La Maestría 9 de la IAC (“Respaldar al cliente a crear y utilizar sistemas de apoyo”) subraya que el coach requiere atención en las áreas donde el cliente se siente vulnerable, asistiéndolo en la construcción de recursos externos (redes, herramientas, rutinas) que refuercen su avance.

Un coach que ejerce esta maestría sugiere sistemas de apoyo pertinentes, impulsa al cliente a reconocer los apoyos existentes (o potenciales) y explora las áreas donde hace falta soporte.

Al implementarla bien, el cliente experimenta mayor confianza y seguridad para progresar (maestría 1), reconociendo que los recursos para sostener su cambio están disponibles o pueden generarse. Por ejemplo, en un contexto de coaching nutricional se emplea un “maletín de herramientas” variado para afrontar distintos retos (hambre emocional, ambivalencias, relaciones familiares, etc.), concepto que ilustra cómo esta maestría se funda en disponer de recursos adaptativos según la necesidad.

Niveles MET, Categorías Ontológicas e Indicadores operativos

Por categoría ontológica entendemos «los tipos o maneras de ser que estructuran la realidad»: distinguiendo propiedades, relaciones e interdependencia entre los entes. Revisemos como esta maestría se estructura en niveles de desarrollo que pueden ser asociados a «las categorías existenciales» descriptas en el Modelo MET. Cada nivel implica cambios cualitativos en el foco del coaching, pasando de pactar acuerdos claros a organizar grupos o proyectos de apoyo complejos, en la medida que transitamos una fase superior de conciencia.

Desde ya, es fundamental que los indicadores y los métodos de evaluación coincidan con la fase de conciencia propia de cada nivel MET.

Por ejemplo: en Compromiso, se pueden usar diarios o registros de compromiso (entradas diarias donde el cliente anota su nivel de dedicación) y registrar micro-acciones (recordatorios cumplidos, confirmación de citas).

En la Relación, la observación participativa o métricas de red social (número de conversaciones de apoyo iniciadas, encuestas de satisfacción en el entorno) deben ser adecuadas.

La Acción, debe medirse en resultados concretos (por ejemplo, porcentaje de acciones cumplidas del plan, indicadores de desempeño vinculados al objetivo) con reportes periódicos.

La Reflexión, requiere valorar los relatos narrativos o evaluaciones de impacto (“escucha del alma”, testimonios cualitativos) tras los distintos ciclos de acción. Para el Liderazgo y el Servicio, te propongo poner en marcha iniciativas de apoyo (procesos diseñados con testimonios de las personas asistidas) junto a la frecuencia de los actos altruistas en el entorno.

En cada caso, la recolección puede combinar métodos cuantitativos (estadísticas de uso de recursos, seguimiento de KPIs) y cualitativos (entrevistas profundas, diarios reflexivos), garantizando coherencia con el nivel de desarrollo analizado.

¿Cómo interpretar la Columna del Mapeo MET?

La columna «Mapeo MET» actúa como la «brújula técnica» de la tabla. Su función es conectar la competencia humana (el nivel) con una codificación sistemática, definir cómo interactúa con otros niveles y establecer qué se debe medir.

Aquí tienes la guía detallada para interpretar esa columna y sus siglas:


1. Desglose de las Siglas (Códigos de Nivel)

Cada fila tiene un código alfanumérico que representa la competencia principal de ese nivel. La letra es la inicial de la competencia y el número es su jerarquía en el modelo:

  • R0 (Resiliencia Operativa): Es la base (Nivel 0). Sin esto, nada se sostiene.

  • C1 (Compromiso): Nivel 1. La capacidad de cumplir promesas.

  • R2 (Relaciones): Nivel 2. La calidad de la red de vínculos.

  • A3 (Acción): Nivel 3. La capacidad de ejecutar.

  • R4 (Reflexión): Nivel 4. Metodología de aprendizaje y ajuste.

  • LD5 (Liderazgo): Nivel 5. Guiar y coordinar a otros.

  • S6 (Servicio): Nivel 6. Ética y bienestar común.

  • I7 (Innovación): Nivel 7. Crear lo nuevo.

  • G7/Legado: (A veces referenciado como nivel superior o transversal). Dejar huella sostenible.

2. Cómo leer la fórmula de «Cruces» o Interacción

Lo más interesante de esta columna son las fórmulas tipo suma (ej. A3 + R0).

