Son tan antiguos como las primeras civilizaciones: se cree que los egipcios ya usaban aceites esenciales con fines cosméticos, medicinales y religiosos. También se sabe que el médico más conocido de todos los tiempos, Hipócrates, trataba a sus pacientes con aceites esenciales. Así que ya hace miles de años que son de uso extendido.

A diferencia de los aceites vegetales, como es el de oliva, los aceites esenciales son sustancias muy concentradas y con una textura para nada aceitosa que se usan en cantidades pequeñas y que, por lo general, no pueden utilizarse en la alimentación, ya que en altas cantidades y sin diluirse pueden resultar tóxicos.

Caracterizados por su potente fragancia, se extraen de flores, hojas, resinas, frutas o raíces y, al ser muy volátiles, para conservarlas bien hay que guardarlas en un frasco opaco y un lugar fresco. Sin diluir, tampoco pueden aplicarse directamente en la piel, ya que podrían quemarla, y hay que mezclarlos con agua o los denominados aceites base, como el de almendra o el de oliva.

En general, te recomendamos que te apliques una pequeña cantidad en la piel antes de usarlos, para detectar una posible alergia. Se desaconseja uso para mujeres embarazadas y madres en época de lactancia.

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1. Aceite esencial de arbol té

Antiacné y desodorante naturalpero con precaución–: aunque te servirá para neutralizar ese incómodo visitante que es el mal olor en las axilas, tienes que aplicar el aceite de árbol de té en la zona con cautela. Bastará que diluyas dos o tres gotas en agua, sumerjas un algodón en la mezcla y luego la apliques sobre la piel. Debes seguir los mismos pasos para reducir la apariencia de los granos inoportunos. No osbtante, ten en cuenta siempre las instrucciones del fabricante y consulta en tu farmacia o herbolario si tienes dudas sobre los pasos a seguir en la aplicación.

Te ayudará a matar piojos: deshacerse de estos insectos que suelen asaltar las cabezas de los pequeños se puede convertir en una auténtica cruzada del desierto para los padres. Añadir una o dos gotas de aceite de árbol de té al champú o al suavizante y dejar actuar durante unos minutos puede prevenir la infestación por piojos y funcionar como coadyuvante en el tratamiento habitual.

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2. Aceite esencial de lavanda

Para quedarte frita: a tu lista de trucos para dormir bien y evitar el insomnio, puedes sumar este paso. El aceite esencial de lavanda se ha usado tradicionalmente como un sedante y calmante natural para aliviar los problemas de sueño y estrés. Puedes inhalarlo y realizar respiraciones como si se tratara de una breve meditación o bien incorporar unas gotas en tu almohada.

Contra la jaqueca: las cefaleas tensionales en forma de migraña pueden ser incapacitantes y las terapias naturales son un recurso para mitigarlas. Una solución de aceite de oliva mezclado con aceite esencial de lavanda, aplicado con un suave masaje en la cabeza, puede contribuir a suavizar el dolor.

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3. Aceite esencial de limón

Para heridas, verrugas y como antifúngico: se le atribuye un efecto reparador y cicatrizante, por este motivo está indicado en el tratamiento de diversos problemas de la piel. También se asocian propiedades antifúngicas a los aceites esenciales de cítricos.

Como limpiador y ambientador en casa: su fragancia fresca y efecto desinfectante lo convierte en una alternativa natural para usar en las tareas domésticas. Solo necesitarás diluir unas gotas de aceite esencial en agua, en una mezcla de limpiador hecho en casa o en aceite base, por ejemplo de almendras. También puedes preparar un spray con el que quitar el polvo a los objetos de tu casa.

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4. Aceite esencial de romero

Para un masaje calmante: si sufres de dolor de espalda, el aceite esencial de romero –uno de los más usados y económicos en aromaterapia– te resultará de ayuda. Combinado con aceite de oliva, te servirá para aliviar las molestias en la zona de la espalda. También puedes usarlo para los problemas de circulación, aplicándolo con masajes en dirección ascendente en las piernas.

Rebaja la fatiga mental: históricamente, se ha relacionado su uso con una acción energizante y como potenciador de la concentración. Puedes probar si estos beneficios son reales realizando inhalaciones a primera hora de la mañana.

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5. Aceite esencial de sándalo

Fortalece el cabello y suaviza la piel: procura un aroma potente y es uno de los preferidos por los yoguis. Además, se utiliza como remedio natural para fortalecer el cabello muy fino y quebradizo. Con fines cosméticos, también puede añadirse –recuerda, siempre en pequeñas cantidades– a fórmulas para hidratar las pieles secas.

El baño más relajante: tener tiempo para una misma es tan necesario como provechoso. Y darse un baño, uno de los mejores caprichos para deleitarse. Si añades unas gotas de aceite esencial de sándalo a tu bañera, te envolverá una fragancia tan reconfortante como vigorosa.

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6. Aceite esencial de manzanilla

Un aliado para las deportistas: Si bien los antiguos egipcios lo usaban como remedio para curar fiebres, en la actualidad se suele emplear para masajes tras una actividad deportiva exigente, dado que tiene propiedades antiinflamatorias. Por lo tanto, también acertaremos si lo usamos para calmar irritaciones en la piel. E incluso si sufrimos dolor de estómago, unas friegas en el abdomen nos ayudarán. Aunque no suele comportar efectos secundarios, es recomendable diluirlo antes en un aceite “portador”, como el de almendra dulce.

Calmante: Aparte de su uso tópico, el aceite de manzanilla también se puede introducir en difusores específicos para aceites (no en quemadores, porque desperdiciaríamos sus propiedades), porque su aroma dulce y herbáceo ayuda a conciliar el sueño. Nos relajará además tras un día estresante, si nos sentimos irritadas. Por este motivo, este aceite también se recomienda para personas con Trastorno de Ansiedad Generalizada.

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7. Aceite esencial de caléndula

Clave para tu piel: Cabe decir que los griegos y los egipcios consideraban a la caléndula una planta “milagrosa”. Tal vez no podamos decir tanto hoy en día, pero lo que sí es cierto es que, gracias a sus propiedades antibacterianas, el aceite esencial de caléndula nos puede ayudar a tener una piel más sana y a combatir el acné, por ejemplo. También lo puedes usar cada noche como limpiador facial y para quitarte el maquillaje. Además, es un potente fungicida natural, que se emplea para tratar los casos de micosis.

Piel suave: El aceite esencial de caléndula también ayuda a generar colágeno y su efecto calmante es muy destacable, especialmente para las quemaduras provocadas por la luz solar. Si se te agrieta la piel de las manos por culpa del frío, prueba a aplicarte este aceite esencial.

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8. Aceite esencial de eucalipto

Para combatir los ácaros: Los ácaros son una fuente indeseable de alergias, y para esquivarlos es muy recomendable emplear este tipo de aceite en un difusor específico.

Luce un cabello más sano: El aceite esencial de eucalipto también nos ayuda a tener un cabello mejor, más brillante y fuerte, ya que estimula los folículos del cabello y del cuero cabelludo, es decir, ayuda a que crezca de una forma saludable. Aplícalo con masajes suaves una o dos veces a la semana, pero dilúyelo previamente en un aceite “portador”, como de almendra dulce.

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9. Aceite esencial de geranio

Repelente: Los viajeros suelen llevar este aceite esencial en su botiquín porque ayuda a calmar las picaduras de los insectos, ya que, entre otras cosas, contribuye a un mejor flujo sanguíneo.

Alternativa económica: Este tipo de aceite esencial suele parecerse al de rosa pero resulta más asequible. Como curiosidad, por lo tanto, lo podemos emplear también como desodorante natural. Pero atención: no lo apliques directamente sobre la piel. Dilúyelo antes en un aceite “portador”, como el de oliva o el de almendra dulce.

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10. Aceite esencial de tomillo

Producto local: Es un emblema natural de los países mediterráneos, y España, como Francia y Marruecos, son destacados productores. Se usa desde hace siglos para aliviar problemas dérmicos, como las cicatrices. De todos modos, lo más recomendable es que lo diluyas antes en un aceite “portador”, como el aceite de oliva o el de almendra dulce, dado que puede causar reacciones alérgicas.

Respira mejor: Asegúrate de que empleas un difusor específico para aceites para poder inhalarlo bien sin que sus propiedades queden adulteradas por un quemador. Si tienes un catarro, este es un remedio natural eficaz para combatirlo.