La menstruación es una función fisiológica que se caracteriza por un flujo de sangre uterina que se presenta en la mujer no embarazada. La duración del ciclo menstrual es de 28 días, pero una duración entre 25 y 32 días también se considera normal. Los problemas relacionados con la menstruación son los siguientes:

AMENORREA (ausencia de menstruación), DOLORES MENSTRUALES, INFLAMACIÓN, DOLORES EN LOS SENOS, DOLORES EN LA PELVIS, MENORRAGIA (sangrado abundante) y METRORRAGIA (hemorragia importante independiente de la menstruación).

Todo problema menstrual en la mujer indica que ésta tiene dificultad para aceptar su feminidad, sobre todo después de la adolescencia. Actúa en reacción a su madre, que fue su primer modelo de mujer. Esto no quiere decir que no sea femenina, sino que le resulta poco envidiable el rol de mujer porque debe seguir demasiadas «reglas». De manera inconsciente, hubiera preferido ser hombre, incluso hasta el extremo de estar resentida con los que hacen cosas que ella cree no poder hacer por ser mujer. Suele esforzarse en comportarse como un hombre, pero en su inconsciente se siente culpable por ello.

Con tus problemas de menstruación, tu cuerpo te dice que lo que decidiste en la infancia con respecto a la mujer en general, no es la realidad. Esta forma de ver a la mujer te hace daño y entorpece tu felicidad. Tus reacciones en contra te producen emociones que perjudican tu paz interior. Puedes hacer lo que quieras, sobre todo ahora que cada vez más mujeres realizan actividades antes reservadas sólo a los hombres.

Ya no tienes que seguir las reglas aprendidas con respecto a las diferencias entre las funciones de la mujer y del hombre. En lugar de envidiarlos te beneficiaría desearlos, pues ello te permitiría establecer una hermosa relación hombre-mujer. Aun cuando en ocasiones elijas actuar como uno de ellos, date el derecho de necesitarlos sin llegar a ser dependiente. Si dejas de querer hacer todas las funciones del hombre, tendrás más oportunidades de dejar sitio para el hombre deseado.

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También es posible que tus problemas provengan de creencias populares transmitidas por tu familia. Quizá te hicieron creer, cuando eras niña, que menstruar era vergonzoso, pecaminoso, una enfermedad, sucio, etc. ¿Aprendiste que era normal tener problemas durante la menstruación? Si fue así, te corresponde revisar tus creencias sobre este tema y aceptar que la menstruación es una función no dolorosa, completamente natural y necesaria para la mujer. Las menstruaciones son el flujo, por la vagina, de sangre procedente de la mucosa uterina. Se producen periódicamente en una mujer no embarazada, entre la pubertad y la menopausia.

Los dolores menstruales pueden estar vinculados a culpabilidad e ira. Estos sentimientos pueden hallar su fuente en una experiencia en la cual estuve abusada sexualmente, sobre todo antes de la pubertad. Si tengo la sensación también que mis padres están decepcionados por haber dado a luz una niña, podré hacerlo todo para tener el aspecto de un niño y así ser amada de mis padres. Inconscientemente puede que retrase o haga parar mis menstruaciones. Rehusó mi feminidad y puede que también mi sexualidad, creyendo que es sucio o pecado porque es la pérdida de sangre (vinculada a la pérdida de alegría) que indica generalmente si estoy embarazada o no.

Esta decepción de no estar embarazada procede de la memoria inclusa, la de la especie, que quiere que esté hecha para la procreación que garantiza su supervivencia. Así, las pérdidas de sangres, relacionadas desde una perspectiva metafísica con la pérdida de alegría, me indican, en cierta medida, mi pena, incluso inconsciente, de no haber estado embarazada, vinculada a mi programación genética para la preservación de la especie. Si mis pérdidas “salen de mi normalidad” es decir que disminuyen, pudiendo incluso ir hasta parar menstruaciones, o si al contrario, aumentan, debo entonces comprobar uno u otro de los aspectos mencionados anteriormente que pueda vivir en mi vida y que explicaría este cambio.

Cuanto más acepte que se trata sencillamente de una respuesta de mi cuerpo a una programación, más este período se desarrollará en armonía. Debo aceptar que siendo mujer, he de vivir en armonía con este cuerpo que funciona según ciclos.