Para comenzar este artículo vamos a referir a un tipo especial de intolerancia que es la Intolerancia conversacional.

Esta integración de términos refiera a la práctica de rechazar la idea socialmente aceptada de la tolerancia religiosa. El término fue acuñado por el escritor estadounidense Sam Harris.

Harris señala que en otras esferas de la vida las creencias no se aceptan simplemente porque se cree. «Nosotros no respetamos las creencias de la gente», dice Harris. «Nosotros evaluamos sus razones.» Sin embargo, afirma que existe un tabú en contra de cuestionar las creencias religiosas.

Harris cree que los dogmas de todo tipo deben ser impugnados, pero ve un problema específico con aquellos de la religión. Esto se debe a que muchas de las creencias rigen la forma en que la gente debe vivir, y la naturaleza de los «tiempos finales«.

En su libro de 2004, El Fin de la Fe, Harris escribe:

Espero mostrar que el ideal de la tolerancia religiosa, nacida de la idea de que todo ser humano debe tener la libertad de creer lo que quiera acerca de Dios es una de las principales fuerzas que nos impulsan hacia el abismo.

Sam Harris

Para la sociología la intolerancia se define como la falta de habilidad y voluntad de tolerar algo.

En la intolerancia cultural no se aceptan costumbres y tradiciones de otras personas, de raza, de otra comunidad, municipio, región o país.

En este último sentido, la intolerancia resulta ser cualquier actitud plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la perseverancia en la propia opinión, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. Supone, por tanto, cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias ideas o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables.

Tiene por consecuencia la discriminación dirigida hacia grupos o personas (que puede llegar a la segregación o a la agresión) por el hecho de que éstos piensen, actúen o simplemente sean de manera diferente. Las múltiples manifestaciones de este fenómeno poseen en común la elevación como valor supremo de la propia identidad, ya sea étnica, sexual, ideológica o religiosa, desde la cual se justifica el ejercicio de la marginación hacia el otro diferente. El intolerante considera que ser diferentes equivale a no ser iguales en cuanto a derechos.

Podríamos distinguir también una doble vertiente en la intolerancia. Por un lado estarían los grandes casos de persecución a lo largo de la historia. Pero también es un fenómeno sutil que puede identificarse continuamente en cualquier entorno. La intolerancia, pues, tendría una segunda vertiente más cercana, la cual se halla presente en la vida cotidiana.

La intransigencia para con los demás, para con los diferentes escoge distintos objetos. En cualquier caso, siempre supone una diferencia respecto a lo considerado normal o correcto por quienes juzgan. Acá esperan ser resueltos y desarrollados muchos conceptos, empezando por aproximarnos a un metalenguaje en el que cualquier cultura quiera definir los términos o conceptos.

La intransigencia es la diferencia en el prójimo, ya se base ésta en características de género, culturales, ideológicas o religiosas, contra lo que arremete el intolerante. Formas comunes de intolerancia son el racismo, el sexismo, la homofobia, la intolerancia religiosa y la intolerancia política.

En el ámbito de la política

La represión política o persecución política es la acción de contener, detener, castigar y perseguir actuaciones políticas o sociales desde el poder político hacia un individuo o grupo.

La represión política niega e impide el ejercicio de los derechos civiles y de libertad políticaexpresiónreuniónmanifestaciónasociaciónsindicación que suelen considerarse propias de los sistemas democráticos.

La represión política suele ir acompañada por violencia, que puede ser considerada legal internamente, a la vista del ordenamiento jurídico existente, como ilegal e informal. El ejercicio de la violencia sobre los disidentes políticos pretende ejemplificar el castigo para conseguir el temor en el resto de la sociedad, con el objeto de que se reprima a sí misma en el ejercicio de la libertad, que queda así anulada para todos, excepto para el quienes ejercen el poder y para aquellos en cuyo beneficio se realiza la represión.

La represión política es en ocasiones sinónimo de discriminación e intolerancia política, ideológica, religiosa y social. Esta intolerancia se manifiesta mediante políticas discriminatorias, violación de los derechos humanosbrutalidad policialprisiónexterminioexilioextorsióndepuraciónterrorismoasesinato extrajudicialejecución sumariatorturadesaparición forzada y otros castigos contra activistas políticos, disidentes y población en general.

Cuando la represión política es sancionada y organizada por el estado, se puede llegar a situaciones de terrorismo de Estadogenocidio y crimen contra la humanidad. La represión política sistemática y violenta es una característica típica de las dictadurastotalitarismos y regímenes similares. En estos regímenes, los actos de represión política pueden ser llevada a cabo por la policía y la policía secreta, el ejército, los grupos paramilitares y los escuadrones de la muerte. En ocasiones regímenes considerados democráticos ejercen represión política y terrorismo de Estado hacia otros estados como parte de su política de seguridad.

Intolerancia Étnica

El término intolerancia étnica puede referirse a:

Intolerancia religiosa

Es una forma de intolerancia contra las creencias o prácticas religiosas (o la falta de las mismas) de una persona o grupo. Puede estar motivada tanto por creencias religiosas diferentes, como por otra clase de ideologías, así como por un sentimiento antirreligioso.

La persecución religiosa constituye un caso extremo de intolerancia que implica el maltrato, la violencia, la agresión persistente, y provocar la muerte de un individuo o un grupo religioso. Usualmente, la persecución de esta naturaleza florece por la ausencia de tolerancia religiosalibertad de religión y pluralismo religioso.

La persecución, en este contexto, puede suponer agresiones, apedreamientos, torturaspena de prisiónejecuciones injustificadas, negación de beneficios y de derechos y libertades civiles. Puede también implicar confiscación de bienes, destrucción de propiedades o incitamiento al odio, entre otras cosas.

El monopolio religioso es un atractivo a la intolerancia religiosa fácil de entender. Desde niños, los seres humanos son conscientes de su impotencia respecto a cosas fundamentales como la comida, el amor y la propia vida. La religión les ayuda a afrontar la pérdida y el miedo a la muerte; enseña principios morales y hace que la gente los siga. Pero, precisamente porque las religiones son fuentes tan poderosas de moralidad y sentido comunitario, se convierten con demasiada facilidad en vehículos para huir de la impotencia, que tantas veces se manifiesta en opresión e imposición de jerarquías. En el mundo de hoy, las personas abordan las diferencias étnicas y religiosas de maneras nuevas y temibles. Al aferrarse a una religión que consideran verdadera, al rodearse de correligionarios y colocar por debajo a los que no abracen esa religión, pueden olvidar durante un tiempo su debilidad y su mortalidad.

Dos ideas suelen alimentar la intolerancia y la falta de respeto en materia de religión. La primera, que cierta religión es la única verdadera y las demás son falsas o tienen fallos morales. La gente que opina así, no es monolítica, también puede creer que los demás merecen respeto por sus creencias, siempre que no hagan daño. Mucho más peligrosa es la segunda: que el Estado y los ciudadanos particulares deberían obligar a la gente a abrazar la forma correcta de abordar la religión. Es una idea que está extendiéndose, incluso en democracias modernas. Ejemplos recientes y preocupantes son la aplicación de la ley de la sharia por jueces islámicos en África y Asia, la destrucción de las estatuas de Buda por los talibanes en Afganistán, las décadas de guerra religiosa en Irlanda, la reciente partición y limpieza étnica -sobre la base de la religión de cada cual- de Yugoslavia, la resistencia de Francia a tolerar símbolos religiosos en las escuelas y las afirmaciones de la extrema derecha india de que las minorías en India deben integrarse en la cultura de los hindúes. La reaparición de este pensamiento supone una amenaza para las sociedades liberales, construidas sobre la libertad e igualdad.

Las transgresiones a la sharia incluyen relaciones sexuales fuera del matrimonio (adulterio), acusaciones falsas, beber alcohol, robo y asalto en rutas. Las ofensas sexuales conllevan una pena de lapidación o azotes, mientras que el robo está penado con la amputación de una mano. Algunos países, como por ejemplo Arabia Saudí, afirman vivir bajo el imperio de la sharía en toda su pureza, y aplican las penas mencionadas ante las ofensas hadd. En otros, como por ejemplo Pakistán, no ocurre lo mismo. La mayoría de los países del Oriente Próximo, incluyendo a JordaniaEgiptoLíbano y Siria, no han adoptado las ofensas Hadd como parte de sus legislaciones estatales, pero la sharia se está adoptando en varios países del África negra, causando conflictos con las costumbres de los turistas en varias partes del mundo.

Para ver más sobre este tema dirigirse a Wikipedia.

En el campo de la Medicina Biológica

Hay otros tipos de intolerancia de los que pasamos a detallar: Intolerancia a los alimentos (enfermedad); | Sensibilidad al gluten no celíaca. | Intolerancia a la trehalosa. | Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca. | Intolerancia a la lactosa. | Intolerancia a la fructosa. | Intolerancia a la sacarosa. | Intolerancia a la proteína lisinúrica. | Sensibilidad química múltiple. | Intolerancia ortostática. | Intolerancia al ejercicio.