La gota es una enfermedad metabólica, asociada al aumento de la concentración de ácido úrico en la sangre. Afecta principalmente a los hombres, y en el 60% de los casos ataca al dedo gordo del pie. Lesiona siempre a las articulaciones, y también se ven afectadas la rodilla o el pie.

Cuando afecta al dedo gordo, esta enfermedad le indica a quien la padece que quiere dominar, aunque no se concede el derecho de hacerlo. A menudo, esta persona no parece ser dominante, pero lo es por medios encubiertos. Esta enfermedad indica una falta de flexibilidad, incluso terquedad con respecto a la manera de ver el porvenir. También señala un sentimiento de fastidio hacia alguien o hacia algo.

Esta enfermedad, considerada como una forma de artritis, te dice que te sueltes, que seas tú mismo y que te permitas querer controlar a veces, en lugar de aparentar lo contrario. Te beneficiará darte cuenta de que tus temores con respecto al futuro no están realmente fundados, y también permitirte hablar más de ello.

Te sugiero que consultes la descripción de artritis. La gota es una enfermedad metabólica caracterizada por la acumulación de ácido úrico en el organismo y que se traduce por afecciones articulares particularmente en el dedo gordo del pie y a veces por una litiasis renal (cálculos renales).

Afecta también frecuentemente las manos, muñecas, dedos, rodillas, tobillos y a veces, los codos. La acumulación de ácido úrico significa que retengo emociones negativas que deberían normalmente estar soltadas en la orina. Así, me fijo en actitudes y “patrones” mentales (esquema de pensamiento que hace que se repitan acontecimientos en mi vida) que hacen que mi facultad de movimiento se vuelva un acto doloroso y torpe.

Mi cuerpo se vuelve rígido como mis pensamientos y mi actitud frente a mí – mismo y los demás. Puedo manifestar mucha impaciencia cuando las cosas no suceden como quiero. Necesito dominar, controlar totalmente mi vida, lo cual a veces puede resultar difícil. Por lo tanto, la gota se presenta en alguien muy ambicioso y rígido o, al contrario, en una persona que no tiene objetivo, ningún entusiasmo para el futuro.

Tengo ambiciones muy limitadas y no se me tiene que pedir demasiado. Sino, ¡“es la gota que hace que el vaso se derrama”! Entonces, se apodera de mí la desesperación. La gota se presenta frecuentemente en hombres de edad madura y por lo tanto quizás deba aprender a dejar que los demás sean como son, en vez de dominar; hacer confianza a la vida en vez de controlar; ser más flexible hacía mí – mismo o los demás en lugar de ser rígido.

Ya no tengo que vivir ningún conflicto interior entre los placeres de la vida y los deberes: me veo “obligado” a estar inactivo y a apreciar un ¡“descanso bien merecido”! Necesito dejar entrar más amor dentro de mí para equilibrar y liberar las emociones negativas, dolorosas, hirientes y de ira, para recuperar movimiento, libertad, bienestar.