Mis propios procesos de cambio (enfermedad, accidentes, apatía, depresión o ansiedad, conflictos o pérdidas), independientemente de la magnitud que supongan, son procesos de duelo, muerte y renacimiento.

Cuando reviso las fases del duelo (por muerte o fallecimiento de una persona), podemos percibir que los procesos de cambio siguen la misma dirección que el modelo que estudiamos en la fundación, declara el Dr Fabián Sorrentino.

La doctora Elisabeth Kübler Ross, una de las personas más influyentes del siglo XX, sea posiblemente la mayor experta mundial en la muerte, personas moribundas y cuidados paliativos.

Con su trabajo ayudó a millones de personas, enfermos y  familiares. Sus libros son aprendidos por estudiantes de medicina y enfermería.

Su libro más difundido: La rueda de la vida, es clave para comenzar a desandar el camino frente a la partida de un ser querido, a la vez, preparándote para confrontar tu propia muerte.

En dicho libro se establece el proceso que ilustramos y detallamos a continuación, que algunos conocen como el proceso de duelo.

 

SHOCK Y PARÁLISIS:
“Rúptura del equilibrio. Sucede algo que rompe mis planes”

Algo sucede que sacude lo que yo denominaba equilibrio y se me rompen los esquemas. Un suceso que impacta la idea de lo que yo tenía, de lo que yo planeaba, de lo que yo suponía, de lo que yo deseaba. Una pérdida de empleo, un conflicto o ruptura en una relación, un diagnóstico médico inesperado, una desilusión personal,…

NEGACIÓN Y RECHAZO:
“Me niego a asumir que esto este pasando. No, no y no.”

Ya me doy cuenta que se está cayendo el castillo y se que hay una parte de mi que sabe que era mi castillo de arena, pero hay otra parte de mí que no quiere creerlo. Que busca justificaciones y explicaciones mentales a lo que sucede. Que sigue intentando colocar la arena y no permitir que el castillo se caiga.

ENOJO Y REBELIÓN:
“La culpa de todo lo que sucede está fuera de mí y tengo motivos para cargarla con todo y con todxs”

Me enfada lo que está pasando por que no entraba dentro de mis planes, por que se caen mis “supuestos” pilares de seguridad y estabilidad, por que no entiendo nada, por que tengo miedo y me tengo de defender de lo que está sucediendo. Siento una gran tensión interior, tanto física como emocional.

MIEDO O DEPRESIÓN:
“Siento vértigo de no controlar lo que sucede”

Estoy atemorizada por que lo que yo pensaba y creía tener y me aportaba una sensación de seguridad, ya no está y me siento pequeñ@ y vulnerable. El miedo me paraliza y me impide la capacidad de acción.

TRISTEZA:
“Siento la pena de lo que ha supuesto la pérdida de lo que conocía o creía conocer

Empiezo a darme cuenta de que ya no está aquello que yo creía que era o estaba, y que no va a volver. Siento el vacío que me genera esa pérdida. Es un momento árido e incomodo. No quiero estar con nadie. Parece como si nada pudiera consolarme. Me aterra que la vida no pueda volver a ser como antes.

ACEPTACIÓN:
“Suelto la idea de que las cosas sean como antes, o como me gustaría que fueran y entiendo que ya estoy en otra situación nueva con nuevos desafios”

Me doy cuenta que estaba intentando luchar en una batalla en la que hiciera lo que hiciera no estaba en mis manos remediar. Me doy cuenta de lo absurdo que es intentar hacer que las cosas se adapten a lo que yo quiero que sea. Me doy cuenta del sufrimiento absurdo que esto me genera(ba). Empiezo a abrirme a mirar la nueva situación y a ver qué puedo hacer con ella.

PERDÓN:
“Dejo de culparme y culpar. Acepto las cosas tal y como han sido y como son.

Me doy cuenta de que lo que ha sucedido era inevitable y que no es culpa de nada ni de nadie. Acepto que en el juego de la vida, ocurren situaciones y sucesos que no son para fastidiarme, ni para condenarme, sencillamente son experiencias de la vida.

BÚSQUEDA DE SENTIDO Y RENACIMIENTO:
“Tomo el aprendizaje que me ha puesto esta experiencia. Vuelvo a comenzar de nuevo con ilusión

Reflexiono sobre lo que ha sucedido y lo pongo en perspectiva. Me doy cuenta de que esta dificultad me ha puesto de frente un nuevo aprendizaje o crecimiento y me doy cuenta del efecto que ha tenido en mí. He desarrollado quizás alguna nueva manera de ser, he potenciado alguna cualidad mia que requería potenciar, o he despertado algún potencial que no pensaba que tuviera. Estoy frente a un nuevo comienzo y me siento renovad@.

SERENIDAD Y PAZ REENCONTRADA:
“Me siento de nuevo en equilibrio y conectad@ con lo que sucede de real en mi vida

Siento de nuevo que estoy en paz, y a salvo y que las cosas están en su sitio.

Por supuesto que cada cambio es una experiencia, y cada persona lo vive de forma particular y a su manera. Sin embargo, me ha parecido interesante escribir sobre cómo se parecen el proceso del cambio al proceso de duelo para entender que los procesos de cambio que experimentamos tienen su propio ritmo y movimiento, y darnos cuenta de esto, nos puede apoyar en el momento en los que nos veamos inmersos en ellos.

Medicina para los procesos de cambio

Paciencia y Templanza…para aguantar el tirón!

Permitirme sentirme lo que siento. Vivirlo como una respuesta natural a lo que sucede, en vez de juzgarlo y etiquetarlo.

Confiar en que tenemos los recursos suficientes para afrontar lo que se presente. Recordar que ya estamos completos y sentir que somos lo suficientemente “grandes” para sostener lo que la vida nos ponga de frente.

…tener presente que la vida aprieta pero no ahoga…que somos nosotros los que nos ahogamos…

Ser conscientes de que nada de lo que sucede es un castigo ni nada por lo que tengamos que pagar. Recordar que seguro, encontraremos el sentido de lo que sucede más adelante…

Confianza, en uno mismo, en la vida, en esa fuerza superior que nos guía y nos lleva a buen puerto.

Fuente: Procesos de Cambio.