La lógica es la siguiente: Ninguna competencia superior funciona bien si se «rompe» la base. El modelo insiste en que para dominar un nivel alto, debes integrarlo con el Nivel 0 (Resiliencia).

  • Ejemplo en la Fila 3 (Acción):

    • Dice: A3 + R0 para ejecución bajo contingencia.

    • Interpretación: Para tener una «Acción» efectiva (A3), necesitas tener «Resiliencia» (R0). Si actúas pero no tienes resiliencia, al primer error te detienes. La fórmula te dice que la Acción debe ser resistente a fallos.

  • Ejemplo en la Fila 5 (Liderazgo):

    • Dice: LD5 + R0 para coordinación en contingencias.

    • Interpretación: Un líder (LD5) no solo manda; debe tener la capacidad operativa de recuperarse (R0) cuando hay crisis para mantener al equipo unido.

3. Los Indicadores (Métricas)

La parte final de cada celda en esta columna te dice qué medir para saber si estás «ganando» en ese nivel.

  • Nivel 1 (Compromiso): Se mide con % tareas cumplidas. (¿Cumpliste lo que dijiste?).

  • Nivel 2 (Relaciones): Se mide con Score de confianza. (¿Cuánto confían en ti?).

  • Nivel 3 (Acción): Se mide con Ratio intención/ejecución. (De lo que planeas, ¿cuánto realmente haces?).


Resumen para tu lectura rápida

Cuando mires esa columna, hazte estas tres preguntas en orden:

  1. ¿Quién soy aquí? (Mira la sigla inicial, ej: C1 = Soy el Compromiso).

  2. ¿Con qué me conecto? (Mira la suma, ej: C1+R0 = Mi compromiso debe ser resiliente, si fallo, me recupero y re-prometo).

  3. ¿Cómo sé si voy bien? (Mira el indicador final, ej: % de cumplimiento).

Este gráfico es básicamente un tablero de control para diagnosticar en qué parte del desarrollo personal o profesional se encuentra una persona o equipo.

Integración con las meta-competencias existenciales

La maestría 9 interactúa con las metacompetencias existenciales que encabezan la pirámide ontológica:

Cultivando la resiliencia fortaleciendo la consistencia en los apoyos; sobre la confianza, “la confianza se reconstruye tras quiebres mediante reparación”, y de modo similar, contar con sistemas de apoyo sostenibles permite recuperarse de fallos.

El compromiso aparece en la coherencia temporal de los actos confiables: “la confianza se sustenta en consistencia temporal”, lo mismo ocurre si el cliente mantiene rutinas de apoyo de forma consistente.

Las relaciones se nutren del cuidado recíproco: “la confianza se cultiva mediante cuidado, reciprocidad y tiempo compartido”, y en esta maestría se fomenta exactamente la reciprocidad en las redes de apoyo.

La acción se basa en la coherencia entre intención y conducta; “la voluntad de actuar hace creíble cualquier discurso”, por lo que el cliente debe alinear sus planes con acciones concretas.

El aprendizaje requiere humildad para reconocer errores y ajustar el enfoque: “admitir errores y aprender públicamente fortalece la credibilidad”.

El liderazgo se refiere a articular visión con acción; “líderes confiables articulan visión con conducta”, y aquí el cliente lidera la creación de sus apoyos.

El servicio se manifiesta cuando el sistema de apoyo pone el bienestar del cliente y otros por encima de ganancias individuales: “la confianza surge de actos que priorizan el bienestar del otro”.

Finalmente, el legado implica sostenibilidad: “la confianza institucional se consolida cuando las prácticas generan resultados sostenibles”, análogo a dejar sistemas de apoyo duraderos para el futuro. En resumen, la maestría 9 entrena estas competencias al poner énfasis en la coherencia, reciprocidad y propósito compartido en el apoyo al cliente. Algo que transitamos al Expandir el potencial del Cliente.

Pilares estructurales de la maestría

Esta maestría se funda en varios pilares clave:

La planificación estratégica (definir objetivos claros y diseñar las estructuras de apoyo necesarias), la sostenibilidad (asegurar que los hábitos y rutinas de apoyo perduren),

La conexión colaborativa (construir una economía colaborativa junto a redes de confianza con aliados apropiados).

