La cleptomanía (del griego κλέπτειν, «quitar», μανία, «manía») es un trastorno del control de impulsos que lleva al robo compulsivo de cosas. La persona que padece dicho trastorno recibe el nombre de cleptómano o ladrón compulsivo.

En Busca de una Interpretación Psicológica.
Dice Lise Bourbeau en su libro «Obedece a Tu Cuerpo, Amate»:
Si, de modo compulsivo, estoy llevado a cometer robos sin razones utilitarias, entonces padezco cleptomanía. Vivo una tensión que procede de un vacío interior aliado a un sentimiento de culpabilidad. Entonces, para mí, el fin justifica los medios y es como si me presentase el reto de poder apropiarme de lo prohibido. Esto me alivia, aun cuando el remordimiento pueda manifestarse a mí luego. Puede que inconscientemente, espere que se me vaya a pillar “la mano en el bolso” porque es para mí un modo de atraer la atención. El hecho de hacer un gesto prohibido puede ser para mí un modo de demostrar mi revuelta frente a la autoridad y de “escupir” ésta. La autoridad que no acepté de joven era o bien la de mi padre, o la de mi madre o de la persona que se encargaba de mi educación. Puedo recorrer a la psicoterapia para poder identificar este vacío interior o esta rebelión frente a la autoridad y poder volver a poner amor en la situación. Viviré así una paz interior más grande y “los demás también se sentirán mejor”.

Semiología
El sujeto que padece cleptomanía no puede evitar el impulso de robar u obtener objetos, independientemente del valor económico de lo que roba; sufre de un deterioro laboral, familiar, personal y legal. Es un trastorno del control de impulsos y se ha clasificado como una adicción psicológica. La conducta es precedida por una ansiedad creciente que se alivia inmediatamente después de poseer el objeto deseado, reforzando así la conducta de robar. Dicho refuerzo es una de las causas por las cuales se mantiene la conducta problema.

El cleptómano, a diferencia del ladrón, roba por necesidad de satisfacer un impulso, mientras que el último roba, por diversión, necesidad de satisfacer un deseo material, económico o social llegando incluso al profesionalismo. La diferencia radica en que el ladrón lo hace por un deseo material y económico, o por necesidad.

Un ladrón puede pasar horas, días e incluso años planeando un gran golpe, mientras el cleptómano obedece generalmente a un impulso relativo dependiendo del lugar y tiempo en que se encuentre él.

Algunos de los componentes fundamentales de la cleptomanía incluyen: pensamientos recurrentes de intrusión, la impotencia para resistir la compulsión a participar en el robo, y la liberación de la presión tras el acto. Estos síntomas sugieren que la cleptomanía puede considerarse como un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo.

Las personas diagnosticadas con cleptomanía a menudo tienen otros tipos de trastornos que afectan el estado de ánimo, ansiedad, alimentación, control de impulsos, y el uso de drogas. También tienen grandes niveles de estrés, la culpa y el remordimiento, y las cuestiones de privacidad que acompañan al acto de robar. Estos signos se consideran causantes o intensificar generales trastornos comórbidos. Las características de los comportamientos asociados con el robo podría dar lugar a otros problemas, que incluyen la segregación social y el abuso de sustancias. Los muchos tipos de otros trastornos que ocurren con frecuencia junto con la cleptomanía suele hacer el diagnóstico clínico incierto.

Síntomas
Los síntomas de la cleptomanía pueden incluir:
Potente impulso a robar objetos que no son necesarios
Sensación de tensión creciente que conduce al robo
Sentir placer o gratificación durante el robo
Sensación de culpa o vergüenza terrible, después del robo
A diferencia de los ladrones de tiendas típicas, las personas con cleptomanía no roban compulsivamente para beneficio personal. Tampoco robar como una forma de venganza. Roban simplemente porque el impulso es tan fuerte que no lo pueden resistir. Este impulso hace sentir incómodo ansioso, tenso o excitado. Para aliviar estos sentimientos roban.

Durante el robo, sienten alivio y satisfacción. Más tarde, sin embargo, pueden sentir una enorme culpabilidad, el remordimiento, el «auto-odio» y el miedo a ser arrestados. Pero el impulso viene de nuevo, y el ciclo se repite, a lo que llamamos cleptomanía.

Los episodios de cleptomanía generalmente ocurren de manera espontánea, sin planificación. La mayoría de las personas con cleptomanía robar a los lugares públicos, como tiendas y supermercados. Algunos pueden robar a amigos o conocidos, como por ejemplo en una fiesta. A menudo, los objetos robados no tienen ningún valor para la persona con la cleptomanía. Los artículos robados son por lo general escondidos, para no ser utilizados. Los elementos también pueden ser donados, regalados a familiares o amigos, o incluso secretamente se regresan al lugar de donde fueron robados.

Causas
La causa de la cleptomanía no se conoce. Hay varias teorías que sugieren que los cambios en el cerebro pueden ser la raíz de la cleptomanía. La cleptomanía puede estar relacionada con problemas con una sustancia química del cerebro que ocurren naturalmente (neurotransmisor) llamada serotonina. La serotonina ayuda a regular los estados de ánimo y emociones. Los niveles bajos de serotonina son comunes en personas propensas a comportamientos impulsivos.

La cleptomanía también puede estar relacionado con trastornos adictivos, y robar puede causar la liberación de dopamina (otro neurotransmisor). La dopamina provoca sensaciones placenteras, y algunas personas buscan esta sensación gratificante una y otra vez.

Otras investigaciones han encontrado que la cleptomanía puede ocurrir después de que alguien sufre una lesión en la cabeza. Se necesita más investigación para entender mejor todas estas posibles causas de la cleptomanía.