Economía colaborativa o consumo colaborativo se define como una interacción entre dos o más sujetos, a través de medios digitalizados o no, que satisface una necesidad real o potencial, a una o más personas.

Las plataformas digitales establecen un marco, donde los usuarios pueden interactuar entre ellos y/o con la misma plataforma. Los usuarios seleccionan el rol que desean en cada momento, o varios roles simultáneamente (por ejemplo: vendedor y comprador) es un sistema abierto y dinámico. Normalmente, existe un sistema de evaluación entre usuarios, mediante el cual, adquieren una reputación, y con ella, la confianza necesaria para seguir llevando a cabo la actividad que deseen.

Pero dejemos en claro que ninguno de estos aspectos, que solo son de forma, definen en si la esencia espiritual de la economía colaborativa. Este es un punto que tratamos en otros artículos de economía social, cooperativa y/o solidaria.

Ventajas de la economía colaborativa
  • Mayor oferta de productos y servicios. Mejor acceso a otras alternativas que hasta ahora eran inviables o no eran visibles para la mayoría de nosotros.
  • Ahorro económico. Los servicios o productos que se ofrecen a través de este sistema tienen precios más reducidos.
  • Desarrollo sostenible. La economía colaborativa impulsa y provoca el segundo uso de los productos.
  • Gestión de recursos. La utilización de los recursos es otro de los principios básicos de la economía colaborativa ya que es algo que nos beneficia a todos. El mejor ejemplo es el conductor que comparte su vehículo con varios pasajeros con destinos próximos.
  • Beneficio medioambiental. Reducción de la producción con un menor gasto de recursos naturales y una menor contaminación.
  • Efectos favorables para la competencia. Facilita el emprendimiento, estimula la competencia y la actividad económica.
  • Valor social. Fomenta la cohesión social, la solidaridad y las relaciones sociales basadas en la confianza.
Ejemplos de plataformas de economía colaborativa

En el siguiente artículo tratamos varias propuestas que desarrolladas dentro la Universidad de Quilmes. Las mismas incuban proyectos de economía colaborativa que reúnen los principios con los que comulgamos en la fundación.

Por otra parte, en los últimos años se han planteando nuevas maneras de consumir y nuevos hábitos de consumo. Transformando la manera de tomar decisiones y favoreciendo el desarrollo de alternativas.

Lamentablemente desde mi observador comienzan siendo propuestas con buenas intenciones, que lucen incluso como colaborativas, pero la mayoría de sus fundadores han quedado atrapados por las viejas prácticas hegemónicas.

Aquí van algunos ejemplos de esas plataformas, que las considero como un primer paso en función de la transformación buscada.

Existen otros ejemplos como Quirky, una plataforma de inventores que diseña productos y los fabrica según los condicionantes de la economía colaborativa. Su objetivo es fabricar las ideas que proponen los miembros de la comunidad que mediante la aplicación del crowdsourcing se desarrollan y mejoran y, si hay un consenso, se fabrica en base a la demanda existente. Otro modelo que aplica esta misma filosofía al sector automovilístico es Local Motors.

El futuro del consumo en la economía colaborativa

Uno de los principales escollos es la existencia de la seguridad jurídica o la confianza por parte de los consumidores para que se pueda consolidar un modelo de economía colaborativa. Existen modelos que se basan en la confianza del consumidor, que debe ser lo más amplia posible como para que los usuarios puedan tener garantías de que los entornos y plataformas, y las operaciones que están realizando, no van a acabar en una estafa o fraude.

Existen diferencias entre los nuevos ofertantes y las empresas que están en el mercado ofreciendo servicios o productos sustitutivos. Las compañías que ya están en el mercado reclaman a los gobernantes la existencia de unos obstáculos legislativos y obligaciones.  Por esto, la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMCI) lo ha dejado claro y comenta legislar a favor de los intereses generales y no sobreproteger a ciertos sectores. En las plataformas de financiación participativa como Zank o Arboribus ya ha aparecido una regulación que el sector ha considerado favorable.

A partir de aquí, nos debemos plantear el futuro de la economía colaborativa y su evolución. No hay duda de que los servicios se ampliarán y los que ya existen están aquí para quedarse. Estos sectores que están ahora poniendo barreras a la entrada de estos nuevos oferentes verán cómo todo lo que tiene que ver con las leyes en materia regulativa se transforma o se reforma y esto provocará que ambos modelos se terminen fusionando

Economía Circular

Es un concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía,…) se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos. Se trata de implementar una nueva economía, circular -no lineal-, basada en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.

Economía del Bien Común

Economía del bien común (en el original alemán Gemeinwohl-Ökonomie), es un proyecto económico abierto a las empresas y promovido por el economista austríaco Christian Felber que pretende implantar y desarrollar una verdadera economía sostenible y alternativa a los mercados financieros en la que necesariamente tienen que participar las empresas

La esencia del modelo es la resolución de la contradicción entre los valores que rigen los mercados, como el egoísmo, la avaricia y la irresponsabilidad, y los valores que permiten florecer nuestras relaciones humanas y ecológicas. Estos últimos valores son universales y forman parte de nuestras constituciones: dignidad, solidaridad, justicia, democracia. Los “valores” económicos, en cambio, no son valores constitucionales. La Economía del Bien Común (EBC) propone resolver esta contradicción cambiando las dos principales reglas legales que guían el comportamiento de los actores económicos: afán de lucro y competencia; por otras dos: contribución al bien común y cooperación

Economía del Bien Común (EBC), Indicadores de la

  1. Gestión ética de los suministros,
  2. Gestión ética de las finanzas,
  3. Calidad del puesto de trabajo e igualdad,
  4. Reparto justo del volumen de trabajo,
  5. Promoción del comportamiento ecológico de las personas empleadas,
  6. Reparto justo de la renta,
  7. Democracia interna y transparencia,
  8. Venta ética,
  9. Solidaridad con otras empresas,
  10. Concepción ecológica de productos y servicios,
  11. Concepción social de productos y servicios,
  12. Aumento de los estándares ecológicos y sociales sectoriales,
  13. Efecto social y significado del producto/servicio,
  14. Aportación a la comunidad,
  15. Reducción de efectos ecológicos,
  16. Minimización del reparto de ganancias a externos y
  17. Transparencia social y participación en la toma de decisiones.

Economía del Don

La economía del don — a veces traducida literalmente del Inglés gift economy como economía del regalo — es una teoría social en la que los bienes y servicios se otorgan sin un acuerdo explícito de quid pro quo (ver infra). Se basa en el principio de vivir bajo la premisa de «que a mi vecino no le falte nada». Una segunda premisa sería el trabajar con un nivel de conciencia donde «lo que hagamos hoy no sea recordado mañana», ya que nuestras actuaciones se basan más en el amor al prójimo que en el interés o la vanidad. Generalmente, la economía del don ocurre en culturas o subculturas en las que se esperan recompensas sociales o intangibles, como el karma, el honor, la lealtad o cualquier otra forma de gratitud. A veces la economía del don se llama también cultura del regalo. En algunos casos, regalos simultáneos o recurrentes hacen que la gratitud circule en torno a la comunidad, lo que se puede ver como una forma de altruismo recíproco. En ocasiones se espera conseguir bienes o servicios del mismo valor que aquellos que estamos dando, apoyo político, o un regalo a una tercera persona. Sin embargo, se considera que el verdadero espíritu de la economía del don consiste en dar sin esperar recibir nada a cambio.

Economía Ecológica

Es la ciencia de la gestión sostenible o el estudio y valoración de la (in)sostenibilidad. Es un conjunto de modelos de producción integral e incluyente que toma en consideración variables ambientales y sociales. A diferencia de la economía marrón que es la administración eficaz y razonable de los bienes que se basa en la persecución del crecimiento económico a través del uso óptimo de insumos y factores de producción. La economía ecológica no es una rama de la teoría económica, sino un campo de estudio transdisciplinar, lo que quiere decir que cada experto en una ciencia conoce un poco de otras disciplinas, con la finalidad fusionar conocimientos que permita afrontar mejor los problemas ya que el enfoque económico convencional no se considera adecuado. Sin embargo, está abierta también a no científicos.

Economía Naranja

Economía Naranja se define como el conjunto de actividades que permiten transformar las ideas creativas en bienes y servicios con alto valor agregado para las industrias y empresas culturales. (Es decir, cualquier economía que represente los sectores que comprenden toda la propiedad intelectual). El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) acuñó este término debido a la relación que guarda el color naranja con la cultura, la identidad y la creatividad, así como por su asociación con rituales y eventos culturales, artísticos y religiosos. De esta manera, la Economía Naranja fusiona la economía con la cultura para que ambas actividades se vuelvan caras de la misma moneda.

Economía Social

Conjunto de empresas privadas creadas para satisfacer las necesidades de sus socios a través del mercado, produciendo bienes y servicios, asegurando o financiando, y en las que la distribución del beneficio y la toma de decisiones no están ligadas directamente con el capital aportado por cada socio, correspondiendo un voto a cada uno de ellos. También incluye entidades sin ánimo de lucro productoras no de mercados privados al servicio de los hogares, no controlados por las Administraciones Públicas y que producen servicios no destinados a la venta para determinados grupos de hogares, procediendo sus recursos principales de contribuciones voluntarias efectuadas por los hogares en su calidad de consumidores, de pagos de las Administraciones Públicas y de rentas de la propiedad.

Economía Solidaria

Es un tipo de economía, una forma de producción, consumo, y distribución de riqueza, centrada en la valorización del ser humano y no en la priorización del capital. Promueve la asociatividad, la cooperación y la autogestión, y está orientada a la producción, al consumo, y a la comercialización de bienes y servicios, de un modo principalmente autogestionado, teniendo como finalidad el desarrollo ampliado de la vida. Preconiza el entendimiento del trabajo y en el trabajo, como un medio de liberación humana, en el marco de un proceso de democratización económica, creando una alternativa viable a la dimensión generalmente alienante y asalariada del desarrollo del trabajo capitalista.

Economía Verde

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) define la economía verde como aquella que da lugar al mejoramiento del bienestar humano e igualdad social, mientras que se reducen significativamente los riesgos medioambientales.

Economía Popular

Este tipo de Economía merece la confección de un artículo específico que publicamos en esta dirección: Economía Popular.

Una compilación del Dr Fabian Sorrentino de las siguientes fuentes: Glosario de la Economía Social. IEB School.