La autoeficacia (fomentar en el cliente la creencia de que puede generar los apoyos que necesita en conexión y con asistencia de mentores que puedan avalar su trabajo)

La responsabilidad compartida (crear acuerdos claros y relaciones de confianza con el entorno, para mantenerse en el camino). En la práctica se emplea un “maletín de herramientas” variado, tal como en el mentoring nutricional se usan recursos para distintas situaciones, lo que refleja la necesidad de contar con recursos adaptables y robustos.

Subyaciendo un enfoque ético de cuidado: organizar sistemas de apoyo implica un imperativo de dignidad y reciprocidad como lo es para la confianza en términos bioéticos), colocando el bienestar humano como eje central.

Matriz de indicadores prácticos por nivel

Cada nivel MET tiene indicadores observables, métodos de medición y periodicidad sugerida. Por ejemplo:

  • Nivel de los Compromisos: indicadores como entradas regulares en un diario de compromisos (autorregistro diario de metas cumplidas), promesas formales contraídas (actas de reunión); método: revisión diaria de registro personal.

  • Nivel de las Relaciones: indicadores como número y calidad de interacciones con mentores o grupos de apoyo, encuestas de apoyo social; método: observación periódica o evaluación cualitativa mensual.

  • Nivel de la Acción: indicadores de ejecución (porcentaje de tareas completadas, reportes de avance); método: reportes objetivos semanal/mensual.

  • Nivel de la Reflexión: indicadores de aprendizaje (registros de lecciones aprendidas, resúmenes reflexivos); método: entrevistas semiestructuradas o ejercicios de feedback tras cada ciclo. Ver artículo de Reconstrucción de la 3ra Dimensión.

  • Nivel del Liderazgo: indicadores de iniciativa (proyectos de apoyo diseñados y dirigidos por el cliente, participación en roles de coordinación); método: revisión de proyectos trimestral.

  • Nivel del Servicio y la responsabilidad ciudadana: indicadores altruistas (número de acciones de apoyo ofrecidas a otros, feedback de beneficiarios); método: encuestas de satisfacción/impacto semestrales.

  • Nivel de la Innovación y el Legado: indicadores de creatividad (nuevas herramientas puestas en marcha, mejoras en procesos); método: análisis de impacto anual.

Enemigos y Factores Limitantes

Las barreras comunes a esta maestría incluyen

  • La duda sistemática y la falta de disciplina (confiar solo en la motivación momentánea y no planificar sostenidamente),
  • El reemplazo de una mirada sistémico-científica por la autoayuda de la NewAge, ese enfoque que pretende ser holístico pero no es mas que un barniz.
  • El aislamiento relacional (rechazar pedir ayuda o no cultivar las relaciones de apoyo)
  • La desorganización (ausencia de estructuras claras que den continuidad).
  • Los errores frecuentes son No prever las circunstancias, postergar la acción ante el primer obstáculo o depender únicamente de la fuerza de voluntad interna.
  • A nivel social, factores limitantes incluyen entornos con baja cultura de apoyo mutuo o falta de recursos (económicos o tecnológicos).

Estos «enemigos» deben ser contrarrestados promoviendo una mentalidad abierta, práctica de la responsabilidad compartida y desarrollo de hábitos de auto-registro y ajuste continuo.

Análisis de esta maestría desde las 7 disciplinas de la ODC

La Ontología de la Conciencia propone 7 perspectivas disciplinares para interpretar las estrategias de apoyo y asistencia:

Lógico-matemática: permite medir los apoyos mediante métricas claras. Por ejemplo, se pueden cuantificar probabilísticamente el refuerzo de un hábito (como se mide la consistencia de la confianza en métricas de cumplimiento). Diseños lógicos de test de uso de herramientas o paneles de control de objetivos convierten los apoyos en datos gestionables.

Neuropsicología ontológica: explica cómo los sistemas de apoyo influyen en el cerebro. Los apoyos activan circuitos de seguridad emocional y refuerzo (analogía con redes cerebrales de predicción de la confianza). Practicar apoyos crea hábitos de «seguridad neuro-afectiva» que sostienen la motivación.

Epistemología: valida los apoyos con conocimiento compartido. Los recursos se legitiman con evidencia y criterios (p.ej. un protocolo de seguimiento justificado científicamente), diferenciando la confianza fundada en datos de la pragmática basada en testimonios. En coaching, explicar cómo y por qué funcionan ciertos apoyos refuerza su adopción.

