Inspirado en un informe de la Fundación Alicia de Catalunya, España, que describe la evolución de la nutrición desde la constitución, en 1967 es que comenzó este artículo, que hoy pretende abarcar un siglo de alimentación, mirando hacia atrás y también hacia adelante en este camino.

Década de 1960

Los moldes de gelatina. Estoy convencido de que la mayoría de las mamás de los años 60 no podían cocinar un lamer. Fue justo antes de la invención de la píldora , por lo que tuvieron que seguir criando bebés.

¿Quién tuvo tiempo de cocinar con todas esas bocas para alimentar? ¿Escuchaste que “mi esposo solo come carne y papas” insinuando que la carne era de alguna manera una comida varonil? Esto no tenía nada que ver con los hombres y hablaba de lo poco que las mamás del día podían cocinar: un churrasco con ensalada. O los padres aportando las famosas hamburguesas, panchos a la parrilla algunos fines de semana.

Si naciste en una familia Italiana-española como la mía, no te librabas de la pasta de los domingos, los guisos de carne y la comida superproteica que llenaba tu panza hasta explotar y producía esos ruidos molestos para todos.

Las mamás de esa época se lo pasaban gran parte de sus horas en la cocina, haciendo agujeros en las papas, envolviendo sus preparaciones carnivoras y de vegetales en papel de aluminio y poniéndolas en el horno de gas durante más de una hora.

Las habilidades culinarias, se completaban con porotos o maíz, que para desilución de las mamás que trabajaban solo se conseguían congelados en Europa. Las cenas, al menos en mi casa, eran bastante aburridas hasta que llegó la era espacial. Allí es donde la televisión se empezó a hacer protagonista y las marcas de productos alimenticios empezaron a ganar pantalla.

Fué en esa década dónde la gelatina sin sabor se esparció por cuanto país existía bajo la faz de la tierra. Las mamás empezaron a encontrar más y más formas de agregar ingredientes a sus moldes de gelatina. Les tomó décadas a estas madres finalmente dejar de hacer estas cosas. La gelatina es muy buena para fortalecer el cabello y las uñas exclamaban y así es como cada madre expresaba sus formas artísticas. La gelatina era su gran medio de expresión.

Década de 1970:

Inmediatamente después de que las mamás de los 60 reprodujeran mucho de lo que habían aprendido de sus madres europeas, en los 70, la salida laboral de muchas madres cambió para muchas de ellas las reglas de juego.

Los 70 fue una época de falsas: vinilos, pisos de linóleo, fundas de plástico para los asientos, incluso los primeros microondas que solo eran un lujo para los que viajaban a Europa. Fué en esa década que comenzaron a aparecer los primeros alimentos procesados, a los que solo teníamos que agregar carne, pollo o pescado. esto no era así en mi casa, ya que contábamos con la abuela que prefería hacer todo de cero.

Para darse un gusto surgieron los cóctel de gambas, con lechuga y salsa rosa, las fritadas y parrilladas de pescado, la ensalada de habas frescas con menta y el bacalao gratinado con muselina de ajos para los descendientes españoles que podían darse el lujo.

Y los domingos las familias se dividían en dos grandes grupos: Los que apostaban a la pasta y los amantes del asado.

Década de 1980:

Los escasos electrodomésticos de los 70 empezaron a proliferar, sobre todo las heladeras con grandes congeladores. Los duraznos en almibar ganan terreno en sus latas. Llegan los kiwis, endivias y aguacates.

El consumo de carne aumenta muy por encima del cordero y las entrañas. Y muchas familias con hijos pequeños comenzaron a volcarse a las supremas y los pescados sin espinas. La media de altura de los Argentinos aumentó considerablemente en esa década.

En los años 80 se consolida la sociedad del bienestar. «Se generaliza el acceso a la cultura, al ocio, a la sanidad y a la enseñanza y con un dolar de regalo Argentina entra en el mercado global. «En esta década se popularizan alimentos, como el salmón ahumado y el ‘foie’, hasta entonces exclusivos, se empiezan a romper los ciclos estacionales en la producción de alimentos, y es posible encontrar cerezas, por ejemplo, en Navidad, proliferan las grandes superficies e irrumpen los primeros productos bajos en calorías», expone.

Se incrementan los visitantes a través del turismo y abren más restaurantes. Los 80 también fue la época de los entrecots y solomillos con salsa de roquefort y crema de leche.

Década de 1990:

La influencia italiana fue ‘in crescendo’. En los 90, las cocinas no paraban de preparar carpachos de ternera y de atún y ensaladas con vinagre de Módena. El ‘papillote’, una técnica en la que se cocina un alimento en el interior de un envoltorio resistente al calor, incrementó la venta del salmón fresco. Las opciones más calóricas, no obstante, seguían teniendo éxito. Es el caso de las fideuás y del ‘coulant’ de chocolate, espectacular bizcocho caliente con una estructura crujiente por fuera, a la hora de los postres.

En cuanto a cambios sociales, se retrasa la edad de emancipación de los jóvenes y, en consecuencia, la edad de ser padres. Y respecto a los hábitos, la salud es prioritaria.

Década de los 2000:

La influencia japonesa crece con el tataki de atún rojo con sésamo. Aunque si algo marca la década de los 2000 son las tapas creativas, el guacamole y las esferificaciones y las espumas de Ferran Adrià.

Década de los 2010:

Desde el 2010, según Massanés, la crisis no se puede dar por superada, pero la situación económica presenta indicios de mejora. «Se valoran los productos ecológicos, los de proximidad y los superalimentos como las bayas de goji, se recuperan variedades autóctonas de verduras y empieza la batalla contra el azúcar», a la vez que aumenta el consumo de productos preelaborados y calentados con microondas.

Las cocinas comienzan a mirar a Perú a la hora de elaborar ceviches, un plato que juega con lo salado, lo ácido y lo picante que maceran mariscos y pescados. Y a Asia y a Europa central con los alimentos probióticos, que cuidan la flora intestinal. También es la época del gazpacho en ‘tetrabrik’, de los zumos verdes, la cúrcuma, los arándanos y las ensaladas de quinoa.

Próxima Década:

Muchos hablan que a la velocidad que vamos estaremos desarrollando todos alimentos sintéticos a partir de Plantas, reemplazando en gran parte la proteína de Carne.

La tecnología y la Investigación y desarrollo se integran permitiendo que la Inteligencia Artificial desarrolle nuevos productos en base a ingredientes vegetales y sin gluten.

Bienvenidos a la Nutrigenómica

Su reloj de pulsera le dirá exactamente qué debe comer para la cena, según su ADN y sus actividades durante el día. Del mismo modo, para los miembros de la familia, aparece una selección de sugerencias de recetas únicas y personalizadas, que contienen los valores nutricionales exactos requeridos para un rendimiento óptimoTodos los ingredientes se ordenan con solo presionar un botón.

Fuentes: el Periódico.