La barriga o abdomen es la parte anterior que contiene al intestino. La definición que sigue se refiere al dolor de barriga sin causa aparente, sin relación con otro malestar o con alguna otra enfermedad.

Cuando duele la parte alta del abdomen, es decir, la región del plexo solar, el cuerpo envía el mensaje de que esta persona se preocupa demasiado por los demás y siente miedo por ellos. Cuando duele la parte baja del abdomen (debajo del ombligo), el cuerpo envía el mensaje de que esta persona se preocupa demasiado por lo que sucede en el momento y siente miedo por sí misma. Puede tener la impresión de que alguien quiere destruirla para lograr sus fines.

En el primer caso, tu cuerpo te dice que dejes de creer que has venido a la Tierra para preocuparte constantemente por la felicidad de todos tus seres queridos. Puedes sentir compasión por ellos, pero nadie te pide que enfermes por su causa. Debes aprender a dejarlos vivir sus experiencias y a ayudarlos sólo cuando te lo pidan, respetando siempre tus límites. Con respecto a la parte baja del abdomen, tu cuerpo te dice que crees que preocupándote mucho tendrás más oportunidades de hacer desaparecer los acontecimientos o las personas que te dan miedo en ese momento. Si te sueltas tendrás muchas más oportunidades de encontrar la solución adecuada, porque así permanecerás centrado.

Cuando te preocupas pierdes tu centro y tus decisiones se basan en el miedo y no en tus verdaderas necesidades.. Conozco el trabajo efectuado por mi estómago y sé que representa mi modo de digerir, absorber e integrar los acontecimientos y las situaciones de mi vida. Los estirones en el estómago están vinculados con frecuencia a una necesidad de amor, de “alimento emocional” y de alimentos.

El alimento representa el afecto, la seguridad, el premio y la supervivencia. Si vivo un vacío cualquiera en mi vida, querré colmarlo con el alimento, en particular en los momentos de separación, muerte, pérdida o escasez de dinero. El alimento también puede ayudarme artificialmente a “liberarme” de las tensiones materiales o financieras. Siento como una carencia indispensable para mi supervivencia. La fermentación, por su parte, procede del hecho que no quiero enfrentar ciertas emociones que vivo con relación a personas o situaciones. Pongo estas emociones de lado, pero éstas siempre son presentes, se acumulan, “fermentan”, bajo el efecto de mi actitud “ácida”. Rumio constantemente ciertas situaciones que viví y que “no digiero”. Por lo tanto tengo tendencia a “rumiar” situaciones pasadas y a vivir las mismas actitudes y las mismas emociones negativas. Éstas me quedan pues en el estómago.

Es muy difícil para mi estómago digerir emociones no vividas. Al estar mi realidad en conflicto con mis sueños y mis necesidades, esto me lleva a vivir diversas emociones. No expreso mis contrariedades, estoy irritado. La ira y la agresividad rugen en mí, pero las reprimo. Ya está! La úlcera y los ardores de estómago están aquí. Tengo grandes miedos, mi digestión se hace laboriosa porque mi estómago es nervioso y frágil. ¿Cuál es la situación de mi vida “que no digiero”?

Vivo gran inquietud, sobre todo debido a mi débil confianza en mí, lo cual hace difícil la aceptación de mis emociones. Los dolores de estómago se producirán cuando vivo una contrariedad en el campo de mis finanzas personales o de mi vida profesional. Ciertas situaciones son tan repugnantes y asquerosas que mi estómago rechaza digerirlas. Reacciono frente a mi realidad de un modo negativo y “ácido” y padezco indigestiones y nauseas. La digestión es muy lenta si el estómago está tenso y rígido, evitando que cambios se produzcan en mi vida. Tomo consciencia que debo revelar más apertura en la vida y acepto que las situaciones y los acontecimientos están aquí para hacerme crecer. La aceptación permite transformarlos en experiencias y la presión o la tensión desaparecen.

El estómago es un órgano importante en la digestión, que se encuentra situado entre el esófago y el intestino delgado. Transforma los alimentos en líquido gracias a los jugos gástricos que segrega.

Úlceras, Gastritis, Hemorragias Gátricas
Los problemas estomacales más comunes son las ÚLCERAS, la GASTRITIS (ardores), las HEMORRAGIAS GÁSTRICAS, los CÁNCERES y los problemas de digestión (vómito, indigestión, etc.). Verifica la descripción individual del problema en cuestión, además de la siguiente.

Todos los problemas del estómago se relacionan en forma directa con la dificultad para aceptar o digerir a una persona o a un acontecimiento. La persona que los padece manifiesta intolerancia y temor ante lo que no es de su agrado. Se resiste a las ideas nuevas, sobre todo a las que no proceden de ella. Tiene dificultad para adaptarse a alguien o a algo que va contra sus planes, sus hábitos y su manera de vivir. Tiene un crítico interior muy fuerte que le impide ceder y dejar hablar a su corazón, al cual no quiere aceptar incondicionalmente.

Es posible que también se acuse a sí misma de falta de audacia.

El mensaje que recibes de tu estómago es que dejes de querer controlarlo todo, resistiéndote a las ideas de otros. En lugar de creer que eres incapaz de cambiar a los demás o a una situación determinada, toma consciencia de tu propia capacidad para hacer tu vida. Confía más en los demás, de la misma forma que debes confiar en que tu estómago es capaz de digerir tus alimentos. No necesitas decirle a tu cuerpo cómo ser un cuerpo ni cómo digerir. Lo mismo sucede con tu entorno. Todos y cada uno tenemos una manera diferente de ver la vida. No es casualidad que el estómago esté ubicado en la región del corazón.

Debemos aceptar a todos con amor, es decir, aceptar las particularidades de todos y cada uno. Los pensamientos que alimentas del tipo «es injusto», «no es correcto», «es idiota», etc., no te benefician: bloquean tu evolución, así como tu estómago bloquea la digestión. Si te vuelves más tolerante hacia los demás, tolerarás mejor los alimentos que ingieres. El estómago recibe el alimento y lo digiere para colmar las diferentes necesidades de mi cuerpo en vitaminas, en proteínas, etc. Alimento mi cerebro del mismo modo por las situaciones y los acontecimientos de mi vida. Cada estómago tiene su propio funcionamiento.

Por más que la forma general sea la misma, la digestión puede ser diferente de una persona a la otra. Así, la forma de mi estómago está en relación con mi personalidad. Mi estómago refleja el modo en que absorbo e íntegro mi realidad y mi capacidad en digerir las nuevas ideas o las nuevas situaciones. Puede compararse a un barómetro indicando mi grado de apertura y mi modo de reaccionar en la vida. Los problemas de estómago aparecen cuando mi realidad cotidiana está en conflicto con mis deseos y mis necesidades. Estos conflictos se vuelven a enc