Ingresar al mundo del otro en un momento en que el otro no tiene espacio para nosotros. La otra persona puede estar realizando algo que le produce mucho placer, que requiere tranquilidad, o está contra el tiempo, y nosotros ingresamos con algo nuestro. Sin embargo puede existir la situación de que la otra persona nunca está disponible para nosotros, de modo que en cualquier circunstancia en que la necesito, ella considerará que la molesto. Molestar se vincula así con necesitar. Hay personas que quisieran que el otro fuera totalmente independiente para que nunca les pidiera algo, y si lo hace se sienten molestadas. En el polo opuesto están las personas que siempre aparecen como disponibles, y nuestra aparición o intromisión nunca parece molestarles.

El verbo molestar, presente en varias lenguas latinas (francés: molester; italiano: molestare; portugués: molestar) viene del latín imperial molestare. El verbo como el sustantivo molestia se formaron a partir de moles que significa masa, peso, carga, esfuerzo, dificultad y nos dio mole en castellano (DRAE²). Así el adjetivo molesto (molestus en latín) corresponde a lo penoso, lo desagradable, lo importuno. – Gracias: Philippe Vicente

Con moles (masa) tenemos también molécula (pequeña masa) y demoler (derribar, echar una construcción abajo). Se vincula a una raíz indoeuropea *mo- (esforzarse).

Fuentes: Diccionario de las emociones, Actitudes y Conductas de México. Etimologías de Chile.