La próstata es una glándula anexa al aparato genital del hombre, que se encuentra situada alrededor de la uretra y debajo de la vejiga. Ésta secreta un líquido que constituye la mayor parte del esperma. Su función es diluir el líquido espermático muy espeso, nutrir y proteger a los espermatozoides y asegurar su activación. Los problemas de próstata más comunes son la INFLAMACIÓN, los TUMORES y el CÁNCER.

Esta glándula es el enlace entre el cuerpo humano y el centro de energía (chakra) sacro, la energía del poder de crear. Los problemas de la próstata son mucho más frecuentes después de los 50 años. Le indican a quien los sufre que deja que le moleste una situación en la cual siente impotencia, una situación que no puede controlar a su antojo. Se cansa de la vida.

Estos problemas le indican que no puede controlarlo todo en la vida y que a veces el universo nos envía situaciones que nos ayudan a soltarnos con el fin de crear otra cosa mejor. Cuando el hombre experimenta un sentimiento de impotencia, al mismo tiempo su libido disminuye. Esta disminución es simplemente un reflejo de lo que sucede en su interior.

Tu problema de próstata tiene como finalidad ayudarte a restablecer contacto con tu poder de crear tu vida. Deja de creer que porque envejeces, eres menos poderoso y menos capaz de crear. Es cierto que el cuerpo se deteriora con el tiempo y ello es natural. Sin embargo, esta es la ocasión ideal para que utilices todas las fuerzas emocionales y mentales que has adquirido con el paso de los años y crees otra cosa, permitiendo que los más jóvenes te ayuden físicamente.

Debes dejar de creer que porque decides delegar, pierdes valor. Al contrario de eso se llama sabiduría. La próstata está vinculada a mi sentimiento de potencia y capacidad sexual. Ya que son frecuentemente los hombres mayores que padecen de trastornos de la próstata, debo preguntarme: ¿Estoy satisfecho y a gusto en mi sexualidad? ¿Vivo frustración, impotencia o quizás incluso confusión de cara a mi sexualidad y también frente a mi búsqueda de una pareja quizás más joven? ¿Sería mejor dejarlo todo?

Quizás ahora me siento inútil, ineficaz, incapaz de ser un “hombre verdadero”. Vivo el miedo intenso de no estar en las normas sexuales implantadas por la sociedad. Debo aprender a des culpabilizarme y a dejar de estar tenso en cuanto a la “excelencia” que requiere la sociedad por parte mía. Debo tomar consciencia de mi valor no según mis “hazañas sexuales” sino mirando todas las bellas cualidades humanas que poseo. Si tengo una dificultad en la próstata, debo preguntarme si vivo dificultad y culpabilidad frente a mis nietos o frente a mis propios hijos que, incluso adultos, son aún para mí, unos “pequeñines” y “frágiles”.

Tengo miedo de que éstos estén en peligro, bien moralmente bien físicamente, y sobre todo frente a cualquier situación que puede estar vinculada con la sexualidad y que aparece a mis ojos como sucia o que sale de las normas habituales y establecidas por la sociedad. Si no tengo hijos ni nietos, la dificultad puede vivirse con un sobrino o un niño del barrio que considero “como formando parte de la familia”.

Debo aprender a hacer confianza y el hecho de tener miedo de que suceda algo grave o algún daño a la gente a quien amo sólo atrae más el objeto de mi temor. Tengo confianza en que todos estamos guiados y protegidos interiormente, incluidos los por quienes me preocupo. Así evitaré el desarrollo del cáncer de la próstata.

Cuando cae la próstata, ejerce una gran presión sobre la vejiga. Indica que tengo dificultad en soltar los sentimientos de inutilidad que me he construido interiormente, la orina representando la liberación de mis emociones negativas. Reconozco cada vez más mi valía y sé que mi contribución a la sociedad es inestimable.

La prostatitis es la inflamación de la próstata. Puedo vivir decepción o frustración, bien frente a lo que mi pareja espera de mis proezas sexuales, bien frente a mí – mismo porque me culpo por no ser más “viril”, más “excelente”. Opino que soy viejo, “inútil, “acabado”. Es pues importante que acepte que mi sexualidad puede haber cambiado y evolucionado con el tiempo, pero que puede ser igual de excitante y completa.