Comúnmente pensamos que quienes asisten a una universidad ya tienen mucho ganado. Pero si nos analizamos vemos que solo están almacenando conocimientos. Incluso el conocimiento práctico de una pequeña parte no es verdadero conocimiento dado que lo que está concebido en ese plano resulta limitado: declara el Dr Fabián Sorrentino, en el Manual del Mentor.

Existen diversas formas de observar la «supuesta realidad» y vivirla. La más común es el saber puramente mental o teorico. Luego tenemos el conocimiento práctico o por repetición física y mecánica. Un ejemplo de saber mental es el especialista en botánica que sabe cómo funciona una planta. El ejemplo contrario es el jardinero que trabaja con las plantas, las siembra y las cuida. Pero para obtener un verdadero conocimiento necesitamos sentir a la planta.

¿Cuál es la Diferencia entre el Saber, el Conocer y el Comprender?
La humanidad está imbuida en una “dialéctica del conocimiento” porque existe una clara distancia entre los hechos y la consciencia de su significado, expresa Morín.

Para abordarla, los tres tipos de conocimiento, mental, físico y emocional, son necesarios. Si no se presentan los tres al mismo tiempo el saber es irrelevante e incluso nocivo. A este conocimiento lo llamamos comprensión, no simple saber.

Ahora revisemos los dos caminos por los que transcurre la cognición:

conocer

Podríamos concebir la «supuesta realidad» como una interminable conexión entre las cosas y sus influencias mutuas. La ciencia moderna solo se centra en una parte muy reducida y olvida el resto.

El especialista que sabe como armar un avión o una nave espacial desconoce los efectos colaterales de su invento en el clima. El que sabe sobre publicidad y propaganda no sabe cómo funciona realmente la conciencia. Y cómo no comprenden mucho sobre lo inmediato menos comprenderán las implicaciones sistémicas profundas que se establecen entre los diferentes aspectos.

La comprensión de las cosas en su verdadera dimensión depende del ser de cada uno. Y el ser de cada uno depende de la dedicación para despertar la conciencia. Quien cree que leyendo textos y viendo estos videos aprende algo no comprende mucho tampoco.

El ser se logra percibiendo la realidad con la mente, el cuerpo y el corazón, acorde al Espíritu con el que esté alineado. Si se perciben las cosas desde esa perspectiva recién allí se comprende. Este es el trabajo del Mentor.

Nuestro egoísmo y las costumbres adquiridas nos llevan a sentir deseos, celos y angustia. Creemos ser víctimas de lo que se interpone entre nosotros y lo que amamos. Y no aceptamos que buscamos egoístamente halagos inmerecidos y simples placeres físicos. Porque el corazón (sabiduría del Espíritu) solo sabe amar y todo lo hace por servicio al prójimo y a la naturaleza.

El verdadero amor no es imaginar lo que siente el otro sino experimentar empatía con el otro. Todo es hablar en vano si no se percibe y vive coherentemente con estos centros. Por lo tanto comprender requiere vivir desde la integridad del observador en un espacio de coherencia.

Cuando no se comprende holísticamente la consciencia continpua dormida. ¿Cómo podría pretender asistir al despertar de otros cuando mi conciencia continúa dormida?.

«Cuando el saber excede demasiado al ser, se vuelve teórico, abstracto, inaplicable a la vida, aun puede tornarse nocivo, porque en lugar de servir a la vida y de ayudar a la gente en su lucha contra las dificultades que la asaltan, tal saber comienza a complicarlo todo; desde luego, ya no puede aportar sino nuevas dificultades, nuevos problemas y toda clase de calamidades que no existían antes.» (G. I. Gurdjieff)

Por su parte, el Mentor, es ese que aún despertando, está comprometido con compartir, integrar y comprender el mundo con acciones que bendigan al prójimo. Ya que despertar es comprender que somos seres sociales y que no estamos aquí para hacer lo que nos place, sino para vivir en amar en armonía.

Una invitación para mis mentorizados:
Revisa tu plan de metas bajo estas tres perspectivas…

1 – Que nuestra Acción provenga del Comprender, no del Saber.
El desconocer nos lleva a una mala praxis es el marketing, basado en la avaricia.

2 – Enfocarnos e identificarnos despiertos lo que abordamos.
Observarnos a nosotros mismos. Lo importante de vos no son los detalles de tu vida personal, sino tu mensaje Espiritual.

3 – Crear con el Creador.
Recordándonos a nosotros mismos desde la posibilidad que somos. Esto implica, alinear la Pasión con el Propósito, para que emprender no sea un despropósito.

Ahora responde a estas tres preguntas para completar tu reflexión:
1 – ¿En que porcentaje crees que sabes, respecto de lo que comprendes?
2 – ¿De que procesos puedes dar fe, que realmente comprendes?
3 – ¿Qué declaras como lo más importante a comprender en tu Vida?

Esta nota forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red. Y que forman parte del Manual del Mentor del Dr Fabián Sorrentino.