Estos jóvenes prefieren que la formación sea experimental, práctica, que use innovaciones y trabajos en grupo, interactividad presencial y digital con los dispositivos e internet.

La Generación Z, formada por personas nacidas entre 1995 y 2010, sorprende en las aulas. Y más en aquellos centros educativos donde se trabaja con herramientas digitales, ya que forman parte de su idiosincrasia, son terminales de sus sentidos, no se entiende su vida sin la tecnología: han nacido rodeados de artefactos, los cuales simbolizan y aglutinan muchos impactos en el campo de la Educación.

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Apariencias

Externamente a menudo van de uniforme, es su identificación ante el grupo: sudaderas parecidas con la marca bien visible e inscripciones en inglés (¿traducimos su significado y sabemos por qué las escogen?), zapatillas deportivas de marca que son tendencia, mochilas similares, teléfonos móviles  en las manos (a menudo grandes y caros), auriculares de diversos tamaños en sus oídosleggings o pantalones de diversas modas, cortes de pelo variopintos y, a veces, piercings y/o tatuajes  que transmiten más mensajes. Suelen desplazarse a pie, en monopatines, skates o bicicletas.

Además, internet les es imprescindible, con la tecnología ya presente cuando nacieron; son multipantallas, muy visuales, intentan hacer varias actividades a la vez, son impacientes, con atención dispersa, muy activos. Dominan algunas funciones de las redes sociales de moda (en especial Instagram y TikTok), buscan y comparten información con facilidad. Aprenden idiomas más con las series, videojuegos e Internet que en clase o academias.

Abundan las personas tolerantes e integradoras, atentas a la igualdad de género, la inclusión y los derechos de las minorías y colectivos LGTBI, concienciadas con la ecología y seguidoras de Greta Thunberg, aunque también existen comportamientos difíciles y problemáticos, con bandas o grupos radicales, o consumidores y fumadores  de algunas sustancias. Influencersyoutubers, la imagen de quienes siguen y la propia que proyectan forman parte de sus intereses. También hay adolescentes más tradicionales, quienes imitan otras tendencias o ninguna.

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Las clases

No les gustan las clases magistrales, que el profesorado muestre prepotencia en conocimientos, inflexibilidad y falta de empatía. Prefieren que la formación sea experimental, práctica, que use innovaciones y trabajos en grupo, interactividad presencial y digital con los dispositivos e internet.

Ante esta realidad, cada docente tiene sus criterios pedagógicos, seguridades e inseguridades. La metodología tradicional abunda, con libros en papel, apuntes y  procedimientos reproducidos desde hace muchos años. No obstante, cada vez más el cambio se introduce en las aulas, fruto de otras prospectivas educativas y adaptación a las nuevas realidades: aprendizaje significativo, Educación personalizada, trabajo cooperativo, aprender haciendo, enseñanza competencial, métodos más activos con el alumnado como centro de atención.

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Propuestas

Compartir propuestas y reflexiones ha de servir para ayudar más que para protagonizar, para debatir y cuestionar más que para reafirmar, para mejorar más que para reproducir. Sirvan  estas premisas para los consejos que vienen a continuación, fruto de muchos años de trabajo en activo con la Generación Z:

  1. El sentido común, la escucha activa, la empatía y la participación mutua en el aprendizaje, con estructuras horizontales, genera un clima cercano y estimulante para aprender, con el fortalecimiento de su autoestima y de las habilidades interpersonales.
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  2. Las metodologías activas con formatos digitales e internet les ayudan a formarse y a desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico, siempre que se acompañen de programas educativos y actividades que les ayuden a pensar y discriminar.
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  3. La disciplina se consigue, no se impone. Desmontar la clase tradicional para trabajar de otra forma no debe implicar desorden ni miedos. Aprender de una situación nueva o difícil compensa el gasto de energía.
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  4. El uso de los dispositivos en clase no ha de ser una fuente de problemas sino su aprovechamiento para formarse, con la introducción del mundo en las aulas. Pero todo exige un proceso, pactos, sistemas activos de aprendizaje, normas y mucha paciencia.
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  5. El interés se consigue con propuestas que conecten las enseñanzas curriculares con sus intereses y con las demandas de la sociedadEscuchar e interpretar sirve para entenderles y generar compromisos.
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  6. El aprendizaje formal, no formal y el informal son un todo. Lo mismo que su personalidad presencial y digital, que es solo una. Fijémonos en el conjunto final, en formatos de aprendizaje ubicuos y autodidactas, sin sobreprotecciones. El por qué y el para qué son aliados del cómo en la enseñanza y en la vida.

Entender a la Generación Z es el mejor punto de partida para educarla. Su enorme potencial  exige comprensión, flexibilidad,  innovación y participación, dentro de una sociedad del conocimiento que ha de orientarse también hacia un humanismo tecnológico.

Evaristo González Prieto. Profesor y director del INS “Torre del Palau” de Terrassa (Barcelona)