El mundo gira, gira, gira…y los tontos miran, miran, miran!
(Broma entre niños)

Pocas veces nos ponemos a reflexionar sobre los recursos que tenemos y nos son innatos. Uno de ellos, que nos es común a todos por igual, y quizá sea uno de los más importantes, es el tiempo, declara el Dr Fabián Sorrentino en el Manual del Mentor.

El tiempo es un recurso que poseemos por el simple hecho de estar vivos, y del cual somos responsables de su distribución y administración. Constantemente elegimos a qué vamos a dedicarle nuestra vida: a una reunión, a algún estudio, a la familia, a los amigos, al trabajo, entre diferentes actividades. Cada vez qué elegimos estamos demostrando nuestras prioridades, aquello por lo que estamos dispuestos a hacer eso y no otra cosa.

Naturalmente, debido a los paradigmas en los cuales fuimos criados, la mayoría de las personas consideramos el tiempo como una continuidad de sucesos, uno detrás del otro, con lo cual a todo lo que ocurra ahora lo denominamos “presente”, todo lo que haya ocurrido antes que “ahora” es pasado, y todo lo que podría ocurrir después de ahora sería “futuro”. Estas creencias, en parte creadas por una necesidad del cerebro de clasificar, en parte nos limita y generamos en nuestra conciencia polaridades, donde lo que no es presente, es pasado o futuro, o lo que es futuro no puede ser ahora, y así en un continuo de debate, en el cual olvidamos que todo es Ahora. La vida transcurre en tiempo presente, Ahora, y lo que pueda hacer será producto de lo que esté haciendo, y los hechos del pasado no puedo cambiarlos, porque forman parte del Ahora que ya pasó.

En palabras de Jorge Pinotti : “ Lo que hacemos o lo que postergamos lo hacemos siempre en tiempo presente, en el ahora.”

El tiempo nace de una conversación, de una manera de medir cuantitativamente el paso del ahora. En el proceso de expandir nuestra conciencia, ampliar nuestro observador, obtendremos la claridad para trascender este nivel de conciencia y comprender todo como ahora. Al vivir el ahora estamos presente, siendo protagonistas de cada momento, concentrándonos en lo que estamos construyendo.

rutina

Supongamos la rutina de una persona con un trabajo de horario fijo, comienza su día levantándose, se da una ducha, se arregla toma un rápido desayuno y se va a trabajar,

hasta aquí ya paso su primer hora y media del día. Comienza su jornada laboral, se toma un descanso de una hora al medio día, y  se retira luego de nueve horas en el edificio laboral. Tendrá 4 horas, antes de llegar el horario para dormir unas siete horas y media para luego comenzar un nuevo día. Pero no olvidemos que en ese tiempo entran otro tanto de actividades necesarias para la persona, ya sea, organizar la casa, tener reuniones sociales, preparar la cena, o alguna otra actividad que demandará parte de nuestro día.

horas

Haz tu propio cronograma con los mismos datos y relátanos a que conclusión has arrivado.

Desde la visión ontológica, interpretamos al tiempo como una conversación; ¿Cómo te estás relacionando con esta conversación?

Cuando hablamos de administración del tiempo, estamos creándonos la ilusión de qué podemos controlar el tiempo, por lo tanto administrarlo, cuando en realidad las acciones que  tenemos disponibles son aquellas referidas a nosotros mismos, o sea, a la administración de nosotros, de nuestra energía, de manera de enfocarnos en aquello que es importante, y dejando de lado lo que no lo es.

Una estrategia que han generado especialista en managment es aprender a distinguir entre lo importante de lo urgente, es una manera de organizar las actividades de manera de lograr aumentar nuestra productividad, utilizando el mismo tiempo.

cuadrantres

Partiendo de este esquema, identificamos cuatro variables posibles:
1) Importante – Urgente: Son aquellas cosas relevantes para lo que estamos realizando, y que son esenciales al objetivo que nos hemos planteado. En caso de no realizarse, nos afectaría negativamente o nos mantendría en el mismo estado, habiendo tenido la posibilidad de mejorarlo.

2) No Importante – Urgente: Son cosas ajenas a nuestro objetivo, pero son urgencias que surgen de momento y hay que resolverlas. No aportan, pero nos definen como personas.

3) Importante y no Urgente: Las actividades importantes y no urgentes son las que nos acercan día a día a aquello que nos hemos propuesto. Estas se construyen en la cotidianeidad como parte del proceso al éxito.

4) No Importante y no Urgente: Estas actividades deben ser suprimidas, ya que son en las que gastamos tiempo innecesariamente. No será difícil evadirlas o delegarlas para que sean resueltas.

Para desarrollarnos será elemental que tengamos claro nuestro objetivo y adoptemos un criterio de selección. El primer paso para aprender a utilizar nuestro tiempo es comprender que no podemos “hacer todo, todo el tiempo”; y como seres humanos, disponemos del tiempo como un recurso limitado.

Por lo tanto, nuestro foco estará puesto en lo importante, en tomar acciones sobre aquello que consideramos trascendente para lo que nos hemos propuesto, nos enfocaremos en acciones del tipo 1 y 3; suprimiendo o restrin-giendo a ciertos horarios las actividades del tipo 4 (ej: tiempo mal gastado en Internet reenviando fwds, cola en un banco para pagar los impuestos, etc), o buscando alternativas a estas situaciones (evitando el correo spam, o activando débitos automáticos); y delegando y previniendo las situaciones del tipo 2.

Ejercicio de Comprensión:
Ahora escribe como respuesta a este Post algo que te propongas hacer, aquello  por lo cual vas a organizar tu vida en función de eso (si te propones conseguir un trabajo, emprender un proyecto personal, colaborar con alguna obra de impacto social, estudiar en la universidad, entre otras).
Luego, ubícalo en el cuadrante, según corresponda, las actividades o situaciones que pueden surgir.

Esta nota forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red. Y que forman parte del Manual del Mentor del Dr Fabián Sorrentino.