Trastorno psicosexual en el que el sujeto obtiene la excitación y el placer erótico observando clandestinamente a personas que se desvisten o están desnudas, o a parejas en actos sexuales.

El voyeurismo o voyerismo es una conducta, que puede llegar a ser parafílica. Aquellos que presentan esta conducta son conocidos como «voyeurs» o «voyeuristas», y buscan obtener excitación sexual al observar personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual (delectación voyeurista); sin embargo no implica ninguna actividad sexual, posterior, por parte del voyeurista.

Etimología
La palabra francesa voyeur deriva del verbo voir (ver) con el sufijo de agente -eur, y significa «el que ve». De ella procede el castellano «voyeurista» (el Diccionario panhispánico de dudas recomienda usar la voz voyerista en lugar de voyeurista). Una traducción literal podría ser “mirón” u “observador”, con la connotación peyorativa del caso.

Práctica
La persona voyeurista suele observar la situación desde lejos, bien mirando por la cerradura de una puerta, o por un resquicio, o utilizando medios técnicos como un espejo, una cámara portátil con linterna pegada debajo de la mesa, etc. La masturbación acompaña, a menudo, al acto voyeurista. El riesgo de ser descubierto actúa, a menudo, como un potenciador de la excitación.

A la tendencia voyeurista se le asocia frecuentemente la tendencia exhibicionista, esto es, disfrutar mostrándose, más o menos abiertamente, semidesnudo o completamente desnudo. Ambas conductas poseen un fuerte componente compulsivo, irrefrenable, mostrando en los sujetos aumento de su tasa cardíaca y sudoración ante la aparición de estímulos relacionados con dichas actividades. Estos efectos físicos desaparecen tras la realización del acto voyeurista.

Es necesario, por lo tanto, distinguir entre voyeurismo y actividad sexual normal, en la que también se produce una excitación al contemplar la desnudez. La diferencia estriba no solo en el consentimiento o conocimiento de la persona observada que, en el caso del voyeurista, rara vez existe; mientras que en la actividad sexual normal se sobreentiende que sí, formando en este último caso parte de la totalidad de la actividad, no siendo en sí misma la totalidad (la parte por el todo), sino también en la exclusividad de la observación como conducta sexual, carente de interacción física interpersonal.

El DSM-III-R establece asimismo una diferencia entre voyeurismo y contemplación de pornografía. El diagnóstico diferencial se basa igualmente en el conocimiento del hecho de ser observado por la persona objeto de la conducta. Algunos autores, como Langevin y Lang 1987, consideran la pornografía como un acto voyeurista, siempre que este acto constituya la fuente primordial de excitación sexual de un sujeto, o una conducta recurrente.

En lo que respecta a los rasgos de personalidad del voyeurista, estos sujetos suelen ser tímidos durante la adolescencia y con cierta dificultad para iniciar o mantener relaciones de pareja. No son sujetos especialmente propensos a poseer rasgos especialmente patológicos.

El candaulismo, del personaje histórico Candaules, es un comportamiento consistente en que el mirón obtiene placer al observar a su pareja mientras mantiene relaciones sexuales con otra persona.

Para el gusto voyeurista se han creado los llamados peep shows, que son actuaciones que se realizan en vivo en los sex shops o que se observan en la red Internet por medio de una Web cam. Estos espectáculos suelen mostrar a mujeres que fingen no saber que son observadas durante el acto de desnudarse o mientras se masturban.

Por extensión, el término se utiliza también en un amplio contexto: por ejemplo, se habla del “voyeurismo del telespectador” frente a unas imágenes o acontecimientos relacionados con las personas y su intimidad o su desnudo.

La palabra voyeurista o mirón se puede definir asimismo como alguien que disfruta siendo testigo de situaciones de sufrimiento o desgracia de otras personas (schadenfreude).

Penalización
En algunas culturas el voyeurismo se considera una perversión y varios países lo han clasificado como un delito sexual.

El Reino Unido agregó esta ofensa al Sexual Offences Act of 2003, criminalizando el acto de espiar a alguien sin su consentimiento.
Canadá promulgó una ley similar a finales de 2005, declarando al voyeurismo un delito sexual.
EE. UU. también penaliza esta práctica y en nueve estados del país hay leyes que castigan específicamente el “vídeo voyeurismo”, lo cual implica filmar a alguien sin su consentimiento mientras se encuentra en situaciones privadas.

En el cine
En los años 80, Brian De Palma tocó el tema en Doble de cuerpo (Body Double en original), con Melanie Griffith de protagonista. En el filme, un hombre se queda a cuidar la casa de un amigo. Por las noches, en una casa cercana una mujer realizaba una sensual danza mientras se desnudaba.
En 1989 el cineasta francés Patrice Leconte mostró a un voyeurista enamorado en su filme Monsieur Hire; protagonizado por una muy joven Sandrine Bonnaire y Michel Blanc, en el papel de Monsieur Hire.
En el 2002, William Malone dirige la película de terror FeardotCom, que se basa en la historia de una extraña página web en donde se muestran actos de voyeurismo.

Recientemente, el director austriaco Michael Haneke mostró su perspectiva en Caché, una producción franco-austriaca estrenada en el 2005.

También podemos encontrar esta conducta en mangas y animes. Un ejemplo es el de Nozoki Ana en el que un personaje (emiru) controla a su vecino (kido) para que se enamore y haga el amor con otras mujeres. Mientras, ella mira a través de un agujero en la pared de ambas habitaciones.

Referencias
Real Academia Española (2014). «voyeurismo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2005). «voyerista». Diccionario panhispánico de dudas (1.ª edición). Consultado el 8 de mayo de 2015.
Manual de Psicopatología, Volumen 1, pág. 442. Editorial McGrawHill.