Semiótica: lee los apoyos como señales significativas. Cada compromiso o promesa actúa como signo (gesto visible) que codifica respaldo. Por ejemplo, un apretón de manos simboliza un acuerdo de apoyo, y los símbolos compartidos (mensajes positivos, rituales de seguimiento) refuerzan la red semiótica del soporte.

Dinámica cuántica (metáfora): enfatiza la interdependencia no lineal de los apoyos. Pequeñas acciones de apoyo pueden generar grandes cambios sincrónicos (entrelazamiento relacional). Esto invita a introducir gradualmente nuevas iniciativas de apoyo en pequeños pasos sincronizados, explorando la sensibilidad a condiciones iniciales. Ver la próxima frontera de la dinámica cuántica.

Bioética Teofilosófica: considera los sistemas de apoyo como un imperativo moral de cuidado. Respaldar al cliente es un acto ético de reciprocidad y dignidad (tal como la confianza se ve como responsabilidad sagrada). Los convenios y estructuras de apoyo se plantean con integridad y propósito trascendente.

Fenomenología: aborda la experiencia vivida de los apoyos. Se centra en cómo el cliente siente el soporte inmediato (percepción de presencia, sentido compartido). Se instaura la escucha profunda para captar la vivencia subjetiva del apoyo, de modo que el diseño de estructuras sea coherente con la realidad del cliente.

Integración del apoyo en las 5D

Desde las 5 dimensiones de la conciencia, esta maestría se integra así:

  • Dimensión Estructural: se asienta en las disposiciones corporales y actos observables de apoyo. Por ejemplo, rutinas físicas como calendarios compartidos o espacios acordados de trabajo conjunto son concreciones estructurales del respaldo

  • Dimensión Psicosocial: los apoyos emergen en patrones afectivos grupales y prácticas sociales. Se construyen vínculos emocionales de reciprocidad (tal como la confianza surge en “prácticas habituales” compartidas) y se cultiva el ambiente emocional de seguridad entre las partes.

  • Dimensión Ontológica: la construcción del apoyo ocurre a través del lenguaje. Promesas, acuerdos, compromisos verbales son actos lingüísticos que crean realidad de soporte. El significado común y la interpretación compartida del apoyo se cimentan en el diálogo y los juicios mutuos.

  • Dimensión Cuántica: los apoyos obedecen a dinámicas no lineales de sincronía social. Las estructuras de soporte pueden generar sinergias impredecibles (entretejimiento relacional), por lo que los ejercicios de alineación gradual de compromisos (p.ej. pasos pequeños crecientes) buscan «re-sincronizar» a las personas involucradas.

  • Dimensión Trascendencia: los sistemas de apoyo cobran sentido dentro de narrativas de propósito y legado compartido. Se nutren de un sentido de misión mayor, de valores compartidos que trascienden lo inmediato (la meta más allá del cliente). Esto asegura que los apoyos no sean solo medios, sino parte de un proyecto vital con impacto futuro.

Intervenciones prácticas del marco interdisciplinar

A partir de lo anterior se derivan intervenciones tácticas:

  • Métricas y seguimiento (lógico-matemática): implementar dashboards de progreso que midan objetivamente el uso de apoyos (por ejemplo, cuantos mensajes de apoyo recibe el cliente por semana).

  • Entrenamiento neuro-afectivo: ejercicios de asociación positiva con el apoyo recibido (p.ej. visualizar una red segura durante tareas estresantes) y protocolos de reparación (admitir errores, restituir la relación) tal como en la confianza.

  • Justificación epistemológica: definir criterios transparentes de avance. Por ejemplo, establecer públicamente objetivos de apoyo verificables y sus evidencias para anclar la confianza en datos.

  • Rituales comunicacionales (semiótica): crear símbolos de compromiso (p.ej. contraseñas de equipo, emblemas de grupo) o establecer momentos regulares de retroalimentación para reforzar el sistema semiótico de señales de apoyo.

  • Ejercicios de sincronización (dinámica cuántica): planificar compromisos crecientes, empezando con acciones de bajo riesgo y aumentando gradualmente la responsabilidad, promoviendo así la resonancia grupal.

  • Códigos éticos (bioética): formular acuerdos explícitos de servicio mutuo y responsabilidades compartidas, reforzando el componente moral del apoyo.

  • Entrevistas fenomenológicas: espacios de escucha profunda para captar la experiencia subjetiva del cliente con los apoyos (analogía al “captar la vivencia de confianza”).

Resultado esperado y uso en la educación

El enfoque interdisciplinar integral permite diseñar programas formativos y de evaluación que combinen evidencia, señales observables y experiencia subjetiva. Esto equivaldría a articular “evidencia (epistemología), señales observables (semiótica), restitución neuro-afectiva (neuropsicología), métricas (lógico-matemática), protocolos éticos (bioética), estrategias de sincronía (dinámica cuántica) y captura de experiencias (fenomenología)”.

A través de la ODC se pueden crear talleres y esquemas organizacionales en educación o empresas que enseñen a sostener sistemas de apoyo eficaces. En la práctica educativa, por ejemplo, se esperarían clases donde los alumnos participan en redes de tutoría estructuradas, registran avances y reflexionan sobre lo aprendido, integrando todos estos aspectos multidisciplinarios. El resultado es un entorno formativo donde el aprendizaje no depende únicamente del docente, sino de una cultura de apoyo mutuo.

Estrategias de intervención y prácticas aplicables para mantener y reconstruir la maestría

Algunas estrategias y prácticas concretas incluyen:

  • Compromisos crecientes: iniciar con pactos simples (p.ej. metas semanales) y expandir gradualmente, ampliando la responsabilidad conforme se cumplen.

  • Diálogos de transparencia: reuniones regulares en las que se explican abiertamente motivaciones, recursos y limitaciones del sistema de apoyo, evitando malentendidos. Espacios donde surgen transparencias y quiebres.

  • Post-mortem constructivo: análisis colaborativo de los fallos sin buscar culpables, transformando cada quiebre en un protocolo de mejora (como un «plan de corrección» verificable).

  • Protocolos de reparación: establecer pasos claros (admisión, restitución, ajuste de procesos, seguimiento) para reconstruir la confianza después de un error.

  • Comunicación vulnerable: entrenar al cliente en admitir incertidumbres y pedir ayuda sin perder autoridad, fortaleciendo la apertura relacional (tal como sugerimos en la maestría de la confianza).

  • Establecer y mantener acuerdos claros: entrenar la escucha activa para negociar compromisos realistas y duraderos (inspirado en “mantener acuerdos” de la confianza).

  • Diseño de planes de acción modulares: elaborar microplanes con hitos medibles, formular promesas internas y externas, y practicar la gestión de conversaciones difíciles para asegurar la aplicación del plan.

  • Manejo de quiebres y restauración: sistematizar la respuesta a rupturas del apoyo (tal como “restaurar la confianza” a través de admisión, restitución y seguimiento), de modo que cada quiebre sea una oportunidad de aprendizaje y reconstrucción.

En síntesis, el marco conceptual de la Maestría 9 articula un recorrido desde el compromiso inicial hasta la innovación en los sistemas de apoyo, integrando prácticas concretas, indicadores claros y un enfoque interdisciplinario amplio (desde la economía de símbolos hasta la neurociencia afectiva) para crear una cultura de apoyo sólido en cualquier contexto educativo u organizacional.

Indicadores de medición y seguimiento

La evaluación de esta maestría combina indicadores cualitativos y cuantitativos, tal como se hace con la confianza.

Cualitativos: testimonios del cliente y su entorno sobre el sentimiento de respaldo, ejemplos concretos de apoyo recibido o de cumplimiento de compromisos.

Cuantitativos: porcentaje de metas con apoyo alcanzadas, número de incidentes de quiebre o abandono del plan, tiempo de recuperación tras fallos. Se recomienda implementar ciclos de evaluación periódicos (mensuales o trimestrales) en los que se revisen estas métricas y se ajuste el sistema de apoyo según los resultados, revisando las métricas de transparencia y reparación.

Un desarrollo del Dr. Fabián Sorrentino, acorde a las siguientes Fuentes:
Se ha tomado como referencia principal el desarrollo de la Maestría 1 (“confianza”) adaptando la propuesta a la Maestría 9 y complementándola con lineamientos de la IAC, Los ejemplos prácticos de coaching nutricional pertenecen al institute.nutritionalcoaching.com. Estas fuentes proporcionan el sustento teórico y ejemplos aplicables para cada componente del marco ontológico presentado.