Los alimentos probióticos son microorganismos vivos adicionados que permanecen activos en el intestino en cantidad suficiente como para alterar la microbiota intestinal del huésped, tanto por implantación como por colonización. Pueden tener efectos beneficiosos cuando son ingeridos en cantidades suficientes. Pueden atravesar el aparato digestivo y recuperarse vivos en los excrementos, pero también se adhieren a la mucosa intestinal.

En el año 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió los probióticos como «Microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo anfitrión».

Contienen esta clase de microorganismos y, por tanto, son alimentos probióticos, los yogures frescos, el kéfir, el jocoquechucrut, kimchi y muchos otros productos lacto-fermentados.

Estos productos, que se han denominado «alimentos funcionales», han supuesto un enorme aumento en los ingresos de los fabricantes, los cuales afirman que poseen propiedades saludables.​ Actualmente, semejantes declaraciones no están respaldadas por pruebas científicas​ y los reguladores de Europa piden que se aporten.

A pesar de que los probióticos son considerados seguros, en ciertos casos pueden causar interacciones bacteria-huésped y efectos secundarios adversos.

Efectos sobre la salud

Aunque se especula que hay numerosos efectos beneficiosos sobre la salud derivados del uso de probióticos comerciales, tales como la reducción de molestias gastrointestinales o el fortalecimiento del sistema inmunitario, tales afirmaciones no están respaldadas por pruebas científicas.

6 razones para consumir probióticos

Aunque consumir probióticos tiene un impacto positivo en todo nuestro organismo, te contamos 6 beneficios concretos que obtienen las personas que los incluyen habitualmente en su dieta.

1. Combaten la obesidad y la diabetes
Algunos estudios confirman que el consumo de probióticos puede contribuir a mejorar el metabolismo de la glucosa y de las grasas.

2. Contribuyen a tu bienestar emocional
Tomar probióticos puede ayudarte a reducir el estrés. Ya conocemos que el cerebro y el intestino están conectados. El consumo de las bacterias adecuadas puede contribuir a favorecer la relajación. También ayudan a evitar la ansiedad y la depresión.

3. Los probióticos cuidan el hígado
El hígado es un gran filtro de toxinas para el cuerpo. Dependemos de él para muchas de nuestras funciones más básicas, por lo que es muy importante mantenerlo sano y cuidado.

Se recomienda consumir diariamente yogur de soja o cualquier otro yogur vegetal con L. Bulgaricus y Thermophilius, dos bacterias que se encargan de transformar la leche en yogur. Esto ayuda a reparar los daños en el hígado antes de que se conviertan en enfermedades.

4. Previenen los resfriados
Los niños que consumen más probióticos suelen tener menos gripes y resfriados y, si los contraen, sufren síntomas más leves y menos duraderos.

5. Los probióticos combaten los efectos secundarios de los antibióticos
Cuando tomamos antibióticos, a menudo nos encontramos con unos efectos secundarios desagradables. A la vez que los antibióticos combaten las bacterias dañinas, también destruyen las bacterias beneficiosas que viven en nuestro intestino, pudiendo provocar molestias intestinales o un desequilibrio entre las poblaciones de bacterias.

Tomar probióticos junto a los antibióticos protege nuestra flora natural y nos evita los molestos efectos secundarios de los antibióticos.

6. Alivian el intestino irritable
Si tienes molestias intestinales habitualmente, síndrome del colon irritable o dolor abdominal, tomar probióticos puede ayudarte a aliviar estos síntomas. Los pacientes con síndrome del intestino irritable que consumen probióticos sufren menos dolor, menos hinchazón y menos flatulencias

Algunos Riesgos

Los probióticos se consideran generalmente seguros, pero actualmente se conoce que pueden causar efectos secundarios adversos en casos raros, que pueden llegar a ser graves.

La manipulación de la microbiota intestinal es compleja y puede causar interacciones bacteria-huésped. Algunas personas, como aquellas con inmunodeficiencia, síndrome del intestino cortocatéteres venosos centralesenfermedad valvular cardíaca y bebés prematuros, pueden estar en mayor riesgo de efectos secundarios adversos.​ En personas gravemente enfermas con enfermedad inflamatoria intestinal existe el riesgo de que las bacterias del tracto gastrointestinal pasen a los órganos internos (translocación bacteriana) y provoquen una bacteriemia, lo que puede causar consecuencias graves sobre la salud. En casos raros, el consumo de probióticos por niños con una deficiencia inmunitaria o que ya están gravemente enfermos puede resultar en bacteriemia o fungemia (es decir, bacterias u hongos en la sangre), lo que puede conducir a la sepsis (una enfermedad potencialmente mortal).

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Alimentos que contienen Naturalmente Probióticos

Kefir, Chucrut, Pepinos Agridulces, Kombucha, Misoh y Tempeh.

Géneros, especies y cepas utilizados como probióticos

Las cepas de probióticos se identifican según su género, especie, subespecie (si corresponde) y una designación alfanumérica que identifique una determinada cepa. En la comunidad científica, hay un acuerdo en cuanto a la nomenclatura aplicable a los microorganismos—por ejemplo, Lactobacillus casei DN-114 001 o Lactobacillus rhamnosus GG. La comunidad científica no controla los nombres comerciales. Según las pautas de la OMS/FAO, los fabricantes de probióticos deben registrar sus cepas con un depositario internacional, quien le otorga una designación adicional a las cepas. En el caso de los probióticos es importante usar las designaciones de las cepas, ya que el enfoque más robusto sobre la evidencia de los probióticos es poder atribuirle beneficios a determinadas cepas o combinaciones de cepas de probióticos a una dosis eficaz.

Fuente: Wikipedia. Magazine CuerpoMente