El término artritis (del griego ‘articulación’ e ‘inflamación’) sirve para designar la existencia de inflamación en alguna articulación.

Si afecta únicamente a una articulación se llama monoartritis, cuando son 2 ó 3 recibe el nombre de oligoartritis y si afecta 4 ó más simultáneamente, se denomina poliartritis.

No debe confundirse la artritis con la artrosis, la cual es una enfermedad degenerativa y no inflamatoria. No obstante, a pesar de ello en ocasiones, sobre todo en la literatura anglosajona, se denomina osteoartritis.

En Busca de una Interpretación Psicológica.
Dice Lise Bourbeau en su libro «Obedece a Tu Cuerpo, Amate»:
Es una enfermedad reumática de las articulaciones, de naturaleza inflamatoria, que viene acompañada de todos los signos característicos de la inflamación (hinchazón, enrojecimiento, calor y dolor), los cuales se presentan en una o varias articulaciones. El dolor se siente independientemente de los movimientos que se hagan y hace sufrir al enfermo tanto durante el día como en la noche. Además, esta enfermedad produce rigidez en las articulaciones, con la consiguiente molestia para quien la padece.
Desde el punto de vista médico, hay diferentes tipos de artritis. La gravedad del problema nos indicará la gravedad del bloqueo emocional, mental y espiritual existente.

En general, la artritis se manifiesta en personas que son duras consigo mismas, que no se conceden el derecho a detenerse o a hacer lo que les gusta, y además les resulta difícil pedir lo que necesitan. Prefieren que los demás las conozcan lo suficiente para ofrecerles lo que precisan. Cuando los demás no responden a sus expectativas, se decepcionan y sienten amargura y rencor. Incluso pueden abrigar deseos de venganza, aun cuando se sientan impotentes. Esto les hace experimentar una ira que reprimen muy bien. Poseen un sentido crítico interno muy fuerte.

El lugar en el que se presenta la artritis indicará qué área de su vida es la afectada. Por ejemplo, si es en las articulaciones de las manos, le beneficiaría adoptar una actitud diferente al trabajar con ellas. Si necesita ayuda debe pedirla y no esperar a que los demás utilicen la telepatía o adivinen que desea que la ayuden.

Las personas que padecen artritis tienen un aspecto de docilidad, pero en realidad viven con una gran ira interna y rechazan profundamente este sentimiento. Al igual que la artritis, también las emociones nos paralizan, por lo que estas personas se beneficiarían si dejaran de acumularlas.

Si padeces artritis, revisa por qué te resulta tan difícil pedir lo que necesitas. Si es porque crees que haciendo lo que te gusta vas a exagerar y a volverte egoísta, te sugiero que revises si esto es cierto. También te ayudaría consultar la definición de la palabra «egoísta». Acepta la idea de que te puedes permitir decir «no» cuando no quieras realizar algunas tareas y, si te decides a llevarlas a cabo, debes hacerlas con placer y sin criticarte internamente.

Si te impones muchos deberes porque buscas reconocimiento, confiésalo y reconoce que lo haces por ti y no porque alguien te obligue. Concédete el derecho de buscar reconocimiento haciendo cosas para los demás. Si realizas tus tareas con alegría en lugar de criticarte mentalmente, la vida te parecerá más agradable y te volverás más flexible y ágil.

Se define la artritis como la inflamación de una articulación. Puede afectar cada una de las partes del sistema locomotor humano: los huesos, los ligamentos, los tendones o los músculos. Se caracteriza por inflamación, rigidez muscular y dolor que corresponden, en el plano metafísico, a un cierre, crítica, pena, tristeza o ira. Simbólicamente hablando, la gracia y la libertad de movimiento son las principales cualidades, vinculadas a la articulación. Cuando se vuelve ésta inflexible, o cuando se endurece, la artritis está asociada a cierta forma de rigidez de mis pensamientos (pensamientos cristalizados), de mis actitudes o de mis comportamientos, de tal forma que todas las emociones profundas que debería expresar normalmente, lo son por la manifestación física de esta enfermedad. Así, la artritis se produce si soy demasiado inflexible, demasiado exigente, testarudo, intolerante, muy moralista, criticón, restringido o demasiado orgulloso con relación a mí – mismo, a los demás o a las situaciones de mi existencia. Un sentimiento de impotencia acompaña habitualmente el sufrimiento que me frena. Vivo el sentimiento particular de estar mal amado, de no estar amado y apreciado a mi justo valor, lo cual me trae mucha decepción y amargura frente a la vida y mal humor. Manifiesto entonces un espíritu excesivamente racional. Crítico con frecuencia todo o nada porque tengo miedo a la vida y siento frecuentemente una forma de inseguridad crónica. Me siento explotado: hago acciones y pongo gestos más para complacer a los demás que por real voluntad e interés, de tal modo que digo “sí” por deber cuando, en verdad, es “no”. Quizás haya vivido un traumatismo de infancia y me inhibo ahora mis emociones, sin admitir lo que sucedió (ocultación) porque “sufrí mucho en tal experiencia y me permito inconscientemente censurar y quejarme para que los demás puedan comprender hasta qué punto padecí”. Esta manifestación se relaciona con el sacrificio de sí. La artritis también puede proceder del modo en que me trato o trato a los demás con relación a la crítica. La artritis también provoca una especie de acción retrógrada; tengo la sensación de volver atrás en el plano energético, como si se me indicara hacer algo más en una dirección diferente, en vez de ir hacia delante. Ya que mi miedo, mi débil valoración propia y mi rigidez hacen que se creen profundas emociones referentes al porqué, el cómo o a la dirección de mis movimientos en la vida, puedo tener el sentimiento de estar obligado, restringido, inmovilizado o encerrado. Entonces, sentiré una incapacidad a doblar (mi actitud), a ser mentalmente flexible o capaz de abdicar. La articulación artrítica me indica lo que vivo y me da más informaciones. Al nivel de las manos (dedos), la pregunta es: ¿Estoy realmente haciendo lo que deseo y lo que quiero hacer? ¿Mis propios asuntos están “bien entre mis manos”? ¿Hay gente a quienes ya no tengo el gusto de “dar la mano”? Mi libertad y mi espontaneidad en “manejar” lo que sucede en mi universo están limitadas por mi rigidez y mi dureza. A nivel de los codos: “Estoy inflexible a los cambios de direcciones por tomar en mi vida? Permito a los demás ser libres y expresar su pleno potencial? En las rodillas: Frente a quién o qué tengo la sensación de tener que arrodillarme y delante de quién o qué no quiero doblar? A partir de ahora, compruebo mis verdaderas intenciones con relación al amor. Debo cambiar mi modo de pensar y adoptar una nueva actitud frente a las situaciones de mi vida. Quedándome abierto al amor que está omnipresente (por todas partes) y expresándolo de modo más honesto, libre y espontáneo, mi corazón será radiante y respetaré a los demás tanto como a mí – mismo. Amistad, comprensión y perdón son ahora disponibles para mí.

Artritis Poli Artritis
La poli artritis es una inflamación llevando simultáneamente sobre varias articulaciones. Esta enfermedad viene a indicarme una dificultad en realizar los gestos que era capaz de ejecutar antaño con mucha destreza. Ahora, tengo la sensación de ser más torpe o poco hábil. Por lo tanto, me desvalorizo con relación a esta actividad en la cual era excelente y tengo la sensación de perder destreza, fuerza o precisión. Esta enfermedad se encuentra en la modista por ejemplo, quien, después de algunos años, tiene la sensación de ser más lenta, menos hábil. Los deportistas frecuentemente están afectados de poli artritis, a causa principalmente del sentimiento de desvalorización que puedan vivir porque no son óptimos en un 100% o que sus realizaciones óptimas han disminuido. Aprendo a aceptarme con mis fuerzas y mis debilidades. Incluso si tengo la sensación de ser menos bueno o menos eficaz, miro toda la experiencia que adquirí a lo largo de los años. Reconozco que fue un don precioso que hace de mí una persona excepcional. La poli artritis puede producirse también si soy compulsivo, muy obstinado o moralizador. Tengo tendencia a sacrificarme por los demás, lo cual resulta frecuentemente de una agresión inhibida; pero ¿hasta qué punto actúo con amor, respetándome? La rigidez tanto física como interior se agrava a causa de esta profunda obstinación a no querer cambiar.

Artritis Reumatoidea
La artritis reumática se considera actualmente como la afección articular más grave. Suele estar generalizada al conjunto del cuerpo en vez de una sola articulación. El sistema inmunitario está tan enfermo que empieza a auto – destruirse, atacándose al tejido conjuntivo de las articulaciones (colágeno), de tal modo que se puede temer el riesgo de una lisiadura generalizada con dolor e hinchazón articular. Es directamente un achaque de mi propio yo, porque las fuertes emociones de rencor y dolor no consiguen expresarse. La artritis reumatoide está vinculada a un profundo desprecio de sí, a un odio o a una rabia inhibida desde hace tiempo, a una crítica de sí tan intensa que esto afecta la energía más fundamental de mi existencia. Viví experiencias en las cuales me sentí avergonzado o culpable. Es la manifestación de una crítica mucho más importante frente a la autoridad o a todo lo que representa la autoridad para mí: individuo, gobierno, etc. Rehúso doblarme a esta autoridad, poco importan las consecuencias! Es como si ‘estuviese rumiando” constantemente la autoridad, criticándola. Mi movilidad se vuelve limitada y no consigo expresarme libremente (en particular en el caso de ciertas direcciones por tomar y que debo comunicar con mi entorno de un modo fluido y gracioso) porque mis articulaciones son demasiado dolorosas. Mi cuerpo se vuelve rígido, igual como mis actitudes. No consigo expresar mis fuertes emociones y tengo la sensación de estar constantemente oprimido y subyugado. Entonces adopto comportamientos de recogimiento, auto – sacrificio, y rumio mis emociones sin poder expresarlas. “Sirvo de víctima propiciatoria sacrificándome a una causa cualquiera”; siempre están encima mío”. La apertura a nivel corazón es esencial si quiero liberar todas las emociones que envenenan mi existencia. A partir de ahora, recobro mi pleno poder sobre mi vida, empezando por amarme y por aceptarme tal como soy. ¡Tomo el lugar que me corresponde!

Clasificación
Existen numerosas enfermedades y síndromes que pueden producir artritis, en los cuales ésta es considerada la principal manifestación, tales como:
Artritis reumatoide y sus variantes, como la artritis juvenil idiopática, provocadas por fenómenos de autoinmunidad. La artritis reumatoide es una de las formas de artritis más frecuente. Puede afectar a todas las articulaciones, provocando inflamación de los cartílagos y la membrana sinovial alrededor de las uniones de los huesos. Se la considera una enfermedad autoinmune en la que se producen autoanticuerpos contra el propio organismo. Los síntomas principales consisten en hinchazón y dolor, especialmente en las articulaciones de manos y pies, deformación de las regiones afectadas y pérdida de movilidad. El tratamiento farmacológico se basa en la administración de fármacos antiinflamatorios, corticoides e inmunosupresores, dependiendo de la gravedad del cuadro.

Artritis por microcristales: la padecen los afectados de gota y pseudogota.
Artritis infecciosa también llamada artritis séptica. Está causada por una infección de origen bacteriano, vírico, micótico o parasitario.

Artritis secundarias a otras enfermedades, como la artritis psoriásica, la artritis asociada a enfermedad inflamatoria intestinal, la artritis del lupus eritematoso sistémico, púrpura de Schönlein-Henoch, sarcoidosis y muchas otras.

Artritis reactiva. Recibe este nombre la artritis que aparece tras una infección intestinal, genital o urinaria. Por ejemplo la artritis del Síndrome de Reiter.

Artritis neuropática: producida por lesiones del sistema nervioso. En realidad no es una artritis y su denominación correcta es artropatía neuropática o articulación de Charcot.

Osteoartritis. El nombre más adecuado de esta afección es artrosis y no es una verdadera artritis, pues está provocada por fenómenos degenerativos en la articulación y no por inflamación de la misma.

Etiología
Cuando hablamos de artritis, no nos referimos a una causa única, pues existen más de 100 enfermedades diferentes que pueden provocarla, tales como trastornos autoinmunes, enfermedades enfermedades infecciosas o traumatismos. En estos caso, la artritis se considera secundaria a la principal enfermedad. Entre ellas se incluyen:

La psoriasis (artritis psoriásica).
La artritis reactiva.
La enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca: ambas cursan frecuentemente sin síntomas digestivos y la artritis puede ser la única manifestación.
La enfermedad inflamatoria intestinal (incluyendo la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa).
La tiroiditis de Hashimoto.
El lupus eritematoso sistémico.
El Síndrome de Sjögren.
El Síndrome de Ehlers-Danlos.
La hemocromatosis.
La hepatitis.
La enfermedad de Lyme.
La púrpura de Schönlein-Henoch.
La sarcoidosis.
La enfermedad de Whipple.
La granulomatosis de Wegener (y muchos otros síndromes de vasculitis).
La brucelosis.

Cuadro clínico
A veces tiene consecuencias graves y provoca dolor y pérdida de movilidad en la articulación afectada. En algunos casos, sobre todo en la poliartritis, impide una vida normal y dificulta de forma muy importante la movilidad de la persona afectada.

Tratamiento
El tratamiento puede realizarse con diversos fármacos, dependiendo de la causa y el tipo de artritis.

Cuando es provocada por una enfermedad celíaca o una sensibilidad al gluten no celíaca sin reconocer, el diagnóstico y tratamiento con la dieta sin gluten produce la recuperación completa o una considerable mejoría de los síntomas de la artritis.

compilado por: Ana Gonzalez  26/07/2016  16:30pm
Fuentes:Obedece a Tu Cuerpo, Amate – Escrito por Lise Bourbeau. Wikipedia