El término Metamedicina proviene del prefijo griego “meta” que significa más allá. Esto significa que la Metamedicina trata de ir más allá de la medicina tradicional. Estamos hablando, por tanto, de una Medicina Metafísica que transciende el plano físico (cuerpo y sus síntomas) para buscar las causas psicológicas (mente) o espirituales (alma) de la enfermedad.

Igual que más allá de la física está la metafísica, más allá del consciente está el inconsciente…

La Metamedicina se ocupa de la parte sumergida o invisible del iceberg para intentar descubrir que acontecimientos experimentados por la persona, o mejor aún, qué emociones derivadas de ellos… han dado origen a los síntomas que la afligen.

El término Metamedicina proviene del prefijo griego “meta” que significa más allá. Esto significa que la Metamedicina trata de ir más allá de la medicina tradicional. Estamos hablando, por tanto, de una Medicina Metafísica que transciende el plano físico (cuerpo y sus síntomas) para buscar las causas psicológicas (mente) o espirituales (alma) de la enfermedad.

Igual que más allá de la física está la metafísica, más allá del consciente está el inconsciente…

La relación entre la Medicina y la Metamedicina se ha comparado habitualmente a la que hay entre las dos partes de un iceberg.

La Medicina se ocupa de la parte visible o emergente, los síntomas que sufre la persona; interviene sobre la parte objetivable, medible, de la enfermedad. Hay que aclarar que cuando estamos hablando aquí de Medicina incluimos no sólo la Medicina alopática (farmacológica) y la Cirugía, sino también todas las Medicinas Naturales o No Convencionales cuyo fin es corregir el mal externo a través de medios físicamente concretos: Osteopatía, Fitoterapia, etc…

La Metamedicina se ocupa de la parte sumergida o invisible del iceberg para intentar descubrir que acontecimientos experimentados por la persona, o mejor aún, qué emociones derivadas de ellos… han dado origen a los síntomas que la afligen.

En palabras de Claudia Rainville, experta internacional en esta disciplina, “La Metamedicina actúa sobre la esfera emocional, ayudando al sujeto a liberarse de la emoción que lo ha hecho enfermar al dar origen a un desorden psicosomático. La medicina clásica o alopática no acepta reconocer que el 80% de las enfermedades son de origen psicosomático… Y éste es el campo donde interviene precisamente la Metamedicina”.

La Medicina alopática y la Cirugía son esenciales cuando se trata de intervenir en un problema concreto, como un trauma, una urgencia, una crisis aguda, etc… Cuando la enfermedad tiene un carácter más crónico (estamos hablando de la mayoría de los casos) otras formas de Medicina más blandas empiezan a tener más utilidad; de hecho, cuando la causa es abstracta, la Medicina convencional encuentra pronto sus límites. De las causas abstractas, que suelen ser las causa últimas, es de lo que se ocupa la Medicina Metafísica.

Es bueno reconocer la complementariedad de todas las medicinas entre sí. Un mismo mal se puede y debe tratar, siempre que la persona colabore, desde los dos puntos de vista: el físico (y químico) y el metafísico. Renegar de uno u otro tipo de medicina sería renegar de un hemisferio del cerebro en beneficio del otro. Nuestros dos hemisferios, juntos, tienen mayor capacidad de sanación que separados.

La Metamedicina busca el origen de la enfermedadLa aproximación metamédica no sólo es compatible con la médica sino que deberían combinarse ambas siempre, por ejemplo, un médico podría, además de dar un tratamiento, interpretar el significado de una enfermedad hepática relacionándola con ira reprimida o no manifestada; un osteópata puede interpretar una lesión osteopática en la décima vértebra dorsal como una negativa a responsabilizarse, necesidad de ser víctima, etc…

Por razones comprensibles algunas formas de Medicina (entendida siempre en su sentido más amplio) están más lejos de la Metamedicina ya que obligan a una praxis muy material o “masculina” (del cerebro izquierdo), mientras que otras disciplinas como la homeopatía o las flores de Bach, son más cercanas a la Metamedicina.

¿Cuál es la praxis metamédica, entonces? Pues no es sino ayudar al ser humano enfermo, a través del diálogo, a hacerse consciente de los problemas inconscientes que le hacen enfermar. De hecho la enfermedad sólo sirve para hacernos sinceros con nosotros mismos, para reconocer un problema sumergido al que no damos solución verdadera.

Así pues, gracias al consejo metamédico, la persona puede encarar sus pensamientos, sus actitudes y su propia vida de un modo más sano, ya que por fin se ha hecho consciente de su realidad. El miedo a verla o reconocerla nos obliga a enfermar, mientras que el verdadero amor por nosotros mismos nos lleva a una aceptación total (de nuestras virtudes y defectos) en la que no tienen sentido los autoengaños. De este autoconocimiento proviene la verdadera salud.

¿Cómo funciona la Metamedicina?

La interpretación metamédica de cualquier enfermedad o síntoma requiere una visión holística (de conjunto) del problema.

Para realizar una buena “traducción” de lo que una determinada somatización está expresando, debemos tener en cuenta:

El síndrome (conjunto de síntomas y signos clínicos) que sufre el individuo, por ejemplo un esguince.
La zona del cuerpo donde tiene mayor protagonismo el síndrome. Siguiendo con el caso del esguince, pongamos que lo hemos sufrido en el tobillo.
Si se expresa en el hemicuerpo izquierdo o derecho. Supongamos un esguince del tobillo izquierdo.
Los sistemas corporales involucrados. En nuestro ejemplo del esguince sería el sistema locomotor.
Los órganos más fuertemente implicados. En este caso es un problema ligamentoso, digamos articular.
Si tenemos en cuenta que cada síndrome o enfermedad expresa una cosa, que cada zona del cuerpo expresa -a su vez- algo distinto, cada sistema, cada órgano, incluso el hemicuerpo… La mitad corporal izquierda expresa los conflictos más emocinales, en correspondencia con el hemisferio cerebral derecho y la mitad corporal derecha expresa los más lógicos, en consonancia con el “cerebro izquierdo”.

El diagnóstico metamédico requiere de práctica e intuición, además de seguramente una predisposición o instrucción personal para el razonamiento flexible. No se trata de un proceso lógico o deductivo sino de algo inductivo y analógico. Intentamos entender el lenguaje metafórico del cuerpo. En algunos casos, como en el ejemplo que hemos puesto, la interpretación será más sencilla, en otros requerirá de cierta experiencia y dotes por parte del terapeuta. En cualquier caso es muy importante escuchar al enfermo y ver si él está de acuerdo con la interpretación que hemos hecho. Esto es básico.

Otro aspecto interesante es que el paciente no se culpabilice por la enfermedad que él mismo se está “creando”. Es bueno explicarles que todos somos así y que las cosas son así para que podamos aprender de ellas. Es fundamental positivizar las cosas y desmitificar la enfermedad para sanar.

Por último os dejo con la interpretación del ejemplo que pusimos más arriba:

Esguince: Simplificando mucho podríamos decir Ira y Resistencia que hacen que no queramos avanzar en cierta dirección en la vida.
Tobillo: Posiciones, creencias reconocidas con respecto al mundo, la realidad exterior (suelo), esto incluye también a los demás y a nosotros mismos. Simbolizan la capacidad de decidir, de comprometernos. Hablan de la flexibilidad de nuestros criterios de vida. Los problemas en los tobillos expresan por tanto una cierta inflexibilidad.
Lado Izquierdo: Lado emocional del cuerpo (yin, femenino, figura materna, etc…)
Sistema Locomotor: Nos está expresando conflictos con la auto-afirmación, confianza en uno mismo y fluidez (o no) ante los cambios.
Articulación: Potencial de movimiento y cambios de dirección.
Así pues un esquince del tobillo izquierdo vendría a ser una dificultad ante el hecho de movernos, de cambiar de dirección en algún aspecto de nuestra vida emocional. Estamos en un momento en el que debemos entrar en una nueva dinámica, relacionada con nuestra vida emocional, que cuestiona nuestra posición actual (que entendíamos satisfactoria). Nos obliga a pararnos o a movernos con más prudencia hasta ser capaces de tomar la decisión correcta.

Hemos puesto el ejemplo de un esguince de tobillo, por ser algo simple de explicar, pero igualmente podríamos interpretar un lupus, una cistitis o una neumonía…

Bibliografía sobre Metamedicina:

La enfermedad como camino, Thorwald Dethlefsen y Ruediger Dahlke, PLAZA Y JANÉS
La enfermedad busca sanarme, Philippe Dransart, EDICIONES LUCIÉRNAGA
Dime qué te duele y te diré por qué, Michel Odoul, ROBIN BOOK
Usted puede sanar su vida, Louise L. Hay, ED. URANO
Sana tu cuerpo, Louis L. Hay, ED. URANO
El mensaje curativo del alma, Thorwald Dethlefsen, ROBIN BOOK
El mensaje curativo del alma femenina, Thorwald Dethlefsen, ROBIN BOOK
El cuerpo tiene la palabra, Alicia López Blanco, ROBIN BOOK
La enfermedad como símbolo, Ruediger Dahlke, ROBIN BOOK
Homeopatía para el alma, Cassandra Lorius, ROBIN BOOK
La salud como camino, Ruediger Dahlke, ROBIN BOOK
Le grand dictionnaire des malaises et des maladies, Jaques Martel, EDITIONS QUINTESSENCE

Fuentes: SaludTerapia.
Compilado por: Ana Gonzalez 27/10/2016 15:03pm