Emoción cuya función es reconocer uno de los componentes de la realidad que es la aparición de situaciones de amenaza, y me alerta para realizar conductas de autoprotección. Los miedos posibles son múltiples: a que no tendré trabajo; a la falta de éxito; a aburrir; a que me dejen plantado; a que no se interesen por mí, a dar lo mismo; a no darme a entender bien; a molestar, a hacer perder el tiempo; a enfermarme, a enfrentar al otro, a agredir, etc.
En la aparición del miedo es relevante que la intensidad en su percepción sea proporcional a la amenaza y por lo mismo que la intensidad de la reacción sea correspondiente. En general nuestra percepción de miedo está alterada y no hay correspondencia entre la amenaza, la percepción de ésta y la reacción.
El nombre castellano miedo existe desde los orígenes del idioma y figura más de una docena de veces en el poema Mío Cid ( 1140): «non hayades miedo; gran miedo ovieron; por miedo de los moros, etc.». Esta palabra, heredera del latín metus, -us ‘miedo’ es exclusiva del castellano y del dominio gallego-portugués (medo ). Las demás lenguas romances para expresar esta noción de miedo recurren a la voz latina pavor (de donde el italiano paura, el francés peur o el catalán por, que curiosamente son todas voces femeninas). Otros derivados del latín metus serían medroso, miedoso, meticuloso y el verbo amedrentar (ver al respecto la voz medroso).
La etimología del latín metus es oscura y no tiene ningún parentesco conocido con otras lenguas indoeuropeas. – Gracias: Pedro Menoyo Bárcena.
El miedo origina fuertes cambios fisiológicos
El miedo pone en funcionamiento una serie de cambios en el cerebro. Esta emoción se refleja en el sistema límbico, que se encarga de regular las conductas relacionadas con la huida, la lucha y la conservación. Esto ocurre en un lapso mínimo.
Enseguida se activa la amígdala y se desencadenan varios procesos: se acelera el ritmo del metabolismo, aumenta la presión arterial, se incrementa la adrenalina, sube el nivel de glucosa en la sangre, se intensifica la tensión muscular, se dilata la pupila y se detienen las funciones no esenciales del organismo.
De acuerdo con diversos estudios, en particular con uno llevado a cabo por Current Biology,las emociones tienen el efecto de modificar la percepción. Cuando dichas emociones son particularmente intensas, la distorsión puede ser muy alta.
Es así como se ha descubierto que cuando alguien está en presencia de un objeto al que le tiene miedo, tiende a verlo de mayor tamaño y más cercano de lo que realmente está. Esos efectos se hacen aún más potentes si ese objeto se aproxima a la persona que lo observa.
A continuación te mostramos los diferentes gradientes del miedo, ordenados de abajo hacia arriba de menor a mayor. Fuente: Ontología de la Conciencia.
Taxonomía NeuroPsicológica y Ontológica del Miedo
El miedo es una emoción primaria que cumple una función adaptativa crítica al señalar situaciones de peligro y activar respuestas de supervivencia. A nivel cerebral, la amígdala y el hipotálamo actúan como detectores automáticos de amenaza, orquestando cambios fisiológicos instantáneos (taquicardia, sudoración, tensión muscular) ante estímulos básicos como ruidos intensos u oscuridad profunda. Joseph LeDoux (1996) demostró que mediante condicionamiento clásico estos circuitos se refinan al asociar un estímulo neutro con uno aversivo, lo que consolida memorias de miedo a nivel amígdala–hipocampo–corteza prefrontal.
Antonio Damasio (1994) introdujo la hipótesis del marcador somático, describiendo cómo señales corporales (marcadores emocionales) guían nuestras decisiones y modulan el miedo anticipatorio, especialmente en contextos sociales que involucran la ínsula y la corteza cingulada anterior. Por su parte, Rollo May (1958) focalizó la dimensión existencial del miedo: el temor a la nada, a la muerte o a la pérdida de sentido del “ser-uno-mismo”, ligado a la actividad de la red por defecto y la corteza prefrontal medial, que custodian nuestra narrativa interna y la sensación de continuidad ontológica.
Estas perspectivas convergen en una taxonomía de cinco grandes categorías de miedo, cada una con su sustrato neuropsicológico y su papel adaptativo o patológico en la conducta humana.
Tabla de Clasificación
| Categoría | Definición | Sustrato Neurobiológico | Referencias |
|---|---|---|---|
| Innato | Respuesta automática a estímulos primitivos de supervivencia (ruidos, oscuridad, alturas) | Amígdala, hipotálamo | [7] |
| Condicionado | Aprendizaje asociativo entre estímulo neutro y uno aversivo | Circuito amígdala–hipocampo–corteza prefrontal | [7] |
| Social-evaluativo | Temor a la evaluación negativa o al rechazo por parte de otros | Ínsula anterior, corteza cingulada anterior | [17] |
| Existencial (ontológico) | Miedo a la nada, la muerte o la pérdida de sentido de ser | Red por defecto, corteza prefrontal medial | [17] |
| Patológico | Miedos desproporcionados que desembocan en fobias específicas, pánico o trastorno por estrés postraumático | Amígdala hiperactiva, disfunción de la corteza prefrontal ventromedial | [6] |
Referencias
[6] “La neurociencia del miedo: Fundamentos y mecanismos explicados”, Salud Vital (Yosen, 15/09/2024).
URL: https://saludvital.cl/neurociencia/la-neurociencia-del-miedo-fundamentos-y-mecanismos-explicados/
[7] A. Ávila Parcet & M. Á. Fullana Rivas, “Neurobiología: El miedo en el cerebro humano”, Neurobiología El miedo en el cerebro humano, Bio-Psico-Genealogía.
URL: http://www.biopsicogenealogia.com/…/la_neurobiologia_del_miedo.pdf
[17] F. Sorrentino, “Manipulamos por Miedo”, Fundación Sonrisa (Jul 24, 2025).
URL: https://sonria.com/manipulamos-por-miedo/
Otras Fuentes: Diccionario de Emociones, Actitudes y conductas de México. La Mente es Maravillosa.
Actualización con BingChat 26-07-2025








