Anquilosis (del griego αγκυλος, soldadura o atadura) es un término médico para nombrar la disminución de movimiento o falta de movilidad de una articulación debido a fusión total o parcial de los componentes de la articulación.1 En odontología, la anquilosis es la fijación esporádica de un diente al hueso alveolar.

En Busca de una Interpretación Psicológica.
Dice Lise Bourbeau en su libro «Obedece a Tu Cuerpo, Amate»:
Estado de adormecimiento caracterizado por la desaparición generalmente temporal de los movimientos de una o varias de mis articulaciones. El anquilosamiento es parcial pero puede ser total si decido de volverme completamente inactivo; es el primer paso hacia la parálisis, tanto físicamente como en pensamiento. Debo tomar consciencia de la responsabilidad que he de asumir si me quedo aquí sin hacer nada, sin querer sentir ni moverme. ¿Qué temo? ¿Es lo desconocido, lo que me está esperando, algo nuevo para mí lo que me molesta? Puedo ir a consultar la parte del cuerpo implicada para darme informaciones suplementarias sobre la fuente de mi anquilosis. Por ejemplo, si está en el brazo, ¿estoy yo en un estado en que rehúso las nuevas experiencias de la vida? ¿Tengo el sentimiento de estar mutilado? Si se trata de un hombro, ¿me parece la vida pesada, o que una persona o situación es “todo un peso”? ¿La soledad o la necesidad de enfrentarme a lo desconocido congestionan mis pensamientos? Si se trata de un pie, ¿cuál es la dirección que no quiero tomar y frente a la cual me “aletargo”? Si es todo mi cuerpo, me adormezco frente a algo o a alguien: se trata de una forma de huida. Estoy consciente que acumulo energía en esta parte del cuerpo y que inconscientemente, me angustio. Es tiempo para mí de ir hacia delante! A partir de ahora, estoy consciente de mis errores (o más bien de mis responsabilidades) y de mis experiencias de vida y las reconozco. Acepto volver a hacer el movimiento que dejé temporalmente y movilizo de nuevo mis pensamientos manteniéndome abierto. Manifiesto una mente más creativa.

Causa
La anquilosis puede ser causada por problemas congénitos,3 traumatismo o enfermedades como la osteomielitis y pueden ser de etiología ósea o fibrosa.4 Puede también ser producida quirúrgicamente para inmovilizar ciertas articulaciones, tanto en humanos como animales.5 Ciertas inflamaciones son capaces también de inmovilizar una articulación, como la espondilitis anquilopoyética y, más comúnmente, la artritis reumatoide. Ocasionalmente las infecciones de la articulación pueden ser anquilosantes, como la tuberculosis.6 Por lo general la pérdida de movilidad articular es progresiva y cuando es completa, el dolor articular tiende a desaparecer.

Clasificación

La anquilosis puede, potencialmente, ocurrir en cualquier articulación con capacidad de movimiento. Puede ser:

Tipo óseo, cuando la anquilosis se origina en la fusión de los componentes osteocartilaginosos de la articulación; Tipo fibrosis (cicatrizante), cuando es causada por retracción de las partes blandas articulares o periarticulares.

Si la rigidez proviene de la inflamación de las estructuras musculares o de los tendones en el exterior inmediato de la articulación, se le conoce como anquilosis falsa.

Tratamiento
La anquilosis más frecuente es la de la rodilla, pero, también ocurre en el hombro, codo, tobillo y cadera. La medicina natural aconseja:

Darse todos los días un baño de vapor en el miembro afectado, de 20 a 30 minutos, seguido de una fricción con agua templada durante un minuto. Varias veces al día dar un masaje en la articulación enferma de 10 a 20 minutos de duración, cuidando siempre de friccionar suavemente, en dirección del sitio enfermo hacia los sitios sanos. Hacer mucho ejercicio para movilizar la articulación, aunque sea algo doloroso al principio.

Compilado por: Ana Gonzalez 19/07/2016 16:15pm
Fuentes: Obedece a Tu Cuerpo, Amate – Escrito por Lise Bourbeau. Wikipedia