Maximilian Weber (Erfurt, Alemania, 21 de abril 1864 – Munich, 14 de junio 1920) fue un economista político y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno, antipositivista, de la sociología y la administración pública. Sus trabajos más importantes se relacionan con la sociología de la religión y el gobierno, pero también escribió mucho en el campo de la economía. Su obra más reconocida es el ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo, que fue el inicio de un trabajo sobre la sociología de la religión. Weber argumentó que la religión fue uno de los aspectos más importantes que influyó en las diferencias en el desarrollo de las culturas occidental y oriental. En otra de sus obras famosas, La política como vocación, Weber definió el Estado como una entidad que posee un monopolio en el uso legítimo de la fuerza, una definición que fue fundamental en el estudio de la ciencia política moderna en occidente. Su teoría fue ampliamente conocida a posteriori como la Tesis de Weber.

Weber nació en Erfurt, Alemania, y fue el último de siete hijos de Max Weber (padre), un prominente político y funcionario, y su esposa Helene Fallenstein. El menor de sus hermanos, Alfred Weber, también fue sociólogo y economista. Debido al envolvimiento de su padre en la vida pública, Weber creció en un ambiente familiar inmerso en la política, y su hogar recibió la visita de prominentes académicos y figuras públicas. Al mismo tiempo, Weber demostró ser intelectualmente precoz. El regalo de Navidad para sus padres en 1876, cuando contaba con trece años, fue dos ensayos históricos titulados «Sobre la maldición de la historia alemana, con referencias especiales a la posición del emperador y el papa» y «Sobre el período imperial romano desde Constantino a la migración de las naciones». Parecía claro, en ese momento, que Weber se dedicaría a las ciencias sociales. A la edad de catorce años escribió cartas llenas de referencias de Homero, Virgilio, Cicerón y Livy, y ya poseía un extenso conocimiento sobre Goethe, Spinoza, Kant y Schopenhauer antes de ingresar a la universidad.

En 1882 Weber se inscribe en la Universidad de Heidelberg como estudiante de leyes. Se incorporó a la fraternidad de disputas de su padre y escogió el campo de las leyes al igual que él. Aparte de estos estudios, tomó clases de economía y estudió historia medieval. Weber también leyó bastante sobre teología. De manera intermitente sirvió en el ejército alemán en Estrasburgo. Al terminar el año de 1884, Weber regresó a casa de sus padres para estudiar en la Universidad de Berlín. Los siguientes ocho años Weber vivió en casa de sus padres, primero como estudiante, luego como ayudante en las cortes de Berlín y finalmente como docente en la universidad. Este período fue ocasionalmente interrumpido por una temporada en la Universidad de Goettingen y otro poco de entrenamiento militar. En 1886 Weber aprobó los exámenes de «Referendar». A finales de la década de 1880, Weber profundizó sus estudios de historia. Obtuvo un doctorado en leyes en 1889 escribiendo una tesis doctoral sobre historia legal titulado «La historia de las organizaciones medievales de negocios». Dos años después, Weber completó su «Habilitationsschrift», «La historia agraria romana y su significado para la ley pública y privada». Al convertirse en un «Privatdozent», Weber estaba calificado para obtener un cargo como profesor alemán.

Durante el tiempo que trascurrió entre el fin de su disertación y su habilitación como profesor, Weber comenzó a estudiar además la política social contemporánea. En 1888 se unió a la «Verein für Socialpolitik», una nueva sociedad profesional de economistas alemanes afiliada a la escuela histórica, para la cual el aporte principal de la economía era la solución de los problemas más importantes de la época, y que fue pionera en el uso de los estudios estadísticos a gran escala de los problemas económicos. En 1890 la «Verein» creó un programa de investigación para examinar «la cuestión polaca», interpretando la influencia de trabajadores del campo extranjeros, localizados en la Alemania oriental, mientras los trabajadores alemanes migraban a las ciudades que sufrían un proceso de industrialización acelerado. El reporte final fue elogiado como un excelente trabajo de investigación empírica, y cimentó la reputación de Weber como experto en economía agraria.

Weber obtuvo un éxito considerable en la década de los noventa. En 1893, se casó con una prima lejana llamada Marianne Schnitger, intelectual y feminista que era muy conocida como autora. Al año siguiente, se hizo cargo brevemente de un puesto como profesor junior de economía en la Universidad de Freiburg, antes de cambiar a un puesto en la Universidad de Heidelberg en 1896. El siguiente año se vio obligado a disminuir y eventualmente detener su trabajo académico debido a una enfermedad, y no logró recuperarse hasta 1901. Se piensa que la enfermedad fue un colapso mental causado por la muerte de su padre, con quien había peleado justo antes de su muerte sin haber tenido la oportunidad de reconciliarse.

En 1903, Weber se convirtió en un editor asociado de Archivos de Ciencia Social y Bienestar Social. Sin embargo, sentía que no era capaz de retomar la docencia de forma regular, y continuó trabajando como profesor privado, ayudado por una herencia obtenida en 1907. En 1904, visitó los Estados Unidos y participó en el Congreso de las Artes y las Ciencias, que se realizó junto a la Exposición Universal de San Luis. En 1905 publicó su ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo que se convirtió en su trabajo más popular, y sentó las bases para su trabajo futuro sobre el impacto de las culturas y las religiones en el desarrollo de los sistemas económicos.

Durante la Primera Guerra Mundial, Weber sirvió por un tiempo como director de los hospitales del ejército en Heidelberg. En 1918, se convirtió en consultor de la Comisión del Armisticio Alemán para el Tratado de Versalles y la comisión le asignó el borrador de la Constitución de Weimar. Weber temía intensamente una revolución comunista en Alemania. Se decantaba a favor de insertar el artículo 48[1] en la constitución. Este artículo fue utilizado posteriormente por Adolf Hitler para declarar la ley marcial y ganar poderes dictatoriales.

A partir de 1918, Weber retomó la docencia, primero en la Universidad de Viena y luego, en 1919, en la Universidad de Munich. En Munich, dirigió el primer instituto de sociología de la universidad alemana. Sin embargo, jamás ejerció una cátedra de sociología en su vida.

Max Weber murió de neumonía en Munich el 14 de junio de 1920. Debe destacarse que muchos de los trabajos que son famosos ahora, fueron reunidos, revisados y publicados póstumamente. Luminarias de la sociología, como Talcott Parsons y C. Wright Mills hicieron interpretaciones significativas de los trabajos de Weber.

Weber y la política alemana
En 1917 Weber escribió una serie de artículos de prensa titulados «Parlamento y Gobierno en una Alemania reconstruida». Estos artículos exigían reformas democráticas en la Constitución del Imperio Alemán de 1871.

Weber argumentó que los problemas políticos de Alemania se debían esencialmente a un problema de liderazgo. Otto von Bismarck había creado una constitución que preservaba su propio poder, pero inhabilitaba a otro líder poderoso para sucederlo. En enero de 1919, Weber era un miembro fundador del Partido Democrático Alemán.

Weber abogaba por la democracia como una herramienta para elegir líderes fuertes. Weber veía la democracia como una forma de liderazgo carismático donde la «demagogia imponía su deseo sobre las masas». Por esta razón, la izquierda europea es muy crítica con Weber, por «haber preparado el terreno intelectual para la posición de liderazgo de Adolf Hitler», aunque no intencionalmente.

El firme anti-comunismo de Weber y el reclamo insistente por una política agresiva de imperialismo alemán le ganó la crítica de la mayoría de los marxistas alemanes. Weber desilusionó aún más a la izquierda cuando uno de sus estudiantes, Carl Schmitt (1888-1985), incorporó sus teorías en el corpus de la propaganda legal de los nazis. Las cartas personales y profesionales de Weber muestran un disgusto considerable por el anti-semitismo de sus días. Es dudoso que Weber hubiera apoyado a los Nazis si hubiera vivido suficiente.

En los Estados Unidos, las políticas de Weber son menos conocidas. Sus apologistas mantienen que la distinción que hacía Weber entre política «evaluativa» y ciencia con «valor-neutral» protegía sus teorías sociológicas de la áspera realpolitik de sus convicciones personales.

El debate sobre la política de Weber continua hasta nuestros días.

Logros
Junto a Karl Marx, Vilfredo Pareto, Ferdinand Tönnies y Émile Durkheim, Max Weber fue uno de los fundadores de la sociología moderna. Mientras Pareto y Durkheim trabajaron en la tradición positivista siguiendo los postulados de Auguste Comte, Weber creó y trabajó en una tradición antipositivista, idealista y hermeneutica, al igual que Werner Sombart, su amigo y para entonces, el más famoso representante de la sociología alemana. Estos trabajos iniciaron la revolución antipositivsta de las ciencias sociales, que marcó la diferencia entre éstas y las ciencias naturales, especialmente debido a las acciones sociales de los hombres. Los primeros trabajos de Weber estaban relacionados con la sociología industrial, pero son más conocidos sus últimos trabajos sobre sociología de la religión y sociología del gobierno.

Sociología de la religión
La obra de Weber sobre sociología de la religión se abre con el ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo y continúa con La religión en China: confunsionismo y taoismo, La religión de India: la sociología del hinduismo y budismo y Judaísmo antiguo. Su trabajo sobre otras religiones fue interrumpido por su muerte en 1920, quedando pendiente la continuación de los estudios sobre judaísmo antiguo con el estudio de los salmos, el libro de Jacob, el Talmud, cristianismo temprano e Islam.

Sus tres ideas principales eran el efecto de las ideas religiosas en las actividades económicas, la relación entre estratificación social e ideas religiosas, y las características singulares de la civilización occidental.

Su objetivo era encontrar razones que justificaran la diferencia entre el proceso de desarrollo de las culturas Occidental y Oriental. En el análisis de sus descubrimientos, Weber mantuvo que las ideas religiosas puritanas (y más ampliamente, cristianas) habían tenido un impacto importante en el desarrollo del sistema económico de Europa y los Estados Unidos, pero destacó que esos no eran las únicas causas del desarrollo. Entre otros causas que mencionó Weber encontramos el racionalismo en la búsqueda científica, mezclar observación con matemática, estudio sistemático y jurisprudencia, sistematización racional de la administración gubernamental, y empresa económica. Al final, el estudio de la sociología de la religión, de acuerdo con Weber, apenas exploraba una fase de la emancipación de la magia, ese «desencantamiento del mundo» que él atribuía como un aspecto distintivo importante de la cultura occidental.

La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo
El ensayo de Weber, La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo, es su obra más conocida. Se dice que este trabajo no debería ser visto como un estudio detallado del protestantismo, sino como una introducción a obras posteriores de Weber, en especial a sus estudios de la interacción entre varias ideologías religiosas y comportamientos económicos.

En La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo, Weber presenta la tesis de que la ética y las ideas puritanas influenciaron el desarrollo del capitalismo. La devoción religiosa es usualmente acompañada de rechazo a los asuntos mundanos, incluyendo la búsqueda de una mejor posición económica. ¿Por qué no es éste el caso del protestantismo? Weber se refiere a esta paradoja en su ensayo.

Define al «espíritu del capitalismo» como las ideas y hábitos que favorecen la búsqueda racional de ganancias económicas. Weber señala que tal espíritu no existe solamente en la cultura occidental, cuando lo consideramos una actitud presente en los individuos ya que también hay que tomar en cuenta que estos individuos empresarios heroicos, como él los llama no podrían, por sí solos, establecer un nuevo orden económico (capitalismo). Entre las tendencias identificadas por Weber estaban la ambición de ganancias con un mínimo esfuerzo, la idea de que el trabajo es una maldición y una carga que debe evitarse, especialmente cuando las ganancias de éste exceden lo que es necesario para una vida modesta. «Para que una forma de vida bien adaptada a las peculiaridades del capitalismo», escribió Weber, «pueda superar a otras, debe originarse en algún lugar, y no solo en individuos aislados, sino como una forma de vida común a grupos enteros de personas».

Después de definir al espíritu del capitalismo, Weber argumenta que hay muchas razones para buscar sus orígenes en las ideas religiosas de la Reforma. Muchos observadores, tales como William Petty, Montesquieu, Henry Thomas Buckle, John Keats, y otros han comentado la afinidad entre el protestantismo y el desarrollo del espíritu comercial.

Weber mostró que algunos tipos de protestantismo favorecian la búsqueda racional del beneficio económico y actividades mundanas que han tenido un significado espiritual y moral positivo. No era el objetivo de esas ideas religiosas, sino más bien un producto – la lógica inherente de dichas doctrinas y los consejos derivados directa o indirectamente, promovíanla planificación y auto-negación de la búsqueda de un beneficio económico.

Weber indicó que la razón del abandono a su investigación sobre el protestantismo fue que su colega Ernst Troeltsch, un teólogo profesional, había comenzado a trabajar en el libro Las enseñanzas sociales de las iglesias y sectas cristianas. Otra causa de la decisión de Weber fue que ese ensayo proporcionaba la perspectiva para una amplia comparación entre religión y sociedad, la cual continuó en sus obras posteriores.

La frase «ética en el trabajo», utilizada en comentarios actuales se deriva de la «ética protestante» discutida por Weber. Fue adoptada cuando la idea de la ética protestante fue generalizada para adaptarse a los japoneses, judíos y otros no-cristianos.

Otros datos
Mientras Pareto y Durkheim siguieron las ideas de Comte, trabajando sobre las ideas del positivismo, Weber trabajó dentro del idealismo o la tradición hermenéutica. Clave para entender el proceso de análisis de la realidad social es el concepto de que la sociología debe ser una comprensión interpretativa (o Verstehen) de la acción social.

Gran parte del trabajo de las organizaciones procede de su trabajo sobre la burocracia. Ella deriva de la acción racional es la acción social. Sus ideas sobre la relación del protestantismo y el desarrollo del capitalismo son extraordinariamente polémicas. Visto por muchos como una suerte de diálogo con Marx sobre el desarrollo de las sociedades.

Se opuso a la utilización del razonamiento abstracto puro, prefiriendo siempre una investigación empírica y a menudo histórica. Su metodología modela su investigación y la combinación de ambas fundamenta su orientación teórica.

Hermano de Alfred Weber, otro sociólogo destacado.

Listado de trabajos
La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1903)
Historia de la agricultura romana
Sociologia de la comunidad
La ciencia como vocación y La política como vocación – Dos lecciones que se publican en conjunto.
La revolución rusa
La religión de China: Confucianismo y Taoísmo
Economía y sociedad (obra póstuma)
El científico y el político
Estudios sobre la sociología de la religión (1921)
Estudios de metodología (1922)

Fuente Wikipedia