Un absceso es una acumulación de pus en un lugar determinado. En el absceso caliente, la acumulación purulenta aumenta con rapidez, acompañada de los cuatro signos de la inflamación: tumor, enrojecimiento, calor y dolor. El absceso frío se caracteriza por la acumulación de líquido que se forma lentamente sin que aparezcan signos de inflamación.

Un absceso es una señal de ira reprimida durante mucho tiempo, la cual genera sentimientos de desesperación, de impotencia y de fracaso.

La tristeza y la ira hacen que se pierda la alegría de vivir. Este malestar resulta tan doloroso como el sentimiento de culpabilidad que se experimenta a causa de dicha ira. Para averiguar en qué área de la vida se ubica esta ira, deberás ver el lugar donde se encuentra el absceso. Por ejemplo, si está en una pierna, la ira la vives con respecto a la dirección que sigue tu vida o tu porvenir, o bien en relación a un lugar al cual tienes proyectado ir.

Si no haces limpieza de tus pensamientos, la suciedad y la infección se instalan en ellos como en cualquier otro lugar. Es un buen momento para asearlos. Es posible que tengas pensamientos malsanos hacia ti mismo o hacia otra persona.

Cuando te enojas, ¿sientes deseos de perjudicar a alguien? ¿O los has reprimido hasta tal punto que ya no puedes contenerlos? Quizás haya también un sentimiento de vergüenza relacionado con un temor oculto en ti. Un absceso es un tipo de infección caracterizada por la formación y la acumulación de pus a cuesta de tejidos normalmente constituidos. Suele producir un saliente (un bulto) y lo encuentro solamente sobre el tejido corporal o sobre un órgano. El absceso indica que manifiesto una respuesta a la cólera o a una herida emocional, a un sentimiento de irritación, de confrontación, de venganza, de incapacidad o de fracaso (el pus está conectado con los fluidos de mi cuerpo y a mis emociones).

Frecuentemente, es un exceso de irritación o de disgusto que no consigo expresar con relación a mí, a una persona o una situación. Pensamientos malsanos, que pueden ir hasta la venganza y que “fermentan”, producirán infección y pus. Esta frustración contenida puede presentarse para finalizar con una situación, es decir reventar el absceso. Puede producir en mí una revolución mental (igual como un hinchazón) causando el vacío y el agotamiento.

Este tipo de infección (absceso) es únicamente una manifestación (o una creación) de lo mental, de mis pensamientos. Ya es tiempo que pase a otra cosa, que cambie de actitud si quiero mejorar mi suerte… y mi cuerpo, antes de que se manifieste una infección más generalizada. Además, el absceso corresponde a un pesar profundo, incluso a una desesperanza interior que causarán un sentimiento profundo de impotencia o de fracaso. Pueden seguir el vacío y el agotamiento. Se manifiesta en el origen de la pena, es decir que la emoción vivida está asociada a la función y a la parte del cuerpo en donde se manifiesta el absceso.

Por ejemplo, si se sitúa en mi pierna, está conectado con las resistencias y los conflictos, lo cual me indica que debo orientar mi vida en ciertas direcciones. Si se sitúa al nivel de mis ojos, se trata de una dificultad en ver quien soy, lo que soy, a donde voy y lo que adviene para mí. Al nivel de los pies, tengo dificultades, planteamientos o miedos conectados con el porvenir o con su concepción. En mis orejas, es algo que oigo. En mis caderas, tengo dificultad en lanzarme en la vida, etc.

Todo esto está conectado con la destreza en aguantarme de pie, a expresar mi independencia y mi libertad. Acepto al nivel del corazón dejar finalizar mis miedos, mis inseguridades, mis temores y mi absceso finalizará también él. El absceso superficial que está accesible a la vista y al tacto corresponde a una rabia referente a situaciones de mi vida que pueden estar “fácilmente identificables”.

Posee también una correspondencia con la parte del cuerpo afectada tal como el cuello, la espalda, los dedos, etc. El absceso profundo puede encontrarse en el interior de mi cuerpo y corresponde a una decepción con relación a sentimientos más profundos de mí ser. Según su posición, un absceso puede tener consecuencias graves. Por ejemplo, si se sitúa en el nivel del cerebro, está conectado con mi individualidad y la idea que me hago de mí – mismo; en el nivel de los pulmones, está conectado a la vida; en el nivel de los riñones, con los miedos; en el nivel del hígado, con la crítica. Puedo encontrar por qué esta cólera puntual llega en mi vida yendo a ver el significado correspondiente a la parte relacionada. Así puedo poner más amor y comprensión con relación a la situación que me llevó a vivir este enfado.

El absceso como un botón de camisa designa uno o varios abscesos superficiales que están conectados con otro absceso profundo o a tejidos más profundos. Es pues invisible a ojo desnudo. Así, mi cuerpo me dice que mi cólera ahora está afectando mi vida exterior e interior. Es como si “dicha irritación me perforase el cuerpo” y me expresara la necesidad apremiante de curar estas heridas mediante el amor.

El absceso caliente suele conllevar una reacción inflamatoria y puede formarse rápidamente. El hecho que frecuentemente el absceso esté rodeado de una membrana indica perfectamente que esto procede de un pensamiento no benéfico que provoca ira.

El absceso frío no presenta reacción inflamatoria y su progresión más bien es lenta. Puede deberse a hongos o al bacilo de Koch. Este tipo de absceso indica que mi cólera se manifiesta bajo forma de decepción o de resignación frente a una situación. Acepto los nuevos pensamientos de amor y me mantengo abierto, a nivel corazón, a mi entorno, en vez de fijar mi atención sobre mis antiguas heridas, en mi pasado o en ciertas formas de venganza. Tomando consciencia de este proceso de aceptación, el absceso entonces está listo para desaparecer para siempre.