Profesionales del CONICET participan en un programa científico nutricional de transferencia tecnológica que consiste en el desarrollo de un yogur enriquecido.

Graciela Font, investigadora superior del CONICET y directora del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA-CONICET) trabaja junto a María Pía Taranto, investigadora independiente del Consejo, en el estudio de las propiedades de la bacteria láctica Lactobacillus rhamnosus CRL 1505 y su aplicación en el desarrollo de alimentos funcionales probióticos, es decir, microorganismos vivos que administrados en cantidades adecuadas, son capaces de producir un efecto benéfico para la salud del consumidor.

Tras años de investigación, en 2007 se presentó YOGURITO, un yogur enriquecido con el probiótico Lactobacillus rhamnosus CRL 1505, y se evaluó su efecto en la salud de niños en condiciones de vulnerabilidad. Por los beneficios que aporta, el Gobierno de Tucumán lo incluyó a partir de 2008 en los planes alimentarios de la provincia.

Este yogur es fruto de un trabajo intersectorial entre los Ministerios de Desarrollo Social, Educación y Salud tucumanos, la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, el CERELA y una PYME local encargada de elaborar los productos lácteos a los que se les adiciona el probiótico.

¿Cuáles son los beneficios del consumo de YOGURITO en los niños?

MPT: Este tipo de alimento mejora el estado general del organismo al aumentar las defensas naturales por estimulación del sistema inmunológico. Al consumirlo, el niño está en mejores condiciones frente a infecciones intestinales y respiratorias. El consumo de YOGURITO potencia la acción de antiparasitarios, reduciendo en número y tipo de parasitosis. Estos beneficios contribuyen a la disminución de la morbilidad infantil por las enfermedades de mayor prevalencia en la infancia, situación agravada en poblaciones con necesidades básicas insatisfechas. Esto se refleja, además, en una menor deserción escolar por estas causas.

¿A quiénes alcanza YOGURITO?

GF: Actualmente YOGURITO es consumido por niños en edad escolar, particularmente del ciclo primario, como parte del desayuno o la merienda. Sólo en Tucumán, unos 200 mil alumnos que asisten a escuelas públicas de Capital y Gran San Miguel de Tucumán reciben el yogur probiótico tres veces por semana durante el período de clases.

¿Qué son los alimentos con probióticos?

MPT: Se incluyen en el grupo de alimentos funcionales, aquellos cuyas propiedades trascienden las inherentes a las propiedades nutritivas per se del alimento. Al hablar de probióticos, hablamos principalmente de bacterias lácticas, microorganismos reconocidos como seguros para el hombre y los animales. Para que una bacteria láctica sea considerada probiótica debe reunir algunos requisitos básicos como sobrevivir al pasaje gastro-intestinal tolerando las condiciones de acidez y llegar a intestino en cantidades suficientes para ejercer sus efectos positivos en la salud del consumidor.

¿En que se diferencian de los yogures comunes?

MPT: El que no es probiótico, tiene los mismos beneficios que un alimento lácteo, es decir que contribuye sólo a nivel nutricional proporcionando nutrientes y oligoelementos importantes. En cambio, el consumo de un alimento probiótico aporta beneficios que van más allá de los atributos nutricionales del producto en sí, tales como reforzar específicamente las defensas naturales del consumidor, con lo cual el individuo resulta menos propenso a contraer enfermedades.

¿Cuál es la importancia del proyecto a nivel social?

GF: A partir del programa creció el interés por parte de los docentes y también de los padres de los niños que reciben el yogur por saber más acerca de la alimentación sana y poco a poco incorporar hábitos saludables de higiene y nutrición, e incluso los propios niños fueron los transmisores de estos conocimientos. YOGURITO constituye un paradigma de interacción entre los sectores científico-tecnológico, productivo y estatal con un impacto concreto en la sociedad.

¿En qué provincias se implementa el programa? ¿Hay algún proyecto para ampliarlo a otras?

GF: El proyecto ya trascendió las fronteras de Tucumán y otras provincias se sumaron a esta iniciativa, cuyo eje es la innovación y la inclusión social. Entre otras Santiago de Estero, San Juan, Entre Ríos y recientemente el Municipio de Luján, en la provincia de Buenos Aires, a través de convenios con el CONICET. Sin duda nos gustaría que este tipo de proyecto pueda aplicarse en todo el ámbito nacional para fortalecer el estado sanitario de la población infantil.

¿El CERELA desarrolla otros productos similares?

MPT: A partir del microorganismo probiótico CRL1505 se desarrollaron otros productos que se suman al mercado social. Son BIOSEC, un probiótico deshidratado, y CHOCOLET, una leche chocolatada probiótica, que se incluyeron en el Programa Social en el año 2010. De esta manera se pudo extender los beneficios a escolares de zonas de difícil acceso. Otro producto desarrollado, en vías de sumarse a los anteriores, es un queso probiótico, elaborado con la misma cepa.

GF: Otros desarrollos tecnológicos a escala prototipo son, por ejemplo, complementos dietarios con efecto gastroprotector o bebidas funcionales a partir de derivados lácteos como lactosuero. Esperamos que estos productos puedan arribar algún día al mercado social como YOGURITO, CHOCOLET Y BIOSEC o comercial. En ese caso, queremos que conserven el espíritu social y puedan tener un precio accesible, de manera que puedan ser consumidos por la población en general, aún por aquellos de menores recursos.

El equipo de investigación de Yogurito en CERELA-CONICET está conformado por:
• Susana Álvarez. Investigadora principal.
• Julio Villena. Investigador adjunto.
• Susana Salva. Investigadora asistente.
• Martha Núñez de Kairuz. Profesional principal.
• Verónica Molina. Profesional adjunto.
• María José Fornaguera. Profesional asistente.
 Mariano Obregozo. Profesional adjunto.

Fuente: CERELA.