Contrariamente a la creencia popular, y a lo que se creía en general hasta bien recientemente, la risa no está restringida a los humanos. Según un estudio publicado en la revista Science por Jaak Panksepp, existe la risa animal, y no sólo en los primates. También estudió perros y ratas y encontró que en sus juegos emitían sonidos muy similares a las risas de los bebés. En parte se puede deber a que el sistema límbico, que maneja la risa, es una de las partes menos evolucionadas del cerebro humano que compartimos en buena medida con otros animales.

Los chimpancés y otros grandes simios, como los orangutanes y los gorilas, pueden reírse, aunque el sonido que emiten es diferente del que producen los seres humanos. La risa de un chimpancé suena como un jadeo, y, al animarse, se vuelve un sonido más gutural.​ Una diferencia fundamental entre la risa del chimpancé y la humana es que, en el chimpancé, el acto de balbuceo se encuentra evolutivamente aún bajo el control del proceso de la respiración. El chimpancé inspira y espira durante la risa, de tal forma que sólo es capaz de producir una sílaba por ciclo de inhalación-exhalación. Los humanos únicamente espiran, y además son capaces de producir múltiples sílabas por ciclo respiratorio. Los monos, al no tener control del aliento, no son capaces de hablar, al tiempo que su risa es diferente.

Similarmente, los cuadrúpedos requieren una zancada por ciclo respiratorio, mientras que los humanos pueden realizar múltiples pasos por respiración. Provine postula que este hito en el control de la respiración fue crítico en la evolución, convirtiéndose en un instrumento para el desarrollo del lenguaje oral al liberar nuestro complejo aparato neuromuscular del habla de las tareas más mundanas de respirar y caminar.

En primates como el Chimpancé común, la sonrisa expresa preocupación. Expresiones similares a las de los seres humanos tales como enseñar los dientes y encías y hacer muecas.

Los animales y la risa

Los primates son los animales más próximos al ser humano y, por eso, ya hace tiempo que se descubrió que ellos también tenían la capacidad de reírse. Pero, ahora, se sabe que otros animales como los perros o las ratas emiten sonidos muy parecidos a los de un bebé cuando se ríe. Una de las explicaciones de este fenómeno se encuentra en que la risa se emite gracias al sistema límbico, una parte del cerebro que también tienen otros animales y que es la responsable de poder reír.

Entre las familias de los primates, los chimpancés, los orangutanes y los simios tienen el poder de la risa. Sin embargo, el sonido que emiten es un tanto diferente al del ser humano y, en su caso, se parece más a un jadeo o a un sonido que procede de la glotis. Durante la risa de los primates, estos pueden respirar completamente mientras que, los humanos, mientras reímos tan solo podemos espirar aire y, por eso, a veces tenemos que frenarnos la risa para poder respira mejor.

El control de la respiración es algo que tan solo hemos conseguido los seres humanos después de los años de evolución y, por este motivo, animales como los primates no son capaces de hablar ya que no controlan el aliento. Esto marco un gran hito entre el desarrollo de la especie humana en relación a los otros animales ya que, gracias a esto, pudimos desarrollar el lenguaje.

En el estudio que hemos mencionado anteriormente y que ha aparecido publicado en la revista Science nos encontramos con que Panksepp, profesor de la universidad de Ohio, afirma que además de los primates hay otros animales que producen sonidos parecidos a la risa humana, sobre todo cuando somos bebés. Los chimpancés jadean y chillan cuando juegan entre ellos y, por tanto, esa podría considerarse la “risa” pero hay otros animales como las ratas que también emiten sonidos cuando están en un entorno de bienestar y diversión como, por ejemplo, cuando les haces cosquillas o carantoñas.

Los perros también tienen la capacidad de reírse y lo hacen mediante un jadeo entrecortado que liberan cuando están pasándolo bien y les estás haciendo caso. Estos jadeos son diferentes de los otros que emiten cuando están corriendo o cuando están sudando y, después de un profundo estudio con un sonograma, se pudo determinar la diferencia de las ondas y, por tanto, afirmar que los perros también ríen.

Patricia Simonet es otra gran investigadora de este campo y, aunque falleció en 2010, todavía hoy puedes acceder a sus investigaciones en Internet.

Compilado por Fabián Sorrentino.

Fuentes de este Artículo:

Sitio de Risoterapia: La Risa Floja.

Transcripción de una entrevista a Robert Provine por Eduard Punset en RTVE

Understanding Laughter: The Workings of Wit and Humor. Chicago: Nelson-Hall, c. 1978

Erik K. St. Louis, MD. Crítica de Laughter: A scientific investigationMedscape Today.

Jaak Panksepp. Beyond a Joke: From Animal Laughter to Human Joy? Publicado en Science