La audición constituye los procesos psicofisiológicos que proporcionan al ser humano la capacidad de oír.

El sonido es la característica del medio molecular en que se encuentra el individuo. Una de las principales características que tiene el sonido, para ser audible por el ser humano, es que su frecuencia se mantenga entre los 20 y 20 000 Hz.​ Otra de las características que posee diferentes que puede oír el ser humano es muy grande, se utiliza una escala logarítmica de presiones llamada de decibelios que abrevia la inmensidad de valores posibles.

Percepción

La audición es la percepción de las ondas sonoras que se propagan por el espacio, en primer lugar, por nuestras orejas, que las transmiten por los conductos auditivos externos hasta que chocan con el tímpano, haciéndolo vibrar. Estas vibraciones generan movimientos oscilantes en la cadena de huesecillos del oído medio (martillo, yunque y estribo), los que son conducidos hasta el perilinfa del caracol. Aquí las ondas mueven los cilios de las células nerviosas del órgano de Corti que, a su vez, estimulan las terminaciones nerviosas del nervio auditivo. O sea, en el órgano de Corti las vibraciones se transforman en impulsos nerviosos, los que son conducidos, finalmente, a la corteza cerebral, en donde se interpretan como sensaciones auditivas.

Proceso de la audición humana

Más allá de las ondas sonoras (física del sonido), el proceso de la audición humana implica procesos fisiológicos, derivados de la estimulación de los órganos de la audición, y procesos psicológicos, derivados del acto consciente de escuchar un sonido.

El oído capta los sonidos de la siguiente forma:

La oreja capta las ondas sonoras que se transmiten a través del conducto auditivo hasta el tímpano. El tímpano es una membrana flexible que vibra cuando le llegan las ondas sonoras. Esta vibración llega a la cadena de huesecillos que amplifican el sonido y lo transmite al oído interno a través de la ventana oval. Finalmente las vibraciones «mueven» los dos líquidos que existen en la cóclea (perilinfa y endolinfa), deformando las células ciliadas existentes en el interior. Estas células transforman las ondas sonoras en impulsos eléctricos que llegan al nervio auditivo y de este nervio a la corteza auditiva que es el órgano encargado de interpretar los sonidos.

El lóbulo temporal se ocupa de varias funciones, incluido el lenguaje. Cuando se escucha música, o hablar a alguien, esta región está tratando de descifrar la información. El procesamiento de información de audio y memoria auditiva se gestionan aquí.

Divisiones del sistema auditivo

Podemos dividir el sistema auditivo en dos partes:

Sistema auditivo periférico (el oído), responsable de los procesos fisiológicos que captan el sonido y lo envía al cerebelo.
Sistema auditivo central (nervios auditivos y cerebro), responsable de los movimientos psicológicos que conforman lo que se conoce como percepción sonora.

La Pérdida de Audición

Es uno de los problemas de salud más comunes. Afecta a personas de todas las edades, sin embargo, la edad es el factor más determinante en lo que a pérdida auditiva se refiere. Hay varios tipos de pérdida auditiva:

  •     Pérdida auditiva conductiva: Cuando una parte del oído externo o medio impiden que las ondas sonoras se transmitan al interior. Se puede corregir con el uso de un audífono.
  •      Pérdida auditiva neurosensorial: Se produce cuando hay ausencia o deterioro de las células ciliadas. Suele ser permanente y su intensidad puede ser leve, moderada, severa o profunda. Dependiendo de su gravedad puede corregirse con el uso de audífono, con un implante coclear o con cirugía.
  •     Pérdida auditiva mixta: Es la combinación de las dos anteriores, y se produce por un fallo en el oído medio o interno.
  •     Pérdida auditiva retrococlear: Se produce cuando hay un deterioro o ausencia del nervio auditivo. En este caso la sordera es permanente y bastante profunda.

Fuente: Wikipedia