En psicología, el Modelo de los cinco grandes es un modelo de personalidad que analiza ésta como la composición de cinco factores amplios o dimensiones de personalidad. Estos factores fueron encontrados experimentalmente en una investigación sobre las descripciones de personalidad que unas personas hacían de otras (Goldberg, 1993). Aunque la primera mención pública de este modelo de cinco factores se debe a Thurstone en su alocución del presidente ante la American Psychological Association, en un encuentro en Chicago en septiembre de 1933. Esta disertación se publicó en el Psychological Review, 41, 1-32. Existen tests de personalidad basados en este modelo que dan puntuaciones a lo largo de estas cinco dimensiones.

Los cinco rasgos o factores principales se suelen denominar tradicionalmente como: factor O (Openness o apertura a nuevas experiencias), factor C (Conscientiousness o responsabilidad), factor E (Extraversion o extraversión), factor A (Agreeableness o amabilidad) y factor N (Neuroticism o inestabilidad emocional), los cinco forman el acrónimo mnemotécnico «OCEAN». Existe cierta discusión sobre el factor O, que a veces se denomina «Intelecto». Cada uno de estos factores consiste en un conjunto más específico de rasgos. Por ejemplo, el factor E incluye cualidades como la sociabilidad, la búsqueda de emociones o las emociones positivas.

Los cinco grandes son un modelo descriptivo de personalidad y los psicólogos han desarrollado diversas metodologías para evaluar esos cinco rasgos en un individuo.

Primeras investigaciones sobre los rasgos

Sir Francis Galton fue el primer científico en reconocer lo que hoy en día es conocida como la Teoría Léxica. Esta es, la idea de que las diferencias en personalidad más relevantes socialmente están codificadas en el lenguaje mediante un adjetivo que las designe.

En 1936, Gordon Allport y H. S. Odbert pusieron esta hipótesis en práctica. Buscaron en dos de los más importantes diccionarios de la lengua inglesa y extrajeron 17 953 palabras que describían la personalidad. Después redujeron esta gigantesca lista a 4504 adjetivos que describían rasgos observables y relativamente permanentes.

En 1940, Raymond Cattell utilizó la lista de Allport-Odbert, introdujo términos obtenidos de una investigación psicológica, y eliminó todos los sinónimos reduciendo la lista a un total de 171 palabras. Después encuestó a sujetos para que evaluaran a gente que conocían con los adjetivos de esta lista y analizó los resultados. Cattell identificó 35 rasgos de personalidad a los cuales se refirió como la «esfera de personalidad». Él y sus colaboradores construyeron tests de personalidad para estos rasgos. Los datos obtenidos de estos tests fueron analizados con la emergente tecnología de la informática combinado con el método estadístico del análisis factorial. Resultó en 16 grandes rasgos de personalidad, con los cuales confeccionó el test.

En 1961, dos investigadores de las Fuerzas Aéreas, Tupes y Christal, utilizaron las medidas de rasgos de Cattell, y encontraron 5 factores recurrentes. Este trabajo fue replicado por Norman, que también encontró que 5 grandes factores eran suficientes para explicar muchos tipos de personalidad. A estos factores Norman los denominó Extraversión, Agradabilidad, Conciencia, Estabilidad Emocional y Cultura.

Extraversión

La Extraversión se caracteriza por la alta sociabilidad, tendencia a la compañía de otros, atrevimiento en situaciones sociales, tendencia a evitar la soledad. Existe una tendencia alta a experimentar emociones positivas tales como alegría, satisfacción, excitación, etc. Son asertivos y habladores, necesitan constante estimulación (sensaciones nuevas).

El rasgo se caracteriza por un pronunciado compromiso o unión con el mundo externo. A los extravertidos les gusta estar con gente, y son a menudo percibidos como llenos de energía. Tienden a ser entusiastas, individuos orientados a la acción que es probable que digan “¡Sí!” o “¡Vamos!” a las oportunidades de diversión que surjan. Estando en grupos les gusta hablar, afirmarse a sí mismos, y atraer la atención hacia sí mismos.

Lo opuesto sería la Introversión, que suele caracterizarse por ser reservados, introspectivos, tranquilos, poco dependientes de otros, prefieren lo conocido y habitual. Preferencia a estar solos antes que en situaciones sociales muy animadas. No quiere decir que sean asociales. Disfrutan el contacto social, pero de distinta manera. En situaciones como círculos cerrados de amigos pueden ser tan animados y habladores como los extravertidos.

Y tienden a pensar más que los extravertidos. Los extravertidos tienden más a la acción que los introvertidos.

Facetas: cordialidad, gregarismo, asertividad, actividad, búsqueda de emociones, emociones positivas.

Apertura a la experiencia (Apertura al cambio)

(más que a la experiencia, es apertura al cambio)

Es la dimensión que ha originado más confusiones y desacuerdos del modelo de los cinco factores; sin embargo, sus elementos constituyentes son la imaginación activa, la sensibilidad estética, la atención a las vivencias internas, gusto por la variedad, curiosidad intelectual e independencia de juicio. El individuo abierto es original e imaginativo, curiosos por el medio externo e interno, con vidas experiencia más ricas e interesados por ideas nuevas y valores no convencionales. En su polo opuesto el individuo tiende a ser convencional en su conducta y apariencia, prefieren lo familiar a lo novedoso y son social y políticamente conservadores.

Apertura es un aprecio general por el arte, las emociones, la aventura, ideas inusuales, imaginación, curiosidad, y variedad de experiencia. El rasgo distingue a la gente imaginativa de la gente convencional y con los pies en el suelo. Las personas que son abiertas a la experiencia son curiosas intelectualmente, aprecian el arte, y son sensibles a la belleza. Tienden a ser, comparados con las personas cerradas, más creativas y más conscientes de sus sentimientos. Es más probable que tengan creencias no convencionales.

Opuesto a la Cerrazón a la Experiencia.

Las personas con poca puntuación en apertura tienden a tener intereses más convencionales y tradicionales. Prefieren lo sencillo y lo obvio antes que lo complejo, ambiguo y sutil. Pueden ver el arte y las ciencias con sospecha considerando estas actividades como inútiles y no prácticas. Las personas cerradas prefieren familiaridad antes que novedad. Son conservadoras y resistentes al cambio.

Facetas: Fantasía, estética, sentimientos, acciones, ideas y valores.

Responsabilidad

También conocido como «Concienzudo» Esta dimensión tiene sus bases en el auto-control, no sólo de impulsos sino que también en la planificación, organización y ejecución de tareas. Por esta razón a este factor también se le ha denominado como «voluntad de logro», ya que implica una planificación cuidadosa y persistencia en sus metas. Está asociado además con la responsabilidad, confiabilidad, puntualidad y escrupulosidad. El concienzudo es voluntarioso y determinado, de propósitos claros. El polo opuesto es más laxo, informal y descuidado en sus principios morales.

Los beneficios de una alta responsabilidad son obvios. Los individuos responsables evitan los problemas y logran altos niveles de éxito mediante la planificación y tenacidad. También son considerados positivamente por los otros como inteligentes y fiables. Lo negativo que tienen es que pueden ser perfeccionistas compulsivos y adictos al trabajo (workalcoholics)

Facetas: competencia, orden, sentido del deber, necesidad de éxito, autodisciplina, deliberación.

Cordialidad, Amabilidad o Afabilidad

Refleja tendencias interpersonales. En su polo positivo, el individuo es altruista, considerado, confiado y solidario. En su polo opuesto el individuo es egocéntrico, escéptico y competitivo. Otra definición de esta dimensión, denominada por sus autores como Complacencia amistosa versus No complacencia hostil (Dingman y Takemoto-chock, 1981). Su polo positivo refiere a la docilidad más la capacidad de establecer relaciones interpersonales amistosas; y su polo negativo, a establecer relaciones hostiles. Pese a que social y psicológicamente se ve más saludable el polo positivo, esto no es necesariamente así ya que la «no agradabilidad» en sus componentes de escepticismo y pensamiento crítico, es necesaria para el desarrollo de muchos ámbitos del quehacer humano, como por ejemplo en la ciencia.

Facetas: confianza, franqueza, altruismo, modestia, sensibilidad hacia los demás, actitud conciliadora.

Inestabilidad Emocional o Neuroticismo

Según Hans Eysenck es un rasgo de la personalidad que, con puntuaciones altas, conlleva una inestabilidad emocional, ansiedad, mucha preocupación, etc. Presentan una percepción sesgada hacia las situaciones negativas que hacen que continúen sintiendo emociones negativas. Se caracteriza por la falta de homogeneidad en la conducta, baja tolerancia al estrés, poca sociabilidad, etc. A veces es llamado «inestabilidad emocional».

Facetas: Ansiedad, hostilidad, depresión, ansiedad social, impulsividad y vulnerabilidad.