida de alguien y debían castigarse. Algunas siguen llevando un bebé psicológico, es decir, tienen el vientre inflamado como si estuvieran embarazadas. Otras incluso se crean un fibroma en el útero, señal de que todavía no aceptan la elección que hicieron. Si estás entre aquéllas que han sufrido un aborto, es importante que pienses que, en ese momento, considerar la idea de tener un hijo estaba más allá de tus límites.

En cambio, si estás considerando la idea de abortar, te recomiendo que reflexiones seriamente sobre ello. En mi opinión, cuando una mujer queda embarazada es porque eso forma parte de una experiencia que tiene que vivir, y si no deja que sus temores la invadan y se pone en manos de la Divinidad, todo se arreglará del mejor modo. Muchas personas creen haber llegado a su límite cuando en realidad tienen mucha más fuerza de la que creían.

También es importante que no te dejes influir por nadie. Dedica tiempo a comunicarte con el alma de ese pequeño ser que llevas en ti y toma tu propia decisión. Si te decides abortar, debes saber que el rechazo que haces sentir a ese ser volverá un día a ti, según la intención que te motivó. Si estás en paz contigo misma te será fácil aceptar las consecuencias de ti decisión.

En lugar de ver el mal que pueda haber en una acción determinada, la persona sensata admite que todos sus actos y decisiones tienen consecuencias. Entonces, aceptarás mental y emocionalmente que, un día u otro, deberás vivir a tu vez una forma de rechazo. Además, concédete el derecho de no tener éxito en todo lo que emprendas, y de llegar hasta el final de las cosas. Reconoce tus límites en todo. El aborto espontáneo es un paro del embarazo antes del día 180 (6,5 meses aproximadamente) de gestación.

En general, se hablará de aborto en el caso de interrupción voluntaria del embarazo (I.V.E.) Cuando el aborto es espontáneo, es decir cuando se trata de la pérdida no provocada del feto, se hablará entonces de aborto espontáneo. Cuando tengo un aborto espontáneo, me pregunto para saber quién deseaba un hijo, yo o mi cónyuge. Inconscientemente, tengo miedo que el niño a nacer cambie mi vida de pareja, mi trabajo, mis costumbres. Temo no poseer las cualidades necesarias para ser una buena madre y esto puede remontar a momentos vividos en mi propia infancia.

Puede también que el alma que debía encarnarse haya cambiado de idea. Entonces debo quedarme abierta al nivel corazón y poner en marcha las energías necesarias para resolver esta situación “inmadura”; sino, los embarazos futuros corre el riesgo de ser complejos e incompletos. Amor, responsabilidad y respeto mutuo de los cónyuges (si se da el caso) son los sentimientos esenciales que deben manifestarse si quiero que mi hijo llegue a término.