Encontrar la causa exacta de una malformación congénita resulta difícil, ya que en la mayoría de los casos proviene de una vida anterior. Es muy importante que los padres dejen de creer que ellos son los responsables. Si esta malformación es hereditaria, véase la definición metafísica de las enfermedades hereditarias.

En general, una malformación de nacimiento se vive para aprender el amor incondicional, tanto por la persona que la padece como por sus seres queridos. Se manifiesta para ayudarlos a ver al ser extraordinario que se oculta tras ella.

Si eres una persona afectada por una malformación congénita, acepta la idea de que lo elegiste antes de nacer, y que nada te impide vivir una vida muy armónica: esta armonía está en tu interior. No hay nada absolutamente imposible en este mundo.

Por otro lado, la cirugía actual permite remediar muchas malformaciones, pero lo importante no es querer arreglar sólo el aspecto físico, sino también estar dispuesto a aprender esta enorme lección de amor incondicional, es decir, darte el derecho de ser lo que eres y darte cuenta de que el cuerpo, que sirve de medio de transporte a tu SER, no es más que una envoltura.

Ver también las partes del cuerpo afectadas por esta malformación.