Los pies son el extremo de las piernas y permiten su avance. Los problemas en los pies son tan numerosos que la podología se ha convertido en una especialidad. Cuando el problema se relaciona con uno de los huesos del pie, véase problemas en los huesos, además de lo que sigue.

Como los pies son el medio por el cual las piernas pueden avanzar, representan el medio utilizado para ir hacia adelante en la vida. Tener problemas en ellos significa que la persona no encuentra los medios necesarios para avanzar, ya sea que sienta demasiados miedos, que se deje detener por los demás o que sienta que la detienen. No está segura con respecto a la dirección a seguir. Este problema también puede indicar que la persona tiene la impresión de estar parada siempre en el mismo lugar, de no avanzar.

Además, puede ser una persona a la que le gustaría huir y no está suficientemente arraigada en la Tierra o en el mundo físico. Se aísla de la realidad material a causa de sus temores. También puede producirse dolor en el pie en una persona que tiene miedo de que la pongan «de patitas en la calle», es decir, que la cesen en sus funciones. Si los pies duelen más durante el reposo que en la actividad, indica que la persona no se permite detenerse a descansar. Quiere ir demasiado rápido o hacer demasiado para lograr sus metas. Se valora mucho por sus acciones.

Tus pies son muy importantes para tu cuerpo físico. Existen para sostener todo tu organismo y para ayudarte a avanzar en la vida. Te dicen que debes hacerlo alegremente, con entusiasmo y de manera relajada. Los pies son la parte de tu cuerpo que está en contacto directo con la Tierra, y simbólicamente, esta representa a nuestra madre. Todo problema en los pies te dice que te mantengas bien arraigado a la realidad del «aquí y ahora», teniendo más confianza en el Universo y en tu intuición. Corre, vuela, no dudes en tomar los medios que consideres necesarios para avanzar.

No te dejes «pisar» por nadie. Esto te dará la ocasión de vivir experiencias diferentes y de descubrir tus talentos ocultos. Siéntete sostenido y la vida te sostendrá. Los pies representan mi contacto con la tierra de energía alimenticia. Están relacionados con las relaciones que vivo con mi madre así como los conflictos frente a ésta, los cuales pueden remontar tan lejos como mi concepción. Mis pies me dan estabilidad en mis desplazamientos hacía un objetivo, un deseo o una dirección. Me ayudan asentirme en seguridad en mi relación con el universo. Representan la posición que tomo frente a las situaciones que se presentan a mí.

El hecho de tener un pie izquierdo más fuerte que el pie derecho (o viceversa) puede informarme en las diferentes tendencias que debo privilegiar en mis desplazamientos o contactos con los suelos tanto físicos como mentales o espirituales. Además si ando con los pies girados hacía el exterior, puedo vivir confusión frente a la dirección tomada o tener una dispersión de mis energías en diferentes proyectos, mientras que si mis pies están girados hacía el interior, vivo un cierre o una resistencia frente a las direcciones por tomar en mi vida.

Gracias a mis pies, me desplazo en el camino de la vida. Mi cerebro es la central de mando de mis pies. La ciencia de la reflexología nos informa que todo nuestro cuerpo está repartido en la superficie de nuestros pies. Por lo tanto, todos los problemas que puedo vincular a mis pies me permiten saber cuál lugar de mi cuerpo me está hablando. Un problema vinculado con mis pies me indica un conflicto entre la dirección y el movimiento que tomo, y manifiesta mi necesidad de más estabilidad y seguridad en mi vida. El futuro y todos sus imprevistos me dan miedo.

Cuando me duelen los pies, debo ralentizar el paso. ¿Se debe al aburrimiento o al desánimo frente a todas las responsabilidades y frente a todas las cosas que debo hacer y que me parecen imposibles de realizar? O al contrario, puede que vaya a 300 kilómetros por hora y mi cuerpo me dice de ir más despacio antes de “tener un accidente”? Una rampa en el pie izquierdo o en el pie derecho me indica a qué nivel se sitúa la duda o el rechazo de adelantar o bien cuál es la dirección que me asusta coger. ¿El bloqueo está adentro mío o fuera mío? Debo tomar posición en una situación dada y puedo tener miedo de “perder pie” y “ya no sé en cuál pie he de bailar”.

Un pie llano me indica una columna vertebral muy recta, muy rígida, y por lo tanto, tengo una estructura menos flexible. Ya que no hay ningún espacio entre todo mi pie y la tierra en la cual ando, esto demuestra que mis fronteras personales están mal dibujadas. Me siento pues vulnerable y, para protegerme, “sobrevolaré” la superficie de las cosas en vez de crear un contacto más profundo y “coger raíz” adecuadamente, tanto en una relación afectiva, como en un trabajo, o en cualquier otro campo.

Esto también tiene por consecuencia que mi trabajo estará entremezclado con mi vida privada, ambas solapándose, poco importa lo que suceda y en detrimento del resto de mis relaciones. Al contrario, si tengo el puente del pie alto, esto me revela que tengo un desplazamiento más pesado y una columna vertebral muy cargada. Esto revela también que claramente separé mi vida pública de mi vida privada. Esto me lleva a estar apartado y silencioso, teniendo dificultad en iniciar una comunicación y anticiparme a los demás. Un freno a mis emociones frente a la dirección que he de tomar en mi vida se traducirá por unos pies hinchados y el exceso de estas emociones que se liberan se traducirá por transpiración.

Los pies fríos me llevan a cuestionarme sobre mis relaciones con mi madre y ver lo que puede llevarme a tener los pies fríos, incluso helados. Muy sencillamente puede tratarse de mis relaciones con ella que encuentro distantes y “fríos”. Por lo tanto debo amar mis pies porque son ellos que llevan todo mi ser en el camino de la vida. Cuanto más los amo y los acepto, más fácil será el trabajo que cumplan.