Desde una de sus acepciones este término designa cuando se pasa de una situación o estado, a otro, por ejemplo: “Transitó la vida sin disfrutarla” o “”El tránsito de la niñez a la adolescencia suele ser conflictivo” o “Transitó por todos los cargos antes de llegar a la máxima jerarquía en la empresa”.

Ese tránsito en términos del Modelo MET, que nos convoca en este sitio web, refiere al tránsito del ser humano por emocionalidades, estados de conciencia o de la privación de la salud a la armonía.

El paso de la vida a la muerte también suele llamarse tránsito, aplicado especialmente a los santos y a la virgen María en particular, que llegó al cielo sin pasar por la muerte; conmemoración que se realiza el 15 de agosto de cada año.

En Astronomía, se usa la expresión tránsito astronómico para denominar la circulación de los astros, por ejemplo los planetas en derredor del Sol, o los satélites girando en torno a los planetas, o la Luna colocándose precediendo Sol, produciendo un eclipse.

Transito de un retrato (poema)

De Andrés Eloy Blanco

Hoy no ha podido el techo
quítame el sol, como todos los días;
hoy no ha podido el techo
quítame las estrellas, como todas las noches,
porque hoy vino el Retrato.
Saltó la tapa de este viejo cofre
y he visto al cielo con su sol de guardia.
La novia venía sola
y en grupo con la mañana.

Yo no me daba cuanta
de lo hermosa que era, de lo que eran sus ojos;
amigo, hay que estar preso
para saber lo hermoso que es lo hermoso.

Yo no me daba cuenta
de aquellos ojos anchos, con una luz paisana,
donde el quieto país de la pupilas
oprime la provincia de una lágrima.
Yo no me daba cuenta de cómo todo eso
habla de frío y choza y luz en la ventana.

Yo no me daba cuenta
de esa sombra de luz, de esa luz como en sombras,
que es el zaguán de la belleza.

La encuentro más delgada.
Se quedó triste en el retrato mismo
y un dedal de sonrisa que querría mandarme
se le quebró en el borde de un puchero imprevisto.

Antes de mi prisión era menos mujer.
¿Si será por los meses? ¿Si será por los siglos?

Pero, nada como la alegría
de encontrarme presente en su cabeza,
nada como saber
que no se ha cortado las trenzas.

Muchas gracias, coqueta;
muchas gracias, aduladora,
ya sabes que me gustas con los cabellos largos
y cómo te odiaría con la trenza cortada,
fea, como un muchacho.

En cambio, qué bien vas cuando vas por la casa,
con el pelo tendido,
con el pelo en la espalda,
con el pelo en las sienes
recogido en dos bandas
y aquella boca que llora
si tardan en retratarla.
Así debe estar la tierra,
así debe estar la Patria,
que mientras están sus novios metidos entre la Cárcel
se deja crecer las trenzas y pone triste la cara.
Así vamos a encontrarte,
así vamos a encontrarla,
suelta la voz nosotros, y ella y tú
de trenzas suelta y llanto en la palabra
y ese calor de fiesta en la provincia
de las novias que esperan como patrias.