Admirar es ad-mirar. Mirar hacia arriba. La admiración no tiene envidia cuando se siente al otro legítimamente y cabalmente superior, cuando se le otorga a cabalidad la condición. Frente al que es superior como ser, su grandeza te agranda a ti también, porque te muestra lo posible para tí. Ahí se siente pura admiración. Pero si el otro sólo tiene ciertos atributos que los quiere hacer valer como superiores, se cuida de no traspasarte nada, de que tú nunca llegues a tenerlos, porque él depende de su sentimiento de superioridad. Él necesita hacerte sentir bajo y rebajado por que tú no los tienes. Busca tu envidia. Si enganchas con la envidia una parte tuya se cree y se siente menos. Entonces reaccionas queriendo destruir al otro, porque no toleras la pequeñez de ti que sientes ante él. Si envidias a una persona es que deseas los atributos que tiene, pero no lo valoras como ser humano, porque percibes su debilidad en su necesidad de ser admirado.

Palabras en la familia de la admiración: soprenderse, maravillarse, encandilarse, suspenderse, deslumbrarse, sobrecogerse, fascinarse, encantarse, entusiasmarse, contemplar, asombrarse, pasmarse, extasiarse.

La admiración es la palabra que nos permite expresar aquella consideración especial que se siente o tiene para con alguien o algo, por el afecto o las cualidades que disponen, según corresponda. María tiene una enorme admiración por su abuela y por ello le dedicó su nuevo libro a ella.

Generalmente cuando algo o alguien causan admiración en otro es porque disponen de atribuciones o propiedades notables, positivas y originales, que impactan en este de manera desbordante. Ahora bien, es importante destacar que la admiración está directamente vinculada a la subjetividad, porque lo que para alguno es materia de admiración para otra persona puede no serlo para nada.

El concepto que se opone a este sentido de la palabra es el de repulsión, que refiere el desagrado que despierta algo.

Por otra parte, la palabra admiración es posible que la empleemos en nuestro idioma para expresar la sorpresa que algo nos despierta. Su elegancia despertó la admiración de todos los invitados a la fiesta.

En tanto, en el ámbito de la filosofía, la admiración está considerada como la base de la disciplina, ya que es a través de ella que el filósofo se propone profundizar sobre los temas que lo sorprenden.

Fuentes: Definiciones ABC y Diccionario de Emociones, Actitudes y Conductas de la Universidad Bolivariana.