Un Cuento de Micaela.

Abrí los ojos, y me di cuenta de que “ayer” se terminó, que es “hoy” y que mañana “hoy” se habrá ido. Me propuse adivinar por qué y averiguar la respuesta de porque vivo si los días terminan, y con un abrir y cerrar de ojos todo se habrá ido.

Decidí hacer un viaje, donde pueda aprender cosas y contestar esa pregunta. Entonces me levanté y colgué sobre mi hombro la mochila más pesada, que nunca antes había usado, cargada de misterios, de magia, de sueños de tristeza y muchas cosas que formaban la vida. A lo largo del camino, la mochila se volvería menos pesada a medida que descubriría el por qué de cada cosa. Así fue como comenzó, ya tenía el equipaje, y la voluntad. Me paré frente a la línea de partida, y vi un camino infinito donde las cosas se hacían cada vez más grandes. Me dio mucho miedo, por lo tanto decidí abrir la mochila y sacarle el primer peso “coraje” “valentía”. Y así comencé a caminar.

Apenas cruce la línea, me vi rodeada de gigantes, gigantes emocionados, fue una sensación muy rara, era el primer paso que daba, y ya todo era extraño, decidí abrir la mochila y sacar otro peso “miedo, temor”. Me di cuenta que iba a ser un largo viaje, y muchas cosas aguardarían en las esquinas de este camino.

Esos gigantes me tratan muy bien, pero me hablan como si no entendiera. Me sorprende su manera de ser, seres tan distintos, tan irracionales, haciendo y diciendo cosas ilógicas. Abrí la mochila y saque la “duda”.

Seguí mi camino, en un determinado momento, sentí algo, algo que no conocía, venia de afuera. No era parte del equipaje, era una voz, una voz en mi conciencia que repetía sin cesar “ángel de tu lado nunca dejare de estar” otra voz contesto “alma, hoy te llevare a volar”. Sin poder comprender y con mucho miedo, abrí la mochila, saqué “la locura” pero esta no servía, saque “el misterio” pero tampoco. Por allá, en el fondo de la mochila, había un pequeño tesoro que brillaba, lo abrí, y “verdad” salió de él. Sin poder saber que era, sentí que era lo que necesitaba.

Seguí caminando, y me encontré con que los gigantes se hacían más pequeños, o quizás yo más grande. Desde el primer paso que di, hubo gigantes que me han acompañado por este camino. Me mantenían viva, y a cada paso que daba, un consejo, salía de su boca. Discutí, fracasé, soñé, amé y sentí entre muchas cosas, a medida que iba sintiendo como mi mochila se volvía menos pesada. Los gigantes ya no son gigantes, y están siempre a mi lado.

Llego un momento en el que todo cambió, mi mochila se volvió a llenar, el camino se hizo más oscuro y más complicado. En mi cabeza ocurría una revolución, no confiaba en nadie y veía como los que estaban a mi lado, rebotaban con la burbuja que había creado a mi alrededor.

Las cosas no tenían colores, la vida ya no era vida. Me senté a esperar a que todo pasara. Pero en ese tiempo me di cuenta que nada pasaba, que todo seguía en su lugar. Entonces cerré los ojos, y detuve mi tiempo, y pensé “en este camino hay muchas piedras, en muchas me caí, y en todas me levanté, y gracias a lo que estaban a mi lado seguí adelante”; un peso menos salió de mi mochila “el pensamiento”.

Mucha gente trato de lastimarme, pero una mano las detuvo. Muchas trataron de ayudarme, una mano decidió quienes serian, ¿y esa voz, la que habla en mi conciencia? Nadie está con migo en esto, y es el reto más grande. Un peso salió de la mochila “magia”, la magia de descubrir por uno mismo las cosas que los de afuera no entienden…

s01Decidida me levanté y seguí adelante, viendo las cosas de otra manera,“ la razón” salió de la mochila, pero acompañándola salió “la confusión”, había estado haciendo y diciendo las mismas cosas ilógicas que los gigantes, que ya no lo eran, eran semejantes a mí. Solo que su mochila estaba cargada de “sabiduría” y de “experiencia” entre otras cosas.

¿Puede una persona prometer algo y no cumplirlo? Puede una vez, pero ya dos no. Fracasé una vez y prometí no volver a hacerlo, fracase dos, ahora siento que “los sueños” que salieron de la mochila, volvieron a entrar. La tristeza, la soledad, el fracaso salieron de golpe.
La persona que me acompañaba me dejo, pero yo le prometí siempre ayudarla. Y no lo hice “culpa” salió de la mochila, me sentí defraudada por mi misma, sentí como si este camino me fuera a devorar.
Entonces me dije, ya no más, muchas veces me golpeé con la misma pared, ¿tan difícil era entender que por más que la choque no se iba a mover? “la decisión” salió volando con el aire del fondo de la mochila.

En un abrir y cerrar de ojos yo ya era uno de ellos, el porque vivimos si todo se termina, tiene una respuesta que maravillosamente se encuentra en mi corazón, como en el de todos, es la fuerza más poderosa, el arma más letal.

Aprendí, que cada vez que quiera demostrar algo debo representarlo con mi alma, que es la que me hará volar en un cielo sin fin de pensamientos. Que Ángel siempre a mi lado va esta cuidándome, para que no deje de soñar. Así llegue a creer que la vida tiene cosas hermosas, y otras demasiado fuertes, que si no sabes llevarlas, te destruyen.

Los gigantes son esos que están en este mundo. Yo soy y seré parte de ellos, para aquellos que nacerán.

La vida no es más que un camino que pone a prueba lo que tu alma aprendió. Mi camino todavía continua, pero hoy llegue hasta acá, esperando que mañana vuelvan mis sueños, junto a la magia de descubrir las cosas por uno mismo.

¿Qué cosas inútiles cargas en tu Mochila?