Todas las enfermedades del colon que aparecen en el colon son conflictos relacionados con la supervivencia: la persona vive situaciones donde se siente acorralada, en un callejón sin salida. Para poder mantenernos en un perfecto fluir con la vida nuestro organismo ha de mantener el equilibrio entre lo que comemos, lo que asimilamos y lo que eliminamos. El colon es el encargado de soltar y liberar todo lo que ya no nos es de utilidad.

Básicamente, los conflictos emocionales que dan lugar a las patologías en el colon se relacionan con:

  • Situaciones vividas como guarradas que, después de “tragadas” y “digeridas”, no conseguimos soltarlas: “no puedo más con esta contrariedad”, “menuda faena me han hecho”, “la mierda me llega hasta el cuello”, “no puedo creer que me hayan traicionado”, “han caído muy bajo, nunca hubiera imaginado que me hicieran esta jugarreta”.
  • Situaciones que vivimos como injustas porque se nos acusa de algo que no hicimos: “estoy harto de que me eches la culpa”, “yo no hice nada”.
  • En el colon se produce una re-absorción del agua contenida en las materias, así como su eliminación y acumulación. El agua tiene que ver con mamá (real o simbólica). Si la patología tiene relación con el proceso de re-absorción buscaremos un resentir de: “quiero recuperar el amor de mi madre”, si es con el de eliminación: “quiero quitarme a mamá de encima”, y si está relacionada con el de acumulación: “necesito más amor de mi madre”.
  • Situación vivida como “esto es un golpe bajo, no me lo esperaba de ti”, que me lleva inevitablemente a romper una relación con un ser querido, a separarme de alguien que es importante para mí.

Ahora veremos algunas de las enfermedades del colon más comunes en base a los conflictos expuestos:

Colon irritable

Se trata de “porquerías regulares”, es decir, detrás de una situación viene otra y otra. Suelen ser personas inseguras que viven en un continuo estrés. La sensación que experimentan es de sentirse “manejadas”, de “estar a disposición del otro”.

Divertículos

Pueden darse en una situación en la me siento presionado y de la que deseo escapar, o también algo que vivo como una traición “muy sucia” que es mejor “guardar en casa”.

Megacolon

Aparece cuando “tengo que asimilar lo máximo posible”. En este caso buscamos en el árbol genealógico situaciones de carencia como por ejemplo falta de alimento durante la guerra.

Colitis

Cada vez que sentimos dolor es producto de una alteración en el intestino grueso, ya que el delgado no tiene terminaciones nerviosas. En esta enfermedad hay una inflamación aguda o crónica del colon, lo que nos indica (y esto es importante tenerlo en cuenta) que a nivel psico-emocional la persona ha resuelto su conflicto.

Entre los conflictos que dieron lugar a que nuestra biología responda con una colitis encontramos el de “no poder digerir”, el de mantener una lucha interna entre lo que considero “bueno o malo” para mí, y por último el conflicto de “quiero quitarme a mi madre de encima”.

Hay varios tipos de colitis:

  • Colitis crónica. Aparece cuando la persona vive situaciones “indigestas” que resuelve pero que repiten una y otra vez, y también en aquellos casos donde siento que “no quiero ser esto que soy pero no sé como mostrarme de otra manera”.
  • Colitis espasmódica. Conflicto de no querer digerir esta “guarrada”, pero “no me queda más remedio… es el jefe”, “como voy a oponerme, le debo obediencia”, “se aprovecha porque es el jefe”.
  • Colitis ulcerosa. Tras esta enfermedad está el temor a “que esto sea el fin”, “esto se acaba”, vivido con impotencia y resignación. Puede ir acompañado de síntomas depresivos.
  • Colitis hemorrágica. La situación, que se vive con un gran miedo visceral, tiene connotaciones “de traición y de no podérmelo quitar de encima”, “vaya jugarreta que me han hecho”. Como hay sangre hemos de buscar en relación a la familia, siempre real o simbólica, pues sabemos que el inconsciente no distingue entre ambas.

Cáncer de colon

Aquí se encuentran las “grandes guarradas” que son vividas con miedo y cólera. Vamos a hacer una diferenciación de acuerdo al lugar dónde se localice el tumor:

  • Colon ascendente. La guarrada me la hace alguno de mis ascendentes: padre/madre, abuelo/a, jefe, patrón…
  • Colon transverso. La guarrada me la hace alguien que está en mi mismo rango: hermano, primo, marido/,mujer, compañeros de trabajo, amigo…
  • Colon descendente. La guarrada me la hace alguno de mis descendientes: hijos, sobrinos, empleados…
  • Colon sigmoideo. Nos habla de “viejas guarradas”, situaciones acaecidas mucho tiempo atrás, retenidas a causa del miedo que nos da liberarnos de ellas.
  • Colon inferior. Este tramo del colon es el único cuyos conflictos son de temática diferente a la de supervivencia: están ligados al territorio. Cuando se vive en femenino se relaciona con un conflicto de identidad: “no sé dónde está mi sitio”, “¿qué estoy haciendo aquí, si realmente no quiero estar?”, “no sé quién soy para mi familia”, “no tengo mi sitio en mi territorio”; en masculino con un conflicto de rencor e injusticia en el territorio, situaciones en las que tengo que “someterme” (ante el jefe, padre, pareja…) a pesar de que siento que me tratan como a una “mierda”.
Estreñimiento

El estreñimiento puede derivarse de dos conflictos:

  • El primero de ellos es el que tiene que ver con la re-absorción del agua, que ya hemos visto es “querer recuperar el amor de mi madre”.
  • El segundo se relaciona con el sentimiento de carencia. La persona vive con una gran desconfianza en la vida que hace que día tras día tenga miedo a que le falte o a no tener suficiente (=dinero, amor, estatus, trabajo…). Esto la lleva a “guardar y no soltar” por miedo a perderlo.
Enfermedad de Crohn

Esta enfermedad inflamatoria crónica afecta al último tramo del intestino delgado y parte del grueso. Las situaciones que vive la persona están relacionadas con conflictos de:

  • “Me es imposible digerir tanta maldad”, “me estoy tragando demasiada porquería familiar”. Estos conflictos se vinculan a “no puedo asimilarlo” más el “miedo a quedarme sin nada” (hay un sentimiento de gran impotencia en relación a carecer de alimento en un contexto de supervivencia extrema).
  • Tener que callar y tragar las constantes críticas y/o acosos “indigestos” e injustos con el fin de evitar “que las cosas en la familia se pongan peor”.
Pólipos

Por un lado tienen que ver con situaciones que vivimos como “pequeñas guarradas”, y por otra con “agarrarnos a nuestros prejuicios, a pesar de que nos gustaría liberarnos de ellos”. Se ha de trabajar uno a uno, pues cada pólipo corresponde a situaciones diferentes.

Probióticos, los nuevos aliados para el síndrome del intestino irritable

Escrito por el Comité Científico de Produo

Microbiota intestinal en el síndrome del intestino irritable

El síndrome del intestino irritable se ha convertido en la causa de muchas visitas al médico debido a los síntomas tan molestos que provoca y que pueden ir desde flatulencia, náuseas, hinchazón, vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, etc. e incluso ser el motivo por el cual ciertos alimentos ya no nos sientan tan bien (una de cada 10 visitas al médico está relacionada con este tipo de desorden intestinal).

La causa del síndrome del intestino irritable es muy difícil de identificar, ya que puede estar desencadenado por factores genéticos o por situaciones tan distintas como lo son un periodo de estrés, o una infección por parásitos o bacteriana. Pero otro de los detonantes que se está barajando para este síndrome tan molesto es una alteración del funcionamiento de la barrera intestinal y un desequilibrio en nuestras pequeñas bacterias intestinales, la microbiota intestinal.

La microbiota intestinal, órgano clave para prevenir el síndrome del intestino irritable

Los últimos hallazgos científicos sugieren que la microbiota intestinal tiene un papel importante en el origen de muchos desórdenes gastrointestinales, entre los cuales encontramos el síndrome del intestino irritable. Por ello tenemos que mimar tanto como podamos a estas bacterias intestinales tan frágiles. ¿Y cómo podemos hacerlo? muy fácil: con una alimentación rica en alimentos vegetales que nos aporten las fibras que son el alimento favorito de nuestras bacterias intestinales.

Por otro lado, si queremos tener una microbiota intestinal sana tenemos que evitar al máximo los alimentos ultraprocesados como lo serían aquellos con mucho azúcar, sal, y grasas trans o “parcialmente hidrogenadas” y valorar limitar ciertos grupos de alimentos (alimentos con un alto contenido de grasas, lácteos enteros, bebidas alcohólicas, café, carnes rojas, bebidas gaseosas, trigo y cítricos) que se han asociado con el empeoramiento de los síntomas digestivos. En este último caso, conviene tener en cuenta que cualquier exclusión se debe hacer bajo la supervisión de un profesional sanitario.

Probióticos para combatir el síndrome del intestino irritable y mejorar la microbiota

A veces, con una alimentación saludable no es suficiente, y cuando nos toca lidiar con la incomodidad y el dolor que ocasiona un síndrome del intestino irritable, buscamos una buena solución. Una reciente revisión sistemática de 70 ensayos clínicos en humanos (ese tipo de estudios que aportan la máxima evidencia científica) publicada por la Sociedad Europea de Gastroenterología de Atención Primaria ha encontrado que los probióticos pueden ayudar en el alivio de ciertos síntomas gastrointestinales (síndrome del intestino irritable, diarrea asociada a antibióticos y diarrea asociada a la terapia de erradicación de Helicobacter pylori). De los 15 estudios que examinaron los síntomas del síndrome del intestino irritable, 8 demostraron un efecto beneficioso de los probióticos sobre sintomatología global, dolor abdominal, sensación de excesiva presión abdominal y distensión, frente a placebo. Las otras indicaciones en las que los probióticos fueron eficaces son la prevención o reducción de la diarrea en pacientes que reciben antibióticos y en aquellos sometidos a la terapia de eliminación de H. pylori.

Así pues, para buscar un aliado en nuestra encrucijada, tenemos que recurrir a los probióticos, pero cuidado, ¡no todos valen! Tenemos que buscar aquellos compuestos por unas bacterias llamadas Lactobacilos y Bifidobacterias, que pueden estar acompañados de la levadura Saccharomyces, y que son básicamente microorganismos buenos que ya de normal forman parte de nuestra microbiota intestinalsana. Pero a veces estos microorganismos se ven alterados, por lo que tomarlos en forma de cápsula con una dosis controlada de 109 unidades formadoras de colonias por cada miligramo, nos aseguramos de que en nuestro intestino plantamos los microorganismos aliados para que crezcan y nos ayuden con el molesto síndrome del intestino irritable.

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Conclusiones sobre probióticos y síndrome del intestino irritable
  • Para tener una microbiota intestinal saludable, y así evitar desórdenes intestinales, es fundamental tener una alimentación saludable rica en fibras, aunque esto puede no ser suficiente.
  • Los probióticos han demostrado buenos resultados clínicos para los síntomas ocasionados en síndrome del intestino irritable. Un tratamiento con probióticos junto al convencional (no como tratamiento único) puede mejorar la sintomatología digestiva molesta y con un buen perfil de seguridad.

Fuentes: InfomisticoArea Humana