Etimología: an: ‘respirar’ at: ‘moverse’ vā: ‘soplar’. Traducción: ‘respiración’, según el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.). ‘Alma’, principio de vida y sensación, según el Rig-veda y el Átharva-veda Naturaleza, esencia, vida, aliento, corazón, alma, mente.

En el pensamiento hindú, lo individual, entendido por el Advaita Vedanta como numéricamente idéntico a Brahman y por otras variedades de Vedanta como dependiente de él y susceptible de rendirle adoración. En el hinduismo a veces se le considera inherentemente consciente y dotado de cualidades mentales intrínsecas, y otras como posesor de cualidades mentales sólo en tanto que el compuesto -Atman-encarnado-en-un-cuerpo-físico tiene esa propiedad. El – Atman transmigra desde siempre de una vida a otra (o, para Advaita, parece hacerlo).

Se encarna en cuerpos sucesivos, acumulando el karma y pudiendo alcanzar la iluminación con la consiguiente liberación de la samsara, la rueda transmigratoria.

Ego y Atman

Se puede abordar este concepto dividiendo los estados de conciencia en dos

Ego: conciencia individual, separada, confrontada (por ejemplo, en el aforismo Isha Upanishad dice: ¨Esta conciencia de vigilia que el Ser Mental acepta como sí mismo y que está organizada alrededor de la sensación de un yo central es el ego¨). Hace posibles las instituciones y la relación técnica con el mundo.

Atman: posibilidad de trascender el ego mencionado anteriormente y de relativizar toda identidad singular. Esta capacidad hace que el humano nunca coincida plenamente con sus acciones, de tal manera que puede crear nuevas formas de ser.

Atman y Brhaman

Por Brahman se entiende la fuente de todos los seres, lo Absoluto o la sustancia eterna. Del Brahman todo procede, al Brahman todo retorna. En relación al Brahman, el atman se puede entender como la capacidad que tiene un ego (o atman individualizado) para descubrirse no como parte sino como idéntico al mismo Brahman (‘’Uno no necesita conocer Brahman o el significado de “Tu eres Eso” (tat tvam asi). Si uno puede reducir la subjetividad, esto en sí mismo ya es una gran bendición. Pero no puedes reducir completamente la subjetividad al menos que conozcas que tu eres la totalidad).

Por lo tanto, atman no es sino la capacidad de un sujeto para reconocerse en todo lo que le rodea (en otro apartado del Isha Upanishad encontramos:‘’Esta liberación se efectuará disolviendo el ego en el Ser Divino Manifiesto y experimentando completamente nuestra unidad con todo lo existente y con Aquel que es Dios, Alma y Ser Supremo’’).

En la filosofía hindú, el conocimiento para experimentar la coincidencia de Atman y Brahman no es de naturaleza racional o discursiva, sino que es un dato que apenas se insinúa en la conciencia, como un recuerdo lejano. Por eso, en sus tradiciones, los hindúes mencionan que un sabio es capaz de recordar sus reencarnaciones (en Bhagavad Gita, Krishna dice: ‘’¡Oh, Arjuna! Yo he nacido muchas veces y lo mismo tú, Arjuna. Pero Yo recuerdo todas mis vidas pasadas, mientras que tú las has olvidado’’).

En la religión hinduista, atman es tanto el alma individual (la energía que da vida a cada cuerpo) como el alma suprema (Dios).

Las coberturas del alma, en el esoterismo

Según las doctrinas esotéricas de Helena Blavatsky (1831-1891), el atman está cubierta por seis capas de materia, que le sirven como vehículos en el mundo manifestado:

Tríada superior (individualidad)

1) ātma
2) budhi (inteligencia)

En idioma sánscrito, el buddhi es la inteligencia. Se la considera una de las partes del cuerpo material que cubre al alma mientras esta se encuentra confundida en el mundo material. Según algunas historias de la mitología de la India, es una de las consortes del dios Ganesha, junto con Siddhi, poder, o Riddhi, prosperidad

3) manas (mente)

Es una palabra sánscrita que se traduce como ‘mente’, tercer principio de la Constitución septenaria, que los textos hinduistas (como las Upanishades) consideran una sustancia material sutil, una de las capas en la que se recubre el alma espiritual (atma). Procede de la palabra manpensar; el Pensador. Facultad mental que hace del hombre un ser inteligente y moral; sinónimo de Mahat. Mente Pura, Mente Espiritual o Yo. Es la Mente filosófica, en relación a la vida interior y elevados ideales inegoístas, no afectada por el miedo o el deseo.

Si no se especifica, esotéricamente indica el Ego superior. Calificado por los teósofos como Budhi-Manas o Alma Espiritual, en contraposición con su imagen humana o Kama-manas. Es de naturaleza dual. Como Inteligencia inferior ligada al alma animal, Kāma o deseo, Kama-manas; y Manas o Inteligencia superior, en relación con Atma y Budhi, con los que constituye la Tríada superior.

Como este Manas “superior”, es el aspecto más noble de la mente, principio inmortal o Ego, capaz de recoger las experiencias más elevadas de cada encarnación, el ojo interno de la pura intuición, tendente hacia Budhi. El hombre purificado hasta el más elevado altruismo se convierte en un genio o Mahatma, adquiere el verdadero libre albedrío.

Personalidad (cuaternario inferior)

4) kāma-manas (la mente unida al cuerpo de deseos)

En el marco de la teosofía, la kama-manas (‘mente de deseo’ en idioma sánscrito) es una palabra utiilizada por la escritora ucraniana Madame Blavatsky (1831-1891) o por algún escritor anterior que ella omitió citar.

El término es una conjunción de dos palabras sánscritas: kāma (deseo sexual, lujuria, deseo en general) y manas (mente).

Blavatsky llamaba así al cuarto principio de la constitución septenaria del hombre (otro concepto utilizado y divulgado por ella a partir de la doctrina hinduista y la religión egipcia).

Se refiere pues a la mente, al conjunto organizado de ideas formales que están siempre más o menos bañadas de deseo: deseo de sobresalir, de poseer riquezas, de buscar goces, etc.

Ella llamaba al cuerpo astral (que sería el tercer principio de la constitución septenaria) kama-rūpa, que resulta de la unión de los dos principios humanos, kámico (de deseo) y rūpa (forma, figura, cuerpo).

Blavatsky también utilizaba el término invertido, manas-kama, que en sánscrito es lisa y llanamente incorrecto.

Según Blavatsky, el cuerpo kama manas separaría a la parte mortal inferior de la entidad inmortal superior. Es la inteligencia teñida de la naturaleza del deseo, afectando y siendo afectada por el alma animal. Como inteligencia inferior ligada al alma animal, kāma se debería traducir como deseo malo, lascivia, lujuria, concupiscencia, apego a la existencia, amor.

Como manas inferior, mente o inteligencia terrestre, aplicada a la satisfacción de los deseos y de los instintos. Exhibe aspectos pasionales y egoístas, y refinamiento de los placeres de los sentidos. El kama-manas es el que hace que la personalidad inferior se considere como Yo, distinta y separada de los demás yoes por lo que Blavatsky llamaba “herejía de separatividad”, en que no se percibe la unidad de todo.

En relación con la doctrina del samsara (reencarnación), el kama-manas es la causa de que el alma se encadene a causas y efectos que la llevarán a los renacimientos.

Blavatsky sostenía que en el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.) kama era el primer deseo universal consciente de bien y amor en general; el primer sentimiento de infinita y tierna compasión y piedad que nació en la conciencia de la creadora fuerza única, el divino deseo de crear felicidad y amor. Blavatsky sostenía que cuando los elevados conceptos metafísicos fueron antropomorfizados, el kama original obtuvo el matiz de amor sexual.

Esa afirmación no es correcta, porque, en general, el uso que se le da a la palabra kama en el Rig-veda es parecida al que se le dio mil años después, en el Mahábharata (del siglo III a. C.): deseo, capricho, nostalgia, amor, afecto, objeto de deseo, objeto de amor, objeto de placer. ​Por ejemplo, en Panini (del siglo IV a. C.) 3, 3, 153 dice: kāmo me bhuñjīta bhavān, ‘mi deseo es que debes comer’),

Según Blavatsky, en el Átharva-veda apareció una nueva acepción de kama como el Creador y la Divinidad suprema.

En realidad, según Monier Williams, tanto en el Átharva-veda (capítulos 9, 12 y 19) como en el antiquísimo Rig-veda (10, 129, 4) aparece el concepto de que Kama es el deseo sexual (que ellos igualaban al amor) personificado.1​El concepto que aparece por primera vez en el Átharva-veda (3, 25, 1) es que Kama es un dios del amor invisible y alado, una imagen muy parecida a Cupido, que disparaba flechas de flores invisibles que excitaban a los amantes.

5) Cuerpo Astral, doble Etérico o liṅga śarīra

Según la teósofa ucraniana Madame Blavatsky (1831-1891), el astral era el asiento de la psique humana, los instintos, las emociones, las pasiones y los sentimientos. Según sus libros, el cuerpo astral puede afectar por somatización el vehículo físico y el vehículo energético o vital (llamado praná en la teosofía, y considerado de alguna manera diferente del cuerpo astral)

6) Praná (vitalidad)

En el marco del hinduismo, el praná o prāṇa es una palabra en sánscrito que significa ‘aire inspirado’ o energía vital. En el marco científico, la visión mística del concepto praná carece de fundamento por no haberse podido demostrar nunca su existencia y/o efectos.

7) Cuerpo Físico.

Es la forma más densa de materia, como un contenedor compuesto por los 3 estados presentes en la naturaleza, sólido, líquido y gaseoso.

Es el cuerpo tangible, lo percibimos con nuestros sentidos y es compacto y burdo. Es la parte mortal del ser humano. Cuando morimos el espíritu y el alma se separan